2020 parecía ser el de los grandes estrenos y la renovación de las franquicias más redituables del cine actual: con las esperadas secuelas de Wonder Woman, la llegada de Black Widow para abrir la fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel y el estreno de la esperadísima The Eternals, los próximos meses serían sin duda de definitiva importancia para probar la fortaleza de las sagas más populares en el mundo cinematográfico y también, su arraigo en el gusto de la audiencia.

Pero la emergencia del coronavirus cambió el panorama por completo: no solo se trata de que la mayoría de los teatros estarán cerrados casi la mitad del año, sino que también los grandes festivales de temporada han sido cancelados hasta el 2021. Al final, lo que parecía una contingencia momentánea se transformó en una considerable ruptura en la forma de hacer negocios de la meca del cine. ¿Qué podemos esperar de las consecuencias directas de la cuarentena y la pandemia del coronavirus?

El futuro de la taquilla y los grandes proyectos de Hollywood no está claro. Ayer, se confirmaba que buena parte de los distribuidores y algunas productoras comenzar analizar la posibilidad de abrir los teatros en el mes de junio. No obstante, la fecha parece muy cercana mientras la curva de infectados y muertes en Estados Unidos a causa del coronavirus se hace cada vez más pronunciada y acelerada. Es más que probable que los teatros del país sigan cerrados para el verano e incluso durante las primeras semanas de septiembre, lo que afectaría por completo la temporada tradicional de los blockbusters y el pico más alto de taquilla.

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Se trata de una decisión que pone en riesgo el futuro de Hollywood como conjunto de empresas y negocios, sino la del cine tal y como lo conocemos. Los dueños de las cadenas de distribución, productores y algunos estudios se reunieron para debatir datos de encuestas y análisis financieros, que dejaron claro que incluso si los cines llegarán a abrir sus puertas en los próximos meses es bastante probable que el público no acude. La pandemia, convertida en una emergencia mundial de proporciones colosales y desconocidas no solo afectará a los hábitos de consumo, sino también la forma como el usuario promedio se relaciona con el cine, lo que sin duda influirá directamente sobre ganancias, proyecciones y sobre todo en fracasos de taquilla por el mero hecho que los cines serán incapaces de atraer a su audiencia habitual.

Miedo, paranoia, ganancia

oscar 2020
Kevo Thomson | Flikr

En todas las proyecciones se muestra una alta posibilidad que incluso con una reapertura temprana de varias cadenas de cine, la reacción del público sea entre tibia y por completa indiferente hacia la posibilidad de asistir a los estrenos de temporada. Sin embargo, algunos estudios y productoras tienen esperanzas que la prolongada cuarentena y su posterior levantamiento sean un aliciente para estrenos escala reducida, y que sobre todo brinden la probabilidad de hacer experimentos de audiencia que puedan mostrar cuál podría ser el futuro inmediato del negocio en medio de una emergencia cada vez más imprevisible.

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La primera prueba real sobre qué podría ocurrir luego de una hipotética apertura de las cadenas de cine una vez finalizada la cuarentena en la mayoría de los estados de Norteamérica, la atravesaría la película Trolls World Tour (Walt Dohrn) de Universal, la secuela del diminuto éxito de público y taquilla de la película del 2016 y uno de los pocos estrenos del año, que se espera llegue a la pantalla grande para el verano.

Pero si los números de la pandemia continúan aumentando su número de infectados y víctimas en Estados Unidos lo más probables es que también sea cancelado. Hasta la fecha el número de enfermos en el país sobrepasa a China, lo que indica que no es probable que la restricción de movimiento y cuarentena parcial en algunos estados se levante en las semanas siguientes, de modo que es más que probable Trolls World Tour se convierta en la primera prueba real de la reapertura de los teatros está más lejos de lo que la mayoría supone.

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Aún así, las opiniones son dispares. Hace una semana, el CEO de AMC Entertainment, Adam Aron, que supervisa la mayoría de las pantallas en Norteamérica, reiteró sus esperanzas de reapertura para mediados de junio, basado en la posibilidad que la curva de contagios disminuya durante el mes de abril y mayo, por lo que la cuarentena en varios de los mayores estados se levantaría en consecuencia. Para esta fecha, buena parte de las precauciones y restricciones de movimiento en Estados Unidos se han llevado a cabo de manera progresiva, basados en los primeros números reales sobre el crecimiento de la epidemia a través del país. De modo que las esperanzas de Adam Aron pueden estar basadas únicamente en la probabilidad que el número de infectados llegué a disminuir si las medidas que aún no se han implementado por completo en su mayoría, tienen éxito.

Se trata de un juego riesgoso. El hecho de que la curva de infectados pueda disminuir no implica que el peligro infeccioso sea menor, lo que acaba de mostrar China al tener un segundo rebrote que le obligó a cerrar algunos condados para evitar un mayor número de contagiados. Así que el hecho que Estados Unidos pueda -en teoría- controlar la forma como la enfermedad se propaga, no garantiza que el riesgo sea menor o que el público puede sentirse lo suficientemente seguro como para abandonar sus casas y comenzar de nuevo sus rutinas entretenimiento.

Una historia de superhéroes

Uno de los primeros estudios en analizar las posibles consecuencias del coronavirus a largo plazo fue la dupla Marvel-Disney, quienes tomaron la decisión de reagendar sus principales estrenos y de asumir directamente que el año 2020 no solamente será atípico, sino imposible de analizar según los estándares conocidos sobre emergencias que pudieran afectar el libre desarrollo del cine como espectáculo.

Con varios de sus principales estrenos aplazados e incluso algunos redirigidos hacia su plataforma de suscripción Disney Plus, tanto Marvel como Disney comienzan a realizar un posible control de daño con respecto a lo que está ocurriendo y cuyas consecuencias resultan incalculables. Mientras Universal y Paramount todavía se debaten sobre la posibilidad de la apertura a mediados de año, para Disney-Marvel es más que evidente que incluso si las cadenas de cine abre sus puertas para finales del 2020, nada garantiza que una audiencia traumatizada y paranoica por las condiciones de la cuarentena y las consecuencias de la pandemia, recupere sus hábitos de inmediato.

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Las expectativas de Marvel y Disney parecen estar basadas en una encuesta realizada por Performance Research sobre las actitudes del público al regresar a eventos públicos. El 49% de los encuestados dijo que sentirse seguro acerca de no regresar a los cines en un futuro, y el 28% dijo que si regresan será con menos frecuencia.

Claro está, se trata de una muestra estadística tomada hace menos de dos semanas y las condiciones han variado lo suficiente como para que las cifras sean por completo distintas de la actualidad. Lo que sí es evidente es que para el estudio las posibilidades de estrenar sus grandes proyectos en medio de un clima de incertidumbre no sólo es improbable sino además por completo desaconsejable.

Festivales a puertas cerradas

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Fuente: Unsplash.

La semana pasada, el festival de Canes anunció que aplazaría su edición del año hasta el 2021, lo que podría mostrar el comportamiento el resto del circuito de festivales y encuentros cinematográficos alrededor del mundo. Es más que probable que la mayor parte de la agenda no solamente sea cancelada sino también que no tenga un sustituto virtual, una posibilidad que se venía debatiendo durante las últimas semanas y que todavía no ha llegado concretarse.

Por ahora, la emergencia del coronavirus parece ser tan imprevisible como para evitar que los organizadores de los principales eventos de cine del año, hayan podido tomar previsiones sobre qué puede sustituir los encuentros por versiones que incluyan la virtualidad o el uso de plataformas online para asegurar la presencia de sus participantes.

De modo que 2020 será un año sin festivales, lo que repercute de inmediato en la posible selección de películas para cualquiera de los premios a realizarse a finales de año o incluso a principios del 2021. Se trata de un panorama inquietante: la mayoría de las películas que entran en selección de los grandes premios tradicionales recorren los festivales alrededor del mundo antes de llegar finalmente a las salas de cine comerciales y al juicio de los gremios votantes para su posterior selección. La emergencia del coronavirus también podría significar que la temporada de premios del año siguiente no solamente tenga que adecuarse a nuevas reglas y también, lidiar con la posibilidad que no haya candidaturas o incluso una selección completa.

¿Podría ser el 2021 el primer año sin Premios Oscar? Se trata de una de una posibilidad cierta. Si tomamos en cuenta que el calendario de festivales tiene su fecha más importante en Cannes y comienza la rotación a través de diversos eventos que incluye el todo el circuito europeo, lo más probable es que las grandes películas aguarden la apertura de los cines en suelo norteamericano para comenzar su trayecto hacia los escenarios de las diferentes celebraciones cinematográficas. Lo cual quiere decir que la selección anual tendrá que enfrentarse la posibilidad de los teatros sólo puedan proyectar a partir de las primeras semanas de septiembre o con un cálculo muy optimista a finales de agosto. ¿Qué ocurriría si la curva de contagiados en Estados Unidos no disminuye en los próximos dos meses? Lo más seguro es que las salas de cine terminan por abrirse alrededor de noviembre y diciembre, lo que pondría a las grandes productoras y estudios en el difícil escenario de decidir cuáles películas tendrían que entrenarse en medio de las primeras semanas de desasosiego y ausencia de público.

A todo lo anterior hay que añadir que los grandes estrenos ya tendrán más de un año de filmación y que los que debían culminar en el 2020, probablemente se encuentren aplazados hasta principios del siguiente. ¿Existe la posibilidad real que el 2021 sea el año donde la temporada de premios comience de forma extemporánea y sin el apoyo de ningún tipo de festivales?

Fechas en blanco

Es evidente que el calendario para los próximos meses refleja los temores de la industria. Aunque los títulos clave de junio y julio como Alma de Pixar y TENET de Christopher Nolan permanecen programados para ambos meses, Mulán fue reprogramada antes que cualquier título importante. Por ahora lo más crítico de la situación, es el hecho que las nuevas fechas parecen sujetas a posibles cambios en consideración a lo que pueda ocurrir en Estados Unidos y en la forma en que la epidemia reaccione a las férreas medidas de seguridad que el país está tomando de manera apresurada y la mayoría de las veces, improvisada.

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Con las muy esperados A Quiet Place Part II y Top Gun: Maverick con estrenos programados en septiembre y diciembre es evidente que el cine tantea con cuidado la posibilidad de un año en que el cine se transforme para siempre y que la forma de hacer negocios cambia lo suficiente como para modificar los hábitos de consumo de una manera determinante. Mientras, un cada vez mayor número de productoras pequeñas deciden estrenar sus películas en los llamados cines virtuales, los grandes estudios continúan calculando sobre la incertidumbre lo que pueda ocurrir en los próximos meses. Una probabilidad de riesgo tan alta que indica que Hollywood por primera vez tiene las manos atadas sobre el futuro del negocio del entretenimiento.

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