Aprovechando que estamos en la semana de la lactancia, investigadores españoles han publicado un estudio en el que han encontrado Bisfenol A, F y S en la leche materna. A pesar de que en redes sociales saltó la alarma por un artículo publicado en El Mundo, no hay que alarmarse ya que las cantidades son 100 veces inferiores a la recomendada, pero ¿qué es el Bisfenol? ¿Puede afectar de alguna forma a los bebés? ¿Cómo ha sido el estudio?
El estudio ha estado liderado por el doctor Vicent Yusà, investigador de la Fundación Fisabio. Se han analizado 120 muestras de leche materna en una investigación que está dentro de un proyecto mayor, llamado BETTERMILK: "Este estudio es una colaboración entre la Fundación Fisabio y el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe dentro de un proyecto más global, BETTERMILK. El proyecto lo que pretende es evaluar la exposición de madres que han dado a luz allí en la Fe, pero que bueno, representan a las madres valencianas o españolas, y lo que queremos es un poco ver cuál es la exposición a contaminantes externos de este grupo de población", indica a Hipertextual desde el otro lado de la línea telefónica Yusà. "Nos interesa resaltar la importancia de la lactancia materna y, por lo tanto, ver si el conjunto de contaminantes a las que está expuesta la madre durante el periodo de lactancia puede suponer un riesgo tanto para la madre como para el lactante", añade el investigador.
Por tanto, dentro de este estudio no solo se analiza la leche materna sino también otros tipos de muestras: "Estamos estudiando la exposición de la madre a distintos contaminantes y para ello estamos tomando muestras de pelo, para ver la exposición al mercurio; muestras de orina y, también, de leche materna con objeto de caracterizar bien esa exposición y evaluar también el riesgo", comenta. Pero justo estamos en la semana mundial de la lactancia, unos días dedicados a promover la lactancia materna y que fue instaurada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud y UNICEF en 1992, se celebra en más de 120 países hasta el próximo miércoles, concretamente del 1 al 7 de agosto.
Pero, ¿qué es el Bisfenol? "Los bisfenoles se han utilizado y se utilizan todavía ampliamente en la fabricación de distintos tipos de plástico que están en contacto con alimentos, pero también con juguetes, en productos de cosmética...", explica a Hipertextual Yusà. "Es una sustancia que tiene un elevadísimo nivel de producción mundial y que se utiliza muchísimo en muchos productos de consumo y en envases", añade. Además, dentro de este grupo químico el más usado era el Bisfenol A, pero "como mucha literatura científica señalaba la posible asociación de esta sustancia con que era disruptora endocrina, es decir, que afectaba al sistema hormonal, y podría producir determinados trastornos neurológicos sobre todo en la exposición prenatal". "Ha ido apareciendo en los últimos diez años mucha literatura científica en este sentido y la industria lo que ha hecho ha sido usar sustitutos", señala Yusà. Entre esos sustitutos están, sobre todo, el Bisfenol F y S: "En nuestro estudio lo que hemos hecho ha sido evaluar estas tres sustancias ya que son las más usadas", indica.
"La conclusión es que las madres están expuestas a Bisfenol, de hecho, a parte de la leche, que es este estudio, vemos que alrededor de un 83% de las madres tenían niveles cuantificables de Bisfenol A. Pero si medíamos también en la orina la cantidad de esta sustancia, teníamos también alrededor del 75-80% que tienen Bisfenol", explica Yusà. "Eso es general en toda la población europea, en Estados Unidos y en Canadá, si tu mides Bisfenol en orina, la población tiene Bisfenol en orina, hay una exposición", añade.
¿Esta exposición está por encima de los niveles de seguridad? "A nosotros nos interesaba sobre todo la seguridad del lactante porque la madre está expuesta, pero la leche es el principal alimento del niño de cero a seis meses, por ejemplo". "Haciendo la evaluación del riesgo con la metodología internacional que existe, lo que sí que vemos es que en promedio la ingesta de Bisfenol por parte del lactante a través de la leche materna está unas 100 veces por debajo del nivel de seguridad que ha fijado la OMS", añade. Este nivel de seguridad es de cuatro microgramos de Bisfenol A por cada día y kilo de peso del bebé.
Yusà apunta que este es el promedio, pero que hay que tener en cuenta que algunas madres estarán más cercanas a esos cuatro microgramos, por el uso intensivo de cremas de todo tipo (hidratantes, solares...), pero también por el uso de envases en bebidas y alimentos. "Poniéndonos en un escenario muy desfavorable, puede haber un 25% de las madres que, digamos, no es que tengan más riesgo, pero es que tienen un poco menos de seguridad que la media. Y podría darse el caso de que un 1 o 2% de madres sí que tuviesen un nivel de contaminación elevado y pudiesen entrar en una zona de riesgo para el lactante", señala el investigador.
Pero, ¿qué hay que hacer para tener menos contaminación? "Aquí hay dos cuestiones que son interesantes resaltar. Por un lado puede haber algunos compartamientos individuales, decir es que si el Bisfenol fundamentalmente se ingiere o se expone a través de los alimentos o las bebidas, pues utilizar alimentos que no estén envasados en plástico ni botellas de plástico de policarbonato ni carne envasada... Eso es una fuente importante, pero en este estudio sí que vimos que las madres que utilizaban diariamente cremas de uso corporal (solares, no solares, para la piel...) sí que tenían mayor nivel de Bisfenol porque muchas veces las cremas están envasadas en plástico y sí que aportan esta sustancia", señala. "Podemos recomendar a las madres que durante el periodo de lactancia no utilicen de manera intensiva cremas o aquellas que les garanticen que no tienen Bisfenol o que no beban de botellas de agua de plástico o que compren alimentos que no estén envasados en plástico", añade. Pero es importante recordar que tanto en la Comunidad Valenciana como en España, los niveles de Bisfenol "no son muy distintos a los que hay en el resto de Europa" y es algo en lo que Yusà insiste en varias ocasiones desde el otro lado del teléfono.
La otra vía es, en opinión de este investigador, "la más eficaz" y se trata de que la Unión Europea restringa el uso del Bisfenol en los productos que puedan estar en contacto con alimentos, cremas, bebés... De hecho, "con cierta lentitud", como reconoce Yusà, se está poniendo en marcha: "Hace tres o cuatro años todavía se podían adquirir tetinas de biberón con Bisfenol. Ahora ya está prohibido, no puede haber productos de consumo, juguetes o tetinas para los niños, que usen esta sustancia", señala. "Es una restricción legal que ayuda muchísimo a disminuir el riesgo y la exposición. Ahora los niveles de esta sustancia que se pueden usar en los envases son menores", añade. "Hay que ir poco a poco a restringir o eliminar el uso del Bisfenol en envases y otros objetos que puedan estar en contacto con niños".
¿Cuál es el riesgo para los bebés?
"El tema del riesgo tampoco es algo definitivo, hace veinte años había autorizados una serie de plaguicidas,que las autoridades señalaban que eran seguros porque estaban autorizados y se utilizaban de acuerdo con la normativa, pero cinco o diez años después los han prohibido. Con esto del Bisfenol nosotros estamos utilizando hoy un nivel de seguridad que marcó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2015, pero que en estos momentos la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria está en un proceso de revisión de esa situación y en un año ya no sean cuatro microgramos sino que puede ser uno o 0,1", comenta. "¿Esto qué quiere decir? Que el nivel de seguridad tiene que ver con los conocimientos actuales, pero luego los estudios dirán. Seguramente en un año la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria acabará la reevaluación del Bisfenol A y bajará muchísimo el nivel de seguridad", indica.
"Todavía no está totalmente establecido porque si lo estuviera hoy por hoy se prohibiría absolutamente, pero sí es cierto que en la literatura científica van apareciendo cada vez más estudios en los que hay una asociación estadística, aunque aún queda por saber el mecanismo molecular por el que estas cosas pueden o no suceder, entre mayor exposición a Bisfenol y afecciones al sistema hormonal o al neurodesarrollo de los bebés, sobre todo en los periodos prenatales, que es el periodo de vida más sensible porque el ser humano se está formando", explica. "Ahí una exposición de la madre a contaminantes afecta muchísimo al desarrollo fetal". "Hay bastante estudios donde apuntan esa asociación y que puede haber una bajada de los coeficientes de inteligencia, la capacidad cognitiva, cierto retraso en el aprendizaje... Esos son lo que los estudios van apuntando y, de ahí, las políticas de la UE de restringir esta sustancia", concluye.
Por tanto, el uso intensivo de las cremas o los envases pueden aumentar el Bisfenol en la leche materna, aunque en general se mantiene por debajo de los niveles. Si la madre se echa más de una vez al día cualquier tipo de crema y los envases de plástico forman parte de su día a día, para asegurarse puede reducir ambas cosas, pero no hay que alarmarse: España se mantiene en el promedio de los niveles de Bisfenol que hay en Europa.