2020 es el año en el que Uber iba a poner sus cuentas en orden, pero que ha terminado siendo un problema para las cuentas de la compañía. La paralización, prácticamente total, de la flota a causa de los confinamientos a nivel mundial por el coronavirus se llevó por delante el objetivo de alcanzar la rentabilidad dentro de la compañía. "El coronavirus ha tenido un gran impacto en la sanidad y en las cuentas de nuestra compañía, 2020 está siendo un año muy complicado", explica Dara Khosrowshahi CEO de Uber, en un encuentro de prensa. Después de todo, con el parón de la actividad, ha sido la división de UberEats la encargada de tirar de la multinacional.

Mientras Uber intenta afrontar lo que queda de un incierto 2020 –al que se le añade una dura etapa en California y su posible normativa para contratar conductores, que podría marcar tendencia a futuro–, ya están preparando su estrategia para los próximos años.

Su visión pasa por la electrificación de la flota de vehículos asociados a la plataforma. Bajo el proyecto Uber Green, presentado este mismo martes por Dara Khosrowshahi, Uber quiere lograr que en 2030 sus emisiones puedan reducirse a cero en la mayor parte de las ciudades en las que están presentes. Para 2040, Uber tendrá que alcanzar cero emisiones en toda su compañía. Con todo, para 2025, el 50% de sus trayectos –entre los que se incluye Madrid– correrán a cargo de vehículos cero emisiones.

¿Cómo quiere conseguir Uber este objetivo? Para Dara Khosrowshahi, la compañía tiene cuatro objetivos esenciales que cubrir a partir de ahora.

Comenzando por 15 ciudades en Estados Unidos y Canadá, con un precio de un dólar más que un trayecto normal, los pasajeros pueden elegir viajes 100% eléctricos. Ese dólar estaría destinado al beneficio final del conductor para incentivar la adquisición de vehículos eléctricos con la promesa de mejores réditos futuros. Como compensación, y con la idea de expandir el servicio, los usuarios recibirán puntos canjeables por viajes gratis o repartos de comida gratuitos dentro de la plataforma.

Dara Khosrowshahi
وبگردی

Inversión millonaria

Sin embargo, para lograr los objetivos, Uber se enfrenta al reto de lograr que su flota de asociados disponga de los vehículos adecuados. Para ello, Uber inicia una inversión de más de 800 millones de dólares para Canadá, Estados Unidos y Europa destinados a las subvenciones para la compra de coches. Estos fondos se pondrán en juego antes de 2025. Así como implantación de soluciones de ahorro y gestión de la energía y proyectos conjuntos con Renault-Nissan para ayudar a la compra de coches en Reino Unido, Francia, Países Bajos y Portugal. BP, EDF y Power Dot para Francia, Portugal y Reino Unido para la gestión de la carga eléctrica.

De momento, Uber no ha querido desglosar la inversión por regiones, por lo que no está claro cuánto de esta inversión recaerá en los diferentes países asociados. En una primera aproximación, Francia se llevaría unos 75 millones de euros asociados a un ambicioso plan de Aire Limpio pactado con el Gobierno de la región.

Porque para Uber, la relación con el área política es esencial. "Uber no podrá hacer esto solo y necesitamos trabajar mano a mano con los Gobiernos de las regiones, así como los expertos", explica Anabel Díaz, responsable de políticas en Europa.

Esto pone en jaque el negocio de Uber en España. Ausente en algunas de las grandes urbes del país –desde 2019 Uber dejó Barcelona por una normativa contraria a su actividad–, las relaciones públicas de la tecnológica han pasado por sus más y sus menos. Con el panorama de los viajes con conductor relajado desde hace meses, la compañía se enfrenta a un posible cambio de regulación en su relación laboral con los repartidores de UberEats. De la mano de un Gobierno central bien posicionado en contra de negocios similares a Uber.

No solo de coches va la cosa en Uber

De momento solo en Estados Unidos, y aún a años luz de ese paso en Europa, el objetivo de Uber es convertirse en un transporte multimodal. Más allá de coches o patinetes, ahora bajo la marca Lime tras la cesión de su negocio, la idea de Uber es abordar todo el transporte público de las ciudades.

Controlando compra de billetes de tren o autobús, los trayectos compartidos –bajo la vetada enseña Uber Pool en Europa– marcarán la tendencia de la compañía.