Conociendo la trayectoria en el cine de los catalanes Oriol Paulo y Jordi Vallejo, a nadie le puede extrañar ni lo más mínimo que se hayan interesado en un proyecto como la adaptación de otra de las series de Netflix de El inocente (2021), la novela del estadounidense Harlan Coben (2005). Dicha obra entraña ciertas similitudes con las películas en las que los dos se han implicado.

El uno se estrenó con el libreto de Los ojos de Julia (Guillem Morales, 2010); después, se pudo pasar a la dirección en El cuerpo (2012). Quiso repetir más tarde en sus labores como guionista para Secuestro (Mar Targarona, 2016) e insistir a continuación tras las cámaras de Contratiempo (2016) y Durante la tormenta (2018). Pero el otro, hasta ahora, da la impresión de contentarse con haber escrito El pacto (David Victori, 2018), Alegría, tristeza (Ibon Cormenzana, 2018) y No matarás (Victori, 2020).

El inocente apunta sin demoras al meollo desde el principio; y le bastan unas pocas y razonables pinceladas para mostrar la situación del protagonista y ofrecer luego las explicaciones sobre cómo ha llegado ahí; con un plano secuencia bastante agradecido inclusive. Y el modo en que Oriol Paulo y Jordi Vallejo optan por condensar lo siguiente sirviéndose de la voz en off demuestra una considerable capacidad narrativa.

La interesante madeja de ‘El inocente’

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Netflix

La cosa se enrarece pronto a partir de varios hechos que, si no fuera porque el espectador sabe muy bien que esta serie de Netflix se encuadra en el más estricto realismo, pudieran tomarse por momentos surrealistas; no lejanos a la vena más oscura de David Lynch. Y la verdad es que no faltan algunas pistas impresionistas acerca de sus misterios, de una vaguedad que impide que uno sobrepase sus límites con especulaciones lógicas.

Pero he aquí que El inocente nos desconcierta con otros hilos narrativos que nos atrapan tanto o más que la primera trama propuesta, con la que el público se pregunta cuál puede ser la preocupante relación que tienen; y sin que el estilo se enturbie ni tan siquiera en las reiteradas condensaciones de la historia en off.

Así, este ejemplo de las series de Netflix juega a juntar los extremos de tales hilos en una sola madeja bastante sugestiva; si bien el aparato audiovisual que configura Oriol Paulo casi nunca se separa de la más disciplinada funcionalidad y, aun con esa zancadilla, logra intrigarnos; a lo que ayuda también la decidida banda sonora del reconocido Fernando Velázquez, compositor de filmes como El orfanato y Un monstruo viene a verme (J. A. Bayona, 2007, 2016) y series televisivas como Patria (Aitor Gabilondo, 2020), y los cierres de cada capítuloy sus aldabonazos maniobreros.

Un satisfactorio suspense con personajes atribulados

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Netflix

Oriol Paulo y Jordi Vallejo construyen con buena puntería el suspense firme de El inocente en cada uno de sus ocho episodios, montándolos con Guillermo de la Cal, Pau Itarte (Sé quién eres) y Judith Miralles (La pols) para que el drama de los distintos personajes y los diferentes intríngulis de su entramado se sumen en paralelo durante secuencias climácicas y, no faltaba más, en la experiencia y en el ánimo de los espectadores con esta serie de Netflix.

La cual está inesperadamente emparentada con Sky Rojo (Álex Pina y Esther Martínez Lobato, desde 2021). Pero no por su tono, desde luego, sino por sus ingredientes elementales. Y no nos priva de imágenes escabrosas, de las que estamos acostumbrados a que nos muestren en The X-Files (Chris Carter, desde 1993) o la franquicia de CSI (Anthony E. Zuiker, 2000-2015), para regocijo del departamento de arte.

Del grupo de actores que encarna a los personajes atribulados de El inocente no se puede decir nada negativo porque sus interpretaciones son intachables, desde la de Mario Casas (Contratiempo) como Mateo Vidal, Aura Garrido (Crematorio) en la piel de Olivia Costa, Alexandra Jiménez (100 metros) como Lorena Ortiz y José Coronado (La caja 507) vistiéndose de Teo Aguilar y Juana Acosta (Gigantes) como María Luján hasta Martina Gusman (Leonera) en los zapatos de Kimmy Dale, Anna Alarcón (La vampira de Barcelona) como Zoe Flament, Ana Wagener (Exprés) de Sonia Miralles, Gonzalo de Castro (7 vidas) como Jaime Vera o Miki Esparbé (El rey tuerto) en el papel de Aníbal Ledesma.

Todos ellos contribuyen a que la serie de Netflix resulte bastante satisfactoria en su intrincado argumento sobre criminales. Así que nos podemos dar con un canto en los dientes.