La película No matarás (2020) ha sido presentada en el Festival de Sitges 2020 y ha llegado poco después a la cartelera española. Se trata del segundo largometraje de David Victori tras El pacto (2018), un thriller sobre una imprevisible noche descontrolada cuyo guion ha sido escrito por Jordi Vallejo (Sin identidad), Clara Viola (The Red Thunder) y el propio director catalán. Los dos primeros ya habían colaborado con este, el uno en su primer filme y la otra, en la breve miniserie Zero (2015). Hipertextual le ha entrevistado para conocer su experiencia en la realización de su nueva obra.
Y nos ha contado cómo le vino la idea para la historia de este proyecto: “No matarás surgió de una pregunta extrañísima que me hice. Estaba pasando un tiempo en Amsterdam, acababa de mudarme allí, no conocía a nadie en la ciudad. Me acuerdo de que fui al cine, llegué tarde, me quedé como una hora en el bar esperando la siguiente sesión y, en ese rato, me pregunté: «¿Qué me podría pasar si, aunque en ningún momento hiciera nada incorrecto, al final de la noche tuviera todo el sentido del mundo quitarle la vida a alguien y, además, quien me hubiese acompañado en ese viaje estuviera conmigo a muerte?»”.
Esto “le parecía algo tan alejado de sí, tan imposible, que le petó la cabeza y, a partir de ahí, se quedó atrapado con la futura historia”. Por otra parte, el modo en que la realizaría lo tuvo clarísimo: “[El formato de largometraje para cine] me parece muy interesante para contar una historia como esta, que empieza y concluye con un arco y un cierre, porque solo tiene sentido que sea así. No matarás nunca, en la vida, habría tenido sentido como serie. Y, a mí, últimamente se me van ocurriendo historias que encajan más en series y, entonces, las desarrollo como tales y otras que encajan más en pelis. Pero me funcionan bien los dos formatos”.
Además, “ahora mismo está grabando una serie [Comando Squad: Reset] y también está haciendo un descubrimiento a nivel de formato”. Y el tipo de narración se debe a que “el thriller es lo que le sale más natural”. Y ahonda en el tema: “No sé si en un futuro me atrevería con otros géneros pero, como base sobre la que construir [una historia], es lo que me sale así. Luego puedo darle pinceladas de realidad mágica, de fantástico o más de drama. Pero sí, el thriller es lo que me sale más orgánicamente y lo que me divierte más”. De manera que, por lo pronto, David Victori es un director de género, como Alfred Hitchcock o John Carpenter. Pero no porque, como espectador, lo priorice:
“Me gustan bastante todos los géneros y, para ver algo de uno u otro, depende muchas veces del momento en el que estás, de qué te apetece ese día, y los disfruto todos mucho. Pero cuando yo me pongo a nivel creativo y empiezo a construir una historia, siempre tiene esa forma, esa especie de engranaje detrás”. Y, si uno dispone de unos actores verdaderamente entregados al proyecto, puede darse con un canto en los dientes. En el caso de Mario Casas [Toro], “siempre fue su primera opción” porque “le recordaba de Fuga de cerebros [Fernando González Molina, 2009]” por “su energía de nerd con una mirada muy empática”, y no dudó en considerarle el actor perfecto para No matarás.
“Lo que me sorprendía es ir viendo las películas que sacaba y no volverme a encontrar a ese tipo de personaje”, continúa David Victori. “Me parecía extraño pero, a la vez, me encantaba porque pensaba: «Mejor; así lo hace para la mía»”. Y, en cuanto a Milena Smit, “ella no era ni actriz, y el director de casting la encontró a través de Instagram”, y todos sabían que “iba a ser muy complicado” dar con la persona para meterse en la piel de su personaje por su “energía muy particular, muy difícil, contradictoria, antónima, que te atrae pero, a la vez, te causa rechazo”. Y solamente se la había visto en un videoclip de Els Catarres.
“Mario es un tipo que no puede ser más entregado”, afirma el cineasta. “Su locura hacia el trabajo es heavy, y tiene una ambición enorme de hacerlo cada vez mejor, de mejorar como intérprete, de ir al límite en todo lo que sea necesario para el personaje, de probar, de no relajarse. Es un tío con una capacidad de trabajo enorme, y ha sido hiperestimulante trabajar con él: tu vínculo con la película es muy íntimo, muy pasional, y encontrarte con que el actor principal es otro como tú y que, de pronto, solo existe la película para él, te ayuda a ti, te ayuda como director a exprimir más el trabajo, a ir más a muerte”.
De modo que la gran implicación del actor protagonista le ha permitido a David Victori “estimular maneras de trabajar muy poco convencionales a las que Mario Casas se ha entregado completamente”. Y, en el caso de Milena Smit, “hay que tener en cuenta que era una chica sin ningún tipo de experiencia” y que, “cuando la encontraron, trabajaba de recepcionista en un hotel”. Así que “nunca había trabajado texto”, aunque “sí había estado en algún rodaje porque había tenido una época hace años de modelo”, y “con ella ha sido un reto hermoso porque es lo que ha desencadenado obligarles a rodar y hacer todo el trabajo de actores de una forma completamente diferente”.
“Hemos estado haciendo un tipo de trabajo muy poco convencional”, asegura el director, “dándoles muchísima libertad a los actores y, por tanto, generando sorpresas para ellos, improvisaciones, sesiones de calentamiento para entrar en escena… Y a veces pasaban cosas que yo no esperaba que iban a pasar, y todo les obligaba a ellos a ir al momento presente, a no tener ideas preconcebidas de cómo iban a enfocar cada escena sino a aterrizar ahí y a conectarse con lo que sucedía en cada momento”. Cuando estrene su próximo largometraje, que ya está escribiendo con los mismos Jordi Vallejo y Clara Viola mientras mueve Comando Squad: Reset, esperamos poder preguntarle si esta curiosa dinámica de trabajo se ha convertido en una costumbre en sus rodajes.
