El de este martes 10 de noviembre no será un evento más para Apple. Si bien el calendario de la empresa se encuentra marcado cada año por presentaciones y encuentros casi de obligado cumplimiento por parte de la tecnológica de Cupertino, siempre de parte del espectáculo, la liturgia que oficiará hoy Tim Cook tendrá un cariz muy especial.

Este día ha sido el elegido por la firma californiana para introducir sus primeros Mac con un procesador porpietario dando vida a las máquinas. Se trata de Apple Silicon, la respuesta firmada por la marca para suplantar a los chips de Intel, los cuales lleva utilizando en sus computadoras a lo largo de los últimos años. Un salto que supone, en todos los aspectos, un cambio mucho más profundo que el simple trasplante de un componente por otro.

Mac: una historia marcada por los saltos

La de los Mac de Apple es una historia que ha estado marcada no solo por los avances en términos de diseño o software, los cuales han ayudado a encumbrar tanto a los terminales de escritorio de la marca como a los portátiles, llegando a convertirse en un icono de los ordenadores personales. También es una narración donde los chips han jugado papeles trascendentales para empujar el avance.

Aunque de los procesadores fabricados por Motorola o de los muy conocidos PowerPC no quede ya ni la sombre en el ámbito maquero, ambos fueron de enorme importancia para marcar los tiempos de una industria que se encontraba en pleno crecimiento. No obstante, más recordado en 2020 es el abandono de estos últimos, precisamente, en favor de Intel.

iMac 5K 2019

La chipera estadounidense lleva siendo el proveedor oficial de procesadores para los ordenadores de Apple desde 2006, cuando se produjo el citado salto en un evento y donde la famosa frase "One more thing..." (que la compañía utiliza con cuentagotas, solo en sus ocasiones más especiales) cobraba sentido, de nuevo, para dar a conocer el MacBook Pro original.

Desde entonces, Mac e Intel han ido de la mano en una simbiosis que no se ha librado, eso sí, de ciertos momentos convulsos. Una tirantez que se ha ido haciendo más patente a lo largo de los años recientes, desembocando, como una de sus consecuencias, en la toma de acción por parte de Apple.

Un esperado adiós a Intel

La historia de la computación, en general; y de los ordenadores personales, en particular, ha estado marcada siempre por la miniatuarizaicón y la potencia. Dos factores que han estado presentes en cada nueva generación y que han supuesto un punto crítico a la hora de avanzar en el desarrollo.

A este respecto, Intel ha estado experimentando algunos problemas de manera reciente. La producción de sus nuevas hornadas de procesadores se ha visto retrasada de manera constante en los años recientes, teniendo como motivo la incapacidad de la firma para poder afianzar la nueva tecnología en sus procesos de fabricación. Así, las iteraciones se han ido ralentizando, en detrimento de las empresas que, como Apple, hacen uso de los mismos.

Contar con un procesador potente y al nivel de las necesidades de los nuevos tiempos, huelga decirlo, es crítico para continuar mejorando las máquinas que los integran. Para Apple, el estar constreñida por la capacidad de Intel para afianzar sus procesador de fabricación ha supuesto, según se ha sabido en varias ocasiones, un quebradero de cabeza y motivo de enfado.

Este es uno de los desencadenantes por los que, a la postre, Apple habría decido hacer all-in a la fabricación de los chips, y que todo quedase en casa. Un "Yo me lo guiso, yo me lo como" de manual, que terminará con la dependencia de Intel a la hora de equipar el núcleo de los Mac.

El comienzo de algo nuevo

Aunque está claro que las consecuencias derivadas de la problemática que ha supuesto Intel en los años últimos han sido un aliciente notable para Apple a la hora de dar el paso definitivo –acelerando los planes para hacerlo posible, incluso–, no es el único motivo porque la firma que comanda Tim Cook está ansiosa por hacer este movimiento efectivo.

Apple Silicon - Mac con ARM - Rendimiento

Apple siempre se ha mostrado muy proclive a depender lo menos posible de terceros. Tener el máximo control sobre sus productos no solo es clave en la estrategia de la empresa para ofrecer una experiencia completa y personalizada al máximo nivel, sino también para hacerla más competitiva que la de sus rivales.

Así las cosas, poder diseñar y fabricar procesadores verdaderamente a medida para sus equipos, evitando utilizar otros genéricos, da libertad a Apple para crear las configuraciones que necesite. Un dominio que, sumado a su control sobre el software, será de enorme ayuda a la hora de depurar procesos.

Apple Silicon: cuerpo y máquina

A pesar de que se desconoce con exactitud cuáles serán los primeros Mac que integrarán un procesador Apple Silicon en su interior, las primeras informaciones apuntan a que serían los MacBook Pro y MacBook Air, los portátiles por excelencia. Sin embargo, la totalidad de la gama daría el salto en el futuro próximo.

Por ahora, algunos desarrolladores seleccionados ya han podido acceder a un equipo de préstamo que es, de facto, el primer Mac con un procesador de Apple. Se trata de un Mac mini modificado con un procesador A12Z Bionic, también retocado para adecuarlo a este terminal. Aunque las personas que lo han recibido tienen prohibido hablar de su desempeño, algunos datos filtrados hacen soñar con máquinas cuyo nivel de optimización "barrería" a las actuales configuraciones con Intel.

Mac mini

El iMac es otro de los grandes protagonistas a los que se espera ver incluyendo uno de los procesadores propietarios de Apple más pronto que tarde. Lo haría, además, de la mano de un esperadísimo rediseño en el que los marcos que bordean la pantalla desaparecerían para dar lugar a un producto acorde a las tendencias actuales.

El momento del Mac

La introducción de los Mac con Apple Silicon se producirá en un momento inusual. Entre las consecuencias derivadas de la pandemia del coronavirus se halla el aumento de las ventas de los ordenadores de la firma californiana, que el pasado trimestre (meses de julio, agosto y septiembre), batía su récord histórico de ingresos en esta división.

Un hito que no lo parece tanto si se tiene en cuenta el aumento del teletrabajo, pero que lo es sin duda alguna desde la perspectiva general. Tras un empuje notable por parte de la compañía hacia los iPad Pro y la profesionalización de iOS con su transmutación a iPadOS, la escalada en ventas de la gama Mac justo antes del lanzamiento de sus procesadores propietarios para ordenadores pone ante la tecnológica un dulce momento que habría sido impensable bajo otras circunstancias.

Cabe preguntarse qué impacto tendrán los nuevos procesadores sobre la gama Mac en términos de ventas. ¿Serán estos un aliciente para reforzar las mismas y atraer a nuevo público o se limitarán a ser un elemento de contención sobre el que apuntalar el futuro de la división más respetada de la firma? ¿Supondrá un paso de gigante a la hora de entender los ordenadores de la marca y macOS o, por el contrario, los cambios se darán a un nivel menos perceptible para el usuarios?

Sea como fuere, si hay algo claro es que hoy no es un día cualquiera. Momentos como este ocurren pocas veces cada muchos años, y eso en Cupertino lo saben mejor que nadie. El evento de este martes, retransmitido desde el Apple Park, se promete como uno que pasará, en muchos niveles, a la historia de la marca de la manzana mordida.