Hace tres años, la cabeza visible de LucasFilm Kathleen Kennedy habló acerca de los considerables esfuerzos de la compañía para hacer el cine que producían más diverso y, sobre todo, lograr llevar a toda una nueva generación de heroínas a la pantalla grande, a la vez de un equipo detrás de las cámaras, también femenino. Además, aclaró que los planes a mediano plazo de la compañía eran lo suficientemente consistentes al respecto como para crear una estrategia adecuada que permitiera que se tratara de un proyecto exitoso.
“Queremos asegurarnos de que cuando traigamos a una directora para hacer Star Wars esté preparada para el éxito”, declaraba la ejecutiva. “Son películas gigantescas, y no puedes entrar en ellas esencialmente sin experiencia”. Se trató de toda una declaración de intenciones que abarcaba a la dupla Disney y LucasFilm, y a movimientos específicos dentro del mundo del cine. Y quizás en el año 2020 veremos el resultado: las palabras de Kennedy parecen coincidir con los próximos movimientos de Disney, Marvel y DC. Cuatro de las películas de superhéroes más esperadas del año próximo estarán protagonizadas y tendrán la dirección de talentos femeninos. ¿Se trata de una mera casualidad? No parece ser el caso.
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Para cuando Kennedy adelantó los planes del estudio a futuro, había un pequeño puñado de mujeres haciendo algunos pinitos en el cine de las grandes franquicias, pero sin resultados claros: Patty Jenkins, Ava DuVernay, Kathryn Bigelow, Lana y Lilly Wachowski, Mimi Leder, ya habían sido contratadas proyectos futuros, pero ningún ejecutivo tomó el riesgo real de atreverse a llevar a la pantalla grande una película de un personaje femenino y que, además, fuera dirigida por una mujer. Mientras los hermanos Russo llevaban adelante un proyecto adulto y argumentalmente sólido como Captain America: The Winter Soldier y Taika Waititi experimentaba con Thor: Ragnarok, la mayoría de las directoras femeninas con ideas semejantes o con aproximaciones muy parecidas, quedaban relegadas a un segundo lugar, en esencia, por el hecho inédito que una mujer dirigiera el capítulo de una gran franquicia. De modo que las palabras de Kennedy tenían pertinencia sino que describían el ambiente general de Hollywood por entonces.
Pero el año 2020 no sólo cambiará de manera radical la regla invisible de no confiar a una mujer una producción de envergadura que regía en algunos estudios, sino además lo hará de una forma sin precedentes: cinco de los títulos más importantes y relevantes que llegarán al cine el año próximo, incluidas cuatro películas principales de superhéroes de los principales universos cinematográficos, estarán dirigidas por mujeres.
Birds of Prey de Cathy Yan se estrenará el 7 de febrero y ya la web IMDB la anuncia como una de las películas más esperadas del año; la versión live action de Mulán dirigida por Niki Caro, lo hará el 27 de marzo. La primera película oficial de la fase cuatro del Universo Cinematográfico de Marvel Black Widow, con Cate Shortland, hará su debut 1 de mayo; la esperadísima secuela Wonder Woman 1984 de Patty Jenkins abrirá la cartelera de verano 5 de junio; y el que quizás es el estreno más importante de Marvel para el 2020 Eternals de Chloé Zhao, se estrenará 6 de noviembre del 2020.
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Una mirada a una nueva forma de hacer cine
Ahora mismo es difícil calcular la importancia trascendental de un fenómeno semejante: hace cinco años, habría sido impensable que películas de origen de personajes de la talla de Los Eternos pudieran ser dirigidas por una mujer y además, una con un curriculum especialmente reducido. No obstante, el 2020 demuestra que la transformación de la industria del cine con respecto a la preponderancia femenina avanza con lentitud, pero a paso firme.
A mediados de este año, Stacy L. Smith, de la Iniciativa de Inclusión Annenberg de la USC, declaraba que hasta 14 de las 100 películas más taquilleras en 2019 serían dirigidas por mujeres. Hasta la fecha, esas películas (que por ahora solo son 15) representan aproximadamente 1.230 millones de dólares en ingresos brutos nacionales en taquilla neta y alrededor de 2.790 millones en ingresos brutos mundiales para el año que está por terminar.
No obstante, las buenas cifras (sin duda, mucho mejores que las de otros años) no son todo beneficiosas o especialmente significativas en el total de ingresos de un año duro en lo que se respecta a ganancias en salas de cine. De esas quince películas, solo Capitana Marvel (Anna Boden y Ryan Fleck) y Frozen 2, (Jennifer Lee y Chris Buck) son reales éxitos de taquilla mundiales con peso en la cifra de global de ganancias de Disney y Marvel.
Pero en el 2020, existe la posibilidad muy cierta que los números sean por completos distintos: las películas dirigidas por directoras y además, protagonizadas por mujeres, representan una fracción de considerable importancia en los anuncios de los diferentes estudios. En otras palabras, la considerable inversión — y sobre todo, la posibilidad real que cada película se transforme por separado en un éxito de taquilla — podría romper finalmente el techo de cristal que condenaba hasta hace muy poco a las directoras a proyectos de envergadura media o pequeña, en comparación con sus contrapartes masculinos.
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En Hollywood el cine es un negocio y, como tal, su principal objetivo es el dinero: si tanto Birds of Prey como Mulán se convierten en éxitos de taquilla (y todo indica que lo serán), lo más probable es que la incómoda polémica surgida alrededor del reboot de los Angeles de Charlie dirigida por Elizabeth Banks, quede reducida a una circunstancia meramente anecdótica.
Después de todo, las cifras de películas con personajes femeninos de relevancia no han hecho más que mejorar, lo que indica que la experiencia de Banks —que achacó el fracaso taquillero del film al sexismo de la meca del cine— puede ser una excepción a una regla más amplia que empezará a ser notoria a partir de los primeros meses del año siguiente ¿Podría ocurrir entonces una paridad real entre directores y directoras entre las películas más taquilleras de un año que será especialmente reñido en pantalla?
Sin duda, los esfuerzos de Disney y Warner Bros., que tomaron el riesgo calculado de entregar varias de sus franquicias más poderosas y representativas a mujeres, será el motivo principal de lo que sea que ocurra durante el 2020 y la representatividad femenina en la meca del cine.
Será un año en el que veremos a destacados personajes femeninos interpretados por Angelina Jolie, Salma Hayek y Gemma Chan, que de alguna u otra manera, se enfrentarán en taquilla y preferencia del público, con los proyectos de Sony Morbius de Daniel Espinosa que llegará al cine el 31 de julio, y Venom 2 de Andy Serkis, que se estrenará el 2 de octubre.
¿Es posible que en el futuro veamos alguna película de las multimillonarias franquicias de Fast and Furious y Avengers y, sí, incluso una película de Star Wars, dirigidas por una mujer? Solo restar que el cambio que se anuncia sea lo suficientemente poderoso y contundente como para ser significativo en la historia del cine.