Como si no tuviéramos suficiente con el cambio climático, hemos añadido a esta receta de la destrucción otro ingrediente más para hacer inhabitable la Tierra: el plástico, en todos sus formatos. Es otra de las grandes enfermedades que asolan nuestro planeta en la actualidad.
Uno puede llegar a preguntarse cuál será la causa de la extinción de la especie humana, ¿será el cambio climático o la contaminación de las aguas con plástico? No podemos aventurarnos a saberlo a ciencia cierta, pero sí sabemos que los microplásticos ya están apareciendo en todas partes. Desde nuestras heces hasta en la leche materna han aparecido microplásticos o componentes de este material. En el caso de la leche materna hay que matizar que los niveles no son alarmantes, pero que cambiando determinados hábitos se pueden disminuir. Uno de ellos es, justamente, disminuyendo los envases de un solo uso o, incluso, no usar cremas de manera intensiva. Pero vamos a centrarnos en el primero.
Sí, las cremas hidratantes afectan a la leche materna, pero solo si te pasas con ellas
La reducción del uso de envases de un solo uso puede ser una decisión difícil de tomar, pero será más justa para el medioambiente. Si, más allá de la lactancia, tomamos como hábito de vida dejar atrás el plástico, ¿cómo podemos hacerlo? ¿Es fácil? Para saber un poco más acerca de cómo vivir sin plástico, en Hipertextual hemos hablado con Patricia Reina Toresano y Fernando Gómez Soria, los creadores del blog Vivir sin plástico, que publicaron en la editorial Zenith el pasado mes de abril un libro con el mismo nombre para ayudar a quienes quieran aventurarse a empezar un camino en el que el plástico no sea el rey de nuestras vidas.
¿Por dónde empezar?
Patricia y Fernando comenzaron su andadura contra el plástico en agosto de 2015. Cuatro años después, son unos expertos en vivir sin plástico y, ahora, también están en Youtube. Su primera idea fue abrir el blog porque son un poco "dispersos" y querían subir todas las semanas una imagen con todo el plástico que habían acumulado durante ese tiempo, para ver dónde estaba el problema. De hecho, ambos recomiendan comenzar analizando los envases que usamos para ir poniendo soluciones a cada uno de ellos: "A nosotros nos gustó lo de guardar los plásticos que usábamos durante la semana porque eso te da una visión muy clara de dónde vienen", explica Fernando. Como era un reto más bien personal, no previeron que fuera a tener tanto éxito. Pero a la gente les gustó lo que hacían y les preguntaban consejos y también se los daban, para ayudarles a reducir sus residuos.
"Por ejemplo, nosotros teníamos muchas bolsas de ensalada y pensamos que la solución era comprar dos lechugas diferentes y mezclarlas en casa", añade. "También había muchas bolsitas de pasta, arroz, frutos secos… Así que empezamos a comprarlo a granel". De esta manera, Fernando y Patricia aconsejan comenzar paso a paso, es decir, no querer quitarse de golpe todos los envases: "Ves de dónde vienen tus residuos y vas poniendo soluciones, no es tan difícil ir a una tienda a granel y comprar de este modo. Una semana empiezas yendo allí y cuando ya tienes el hábito metido, pasas al siguiente nivel", comenta él.
Europa estudia prohibir los bastoncillos, las pajitas y los cubiertos de plástico
"Lo importante es empezar por donde a uno le sea más fácil comenzar, para después pasar a los siguientes sin agobios. Así disfrutarás de ver cómo vas reduciendo el plástico", señala. Por su parte, Patricia añade que es importante que si uno se bloquea con algún tipo de envase, lo deje a un lado, y vuelva a fijarse en él más adelante. De esta forma, te vas quitando otros plásticos que son más fáciles de sustituir para cada uno y se van quedando los más difíciles para el final. Además, añade Fernando, si alguien no puede vivir sin un producto que está envasado, puede seguir comprándolo: "No es un todo o nada. Hay muchos otros plásticos que reducir, no pasa nada porque te quedes con el del producto que más te gusta", afirma.
Envases compostables, ¿una solución?
>
El nuevo contenedor marrón se terminará de colocar, previsiblemente, el próximo año. Este nuevo lugar será utilizado para aquellos productos que puedan ser compostados, como algunos tipos de plástico que en unas condiciones muy particulares pueden biodegradarse. Estos contenedores serán llevados a plantas industriales de compostaje donde se realizará el proceso biológico para que se degraden y que no sean contaminantes.
De hecho, el pasado mes de noviembre, Ecoembes anunciaba un nuevo plástico biodegradable que podría servir, de aquí a cinco años, para sustituir a los envases de un solo uso. ¿Podría ser esta la solución? Fernando y Patricia tienen clara su respuesta: "Es mejor que sea un plástico compostable", apunta ella. Sin embargo, añade que "no se trata de cambiar un material por otro" sino que es más bien una cuestión de comportamiento. "No hace falta envasar cuatro manzanas, por ejemplo, da igual el plástico que sea, no es necesario. Hay que reducir y, después, para lo que sea esencial, para lo que realmente haga falta, ahí sí, usar plástico compostable". Señala que ve necesario que se siga investigando materiales alternativos, pero que "primero hay que reducir el plástico que usamos".
En marcha el nuevo envase de plástico que no contamina
En el caso de la investigación realizada por Ecoembes, este plástico biodegradable se consigue gracias a los restos de diferentes deshechos orgánicos como la piel de patata o zanahoria, por lo que se puede fabricar sin que sean necesarios cultivos solo para hacer estos envases. Pero, en otros casos, el hecho de tener que cultivar solo para hacer plásticos "sería un problema" por el uso de pesticidas y otros productos que podrían dañar la tierra, según señala Patricia.
De hecho, el pasado 27 de marzo, la Unión Europea por fin prohibía para 2021 el uso de los plásticos de un solo uso. Para entonces ya no quedará rastro de bastoncillos para los oídos, cubiertos y vasos de plástico, pajitas... Aunque también es posible que se usen otros tipos de plásticos o materiales (como cartón) para seguir utilizando estos productos. Sobre esta decisión, tanto Fernando como Patricia creen que se trata de "un paso adelante". Aunque, si estos objetos se empiezan a hacer de plástico compostable, pero la gente no los tira en el contenedor marrón, los plásticos seguirán siendo un problema: "El plástico compostable está muy bien para algunas cosas, pero lo que ocurre es que solamente se compostan en plantas de compostaje industrial. Si lo tiro en un contenedor de basura orgánica (marrón), termina en una de estas plantas. Pero si, por cualquier motivo, termina en el océano o en la naturaleza, esto no sucede tan fácilmente porque, sobre todo en el mar, no se dan las condiciones idóneas", explica él. "Va a ser menos problemático porque es biodegradable, pero nosotros creemos que no es la solución, nos hubiese gustado un paso un poco mayor", añade.
"Y, la verdad, es que son objetos que creemos que son innecesarios, pero que deberían de poner el énfasis en los envases de un solo uso, no solo en estos objetos... que está bien, cualquier paso en contra del plástico lo veo bueno. Pero también es verdad que se queda corto porque el grueso son los envases y botellas de un solo uso", señala Patricia a Hipertextual.
El problema en el océano
No nos hemos dado cuenta de la gravedad del asunto, afirman ambos. Pero, tampoco sabemos ahora mismo cuál es "la magnitud del problema", apostilla Fernando. Pero todo parece indicar que "para 2050 habrá en el mar más plástico que peces", añade.
Lo más problemático para Fernando es que "el plástico convencional no se biodegrada, solo se va rompiendo en partículas más pequeñas". "Esto hace que ahora nos encontremos plásticos en todas partes, desde el Atlántico hasta microplásticos en el agua embotellada, en los peces, en la sal, en la miel, en el aire...", añade. "Hay plásticos en todos los sitios del mundo. Incluso en la Fosa de las Marianas, el sitio más profundo de la Tierra, puedes encontrar plástico", afirma Patricia.
"Son tan pequeños que los humanos no los podemos percibir y que se hagan más pequeños no significa que desaparezcan", explica él a Hipertextual. Además, todavía no sabemos del todo cómo pueden afectar a los humanos y "se está investigando", sí que estamos viendo cómo afecta a otras especies, desde los peces y tortugas que se quedan atrapados entre los plásticos hasta las ballenas que aparecen con el "estómago reventado por comerlo" y se muestran en las noticias. "El plástico está matando a un montón de especies", concluye Patricia.