La conocida YouTuber Brooke Houts subió, por error, un video en el que se puede ver cómo maltrata y abusa de su perro, un doberman llamado Sphinx, incluyendo golpes, empujones e inclusive someterlo contra el piso y escupirle. Pocos minutos después lo eliminó, pero fue muy tarde: decenas de personas lo habían descargado y lo empezaron a subir a redes sociales.

No solo internet se fue en su contra, incluyendo declaraciones públicas de otros YouTubers conocidos rechazando el acto. La policía de Los Angeles —donde Houts vive— decidió investigarla por maltrato animal después de recibir decenas de llamadas de personas preocupadas por el estado y el bienestar del perro.

Houts se disculpó en un largo comunicado publicado en redes sociales, donde asegura que su estado emocional no era el mejor, pero que "ella debe que corregir los comportamientos inadecuados del perro y que no tiene dinero para contratar a un entrenador". Sus palabras causaron aún más rechazo.

Pero por el momento la YouTuber podrá quedarse con la custodia del perro, de acuerdo a un comunicado enviado por la policía de Los Angeles a TMZ. El argumento es que el doberman no corre peligro inmediato, pero que una vez que la investigación concluya, podrían quitárselo.

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