Samsung encara la segunda mitad de año con el Galaxy Note 10+ como punta de lanza. El nuevo modelo incorpora componentes mejorados, un diseño renovado y un nuevo color, el aura glow, que atrae miradas allá por donde pasa. Esto es todo lo que debes saber sobre él.La familia Galaxy Note, en su origen, parecía condenada al fracaso. Cuando Samsung la inauguró allá por 2011, fueron muchos los críticos que se burlaron de sus exageradas dimensiones –teniendo en cuenta los tamaños de pantalla de la época–, del stylus integrado y del concepto que representaba.
Sin embargo, nueve años más tarde, la familia Note no solo ha sobrevivido los movimientos de la industria; sino que la ha influenciado. La identidad de teléfono todoterreno, potente y grande que caracterizó durante años a la gama es, ahora, el estándar de la gama alta. Incluso Apple, que intentó evitar el crecimiento de la pantalla del iPhone, acabó sucumbiendo a lo que ya es una tendencia inevitable.
No obstante, este suceso evidentemente positivo, también tiene un lado negativo para la familia Note: su identidad, ahora es la de todos. Y cuando tu identidad es la de todos, básicamente, has perdido tu identidad. Lo único que diferencia al Galaxy Note del resto de smartphones, a día de hoy, es el stylus, y su relevancia en la decisión de compra es, en la mayoría de casos, escasa o inexistente. Así que para contrarrestar parcialmente esta situación y conquistar al público pese a esa diluida identidad, Samsung ha centrado sus esfuerzos en un área muy particular: el diseño.
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El Galaxy Note 10+ introduce una nueva estética que, pese a no ser revolucionaria, sí resulta muy atractiva. El feeling, en cierto modo, recuerda al añorado Lumia 920, con unos bordes laterales muy curvos y dos cortes transversales por arriba y por abajo –que casi permiten dejar el teléfono de pie sin ningún tipo de sujeción–. En la mano se siente bien, pese a su gran tamaño, aunque es cierto que las esquinas, al ser más pronunciadas que las presentes en el S10+, hacen que ciertas acciones resulten un poco más complejas.
No obstante, la auténtica estrella de este nuevo diseño no es la forma del chasis ni la disposición de ciertos elementos como la cámara; es el peculiar y llamativo acabado Aura Glow.
En base a cómo incide la luz sobre la superficie, este acabado muestra un arcoíris completo –como se pueden ver en las imágenes– o, por el contrario, una superficie plateada similar a la de un espejo. El resultado, en ambos casos, es sumamente atractivo y original, por los que no sería una sorpresa que muchos consumidores se decanten por el Galaxy Note 10+ debido única y exclusivamente a este nuevo "color".
Brillando por dentro y por fuera
Al margen del llamativo Aura Glow, el elemento más destacado del Galaxy Note 10+ es la pantalla. El panel de 6,8 pulgadas con resolución QHD+ y tecnología AMOLED es, honestamente, una obra de arte. Se extiende hacia los bordes como ningún otro teléfono de Samsung había hecho hasta ahora y ofrece una calidad de imagen excepcional en todos los sentidos. Sin lugar a dudas, se trata del mejor panel jamás montado en un smartphone (hasta la fecha).
Samsung, además, dijo adiós a los modos de calibración absurdamente saturados con el Galaxy S10+, por lo que, nada más salir de la caja, las bondades de este sublime panel se aprovechan en pro de la fidelidad, no de la vistosidad y la extravagancia –como ocurría hasta ahora–.
Justo debajo de este excepcional panel se encuentra, una vez más, el lector de huellas dactilares ultrasónico, cuyo tamaño ha permanecido inalterado respecto a la generación anterior. Ahora, eso sí, se encuentra un poco más alto, lo cual se agradece teniendo en cuenta las dimensiones del dispositivo.
El funcionamiento del sensor ha mejorado, y la tasa de error es aún menor que la experimentada con el Galaxy S10+. No obstante, lo que más ha evolucionado respecto a la generación previa es el tiempo de reacción del dispositivo. En el S10, la lectura de la huella era relativamente veloz, pero el proceso de verificación de la misma y la correspondiente transición resultaba excesivamente lenta. Con el Note 10, ambas fases parecen haber sido optimizadas para completarse en un menor lapso de tiempo, lo cual se agradece.
Bajo el capó, Samsung ha incorporado un microprocesador ligeramente mejor que el del S10+, 12 GB de memoria RAM y un almacenamiento de tipo UFS 3.0. Los tres elementos aseguran una experiencia de uso fluida y unos tiempos de carga muy reducidos, aunque sorprende que la mejoría respecto al S10+, más allá de benchmarks, sea prácticamente inapreciable. La situación contrasta con la de otros teléfonos –como el OnePlus 7 Pro–, que sí parecen sacar un mayor partido a las capacidades de esta nueva memoria.
Respecto al software, no hay grandes avances respecto a lo visto en el S10+ –más allá de algunas funciones específicas de la familia Galaxy Note–. El fabricante surcoreano vuelve a apostar por One UI, la cual, por primera vez en la historia de Samsung, suma en lugar de restar. La estética es mayoritariamente coherente y atractiva, las interfaces son homogéneas y el funcionamiento, sin llegar a equiparar la velocidad de desarrollos como Oxygen OS, es muy bueno.
Impulsando todos los componentes anteriormente citados se encuentra una batería de 4.300 mAh de capacidad que, en la práctica, ofrece una autonomía superior a lo habitual. Ahora, además, es compatible con un sistema de carga rápida de hasta 45 W –aunque el fabricante solo incluye un adaptador de 25W en la caja–, solventando así una de las principales carencias de su hermano, el Galaxy S10+.
La cámara, ese talón de aquiles
En lo que a fotografía se refiere, el Galaxy Note 10+ cuenta con una configuración muy similar a la del Galaxy S10+. La única diferencia destacable es la inclusión de un sensor ToF que permite medir la distancia a la que se encuentran los elementos del entorno con mayor precisión. Gracias a ello, por ejemplo, el teléfono es capaz de aplicar un filtro de desenfoque –como el modo retrato– en vídeo y en tiempo real, aunque el resultado, honestamente, es bastante decepcionante. También ayuda en la captura de imágenes con enfoque dinámico –el modo retrato de Samsung– y en futuras aplicaciones de realidad aumentada, aunque, en ambos casos, la mejoría es relativamente baja.
Más allá del ToF, la calidad de las fotografías capturadas con la cámara principal es generalmente buena. Las imágenes cuentan con un buen rango dinámico, una iluminación correcta y un nivel de detalle más que aceptable. El tratamiento de imagen característico de Samsung –que tiende a saturar un poco, elevar ligeramente el contraste y aplicar algo de nitidez artificial– también hace acto de presencia en este modelo. El resultado son imágenes algo más vibrantes y llamativas, pero no necesariamente fieles a la realidad.
Cuando la luz comienza a desaparecer, el teléfono de Samsung, como en modelos anteriores, intenta reducir el nivel de ruido artificialmente y se lleva consigo parte del detalle de los contornos y las texturas, algo que tanto Apple como Google suelen resolver con mayor naturalidad y efectividad.
La dinámica también se repite con el modo de enfoque dinámico, cuyo mayor problema sigue siendo la forma en la que procesa la piel de los retratados. La textura del rostro, a menudo, carece del detalle suficiente y el tono del mismo tiende a ser frío y apagado.
Además del sensor principal, el Note 10+ integra un objetivo 2x que permite hacer zoom sin pérdida de calidad y un gran angular que, en determinadas situaciones, puede ser muy divertido de utilizar. Eso sí, la calidad de las imágenes capturadas con estos dos elementos, evidentemente, suele ser inferior a la del sensor principal, por lo que has de tenerlo en cuenta a la hora de disparar.
Por último, dos menciones especiales:
- El zoom-in mic funciona, pero el efecto es más sutil de lo que imaginábamos cuando Samsung lo anunció.
- El modo noche, también presente en el S10+ gracias a una actualización de software, permite salvar con eficacia algunas escenas bastante oscuras.
Otros detalles
- El S-Pen se convierte en una varita mágica. Ahora puedes controlar ciertas aplicaciones realizando gestos en el aire con el S-Pen, como si de una varita mágica se tratase. Salvo momentos muy puntuales, la utilidad de esta nueva característica es prácticamente nula.
- DeX sigue siendo un quiero y no puedo. La idea de conectar el smartphone a un ordenador o una pantalla y convertirlo en el epicentro de nuestra computación es una idea sumamente atractiva. Sin embargo, DeX aún no logra ejecutarlo con la suficiente contundencia como para convertirse en una función diferencial de los teléfonos de Samsung. A esto, además, hay que sumar que las nuevas apps de DeX para Windows y Mac son algo inconsistentes en lo que a fluidez se refieren.
- El motor de vibración mejora, por fin. La retroalimentación háptica del Galaxy Note 10 es mucho más placentera que la de otros modelos de Samsung. Eso sí: aquí, el iPhone sigue siendo el rey.
- *Adiós al jack de auriculares y al botón Bixby.* El todoterreno de Samsung da el paso definitivo y se deshace del conector de auriculares que tanto ha defendido durante generaciones. Lo mismo sucede con el botón Bixby, aunque dudo que alguien llegue a echarlo de menos.
¿Galaxy Note 10+ o Galaxy S10+?
¿Te fascina el Aura Glow? ¿Eres un usuario activo del stylus o crees poder serlo? Si la respuesta a ambas preguntas es “sí”, entonces el Galaxy Note 10+ es el teléfono ideal para ti.
En cambio, si la respuesta a ambas preguntas es un “no”, quizá debas retirar el Note 10+ de tu lista y considerar, en su lugar, el Galaxy S10+. La explicación es simple: el nuevo modelo es una pizca más grande, su diseño ha sido refinado y en el interior hay pequeños cambios que prometen mejorar sensiblemente la experiencia de uso del teléfono; sin embargo, ninguno de esos avances constituye, para la mayoría de casos, una diferencia sustancial que justifique el desembolso de 400 euros extra –que es la diferencia existente entre los 1.100 euros del Note 10+ y los 700/750 del S10+ en Amazon–.
Esto no significa que el Galaxy Note 10+ sea un producto mediocre, insatisfactorio o insuficiente. De hecho, la realidad es justo la opuesta. El Note 10+ es, sin lugar a dudas, uno de los mejores smartphones de este año. El problema es que el S10+, anunciado hace solo seis meses, ofrece una experiencia extremadamente similar a un precio notablemente inferior.
Conclusión
El Galaxy Note 10+, como otros integrantes de esta familia, es un teléfono excepcional. Los retoques estéticos, el llamativo color Aura Glow y las sutiles mejoras internas, sumado a todo lo que ya conocimos con el Galaxy S10+, se traduce en un producto excelente con el que muy pocas personas quedarán insatisfechas.
Eso no significa, no obstante, que todo en el producto de Samsung sea perfecto. La cámara fotográfica, pese a ofrecer buenos resultados y ser más versátil, sigue sin equiparar, en algunas situaciones, la calidad de imagen de productos como el iPhone XS o el Pixel 3 XL. Hay que considerar, además, que muy pronto llegarán al mercado equipos muy fuertes como el Pixel 4 o el iPhone 11 Pro, los cuales, muy probablemente, darán un paso hacia delante en este campo y ampliarán un poco más las diferencias respecto al teléfono de Samsung.
La suerte del fabricante surcoreano es que, al margen de su cámara, el Note 10+ es teléfono increíble. Y eso, unido a la incertidumbre que actualmente rodea a Huawei, probablemente sea más que suficiente para completar el ciclo habitual y llegar hasta febrero o marzo, cuando tendrán una nueva oportunidad de dar en el centro de la diana con el Galaxy S11.
Pros
- La mejor pantalla de la industria.
- Un diseño llamativo y atractivo a partes iguales.
- La carga rápida puede alcanzar hasta 45 W.
Contras
- La cámara ofrece buenos resultados, pero empieza a quedar relegada respecto a los líderes.
- La inclusión de una memoria UFS 3.0 apenas se aprecia, a diferencia de otros teléfonos.