Mark Zuckerberg suele comenzar el año con un propósito que hace público a través de la red social que fundó. El año pasado lanzó una carta abierta para “volver al Facebook original”, más cercano con las personas y alejado de las noticias en su feed que le habían hecho ser una plataforma publicitaria de referencia para medios y marcas, pero que también la había convertido en el caldo de cultivo de las fake news.

El creador de Facebook seguramente ya sabía entonces lo que iba a llegar, aunque quizá no que explotara de tal forma. Tres meses después de aquel propósito de color de rosa, el caso de Cambridge Analytica destapaba lo que podría ser un capítulo de Black Mirror en la vida real. La red social había servido para que empresas e injerencias rusas palparan e influyeran en eventos electorales tan importantes como las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, las que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca. La respuesta de Zuckerberg y su compañía fue admitir errores, pero procurando distanciarse de cualquier responsabilidad.

El problema es que el 2018 siguió siendo un reguero de noticias que sacaron a la luz que Facebook no solo fue poco prudente con los datos de sus usuarios, sino que los utilizó como factor comercial por encima de lo conocido firmando acuerdos prioritarios con empresas como Netflix o Spotify para que pudieran acceder a los mensajes privados de millones de personas. Por si fuera poco, también supimos que una brecha de seguridad había expuesto los datos de otros 50 millones de perfiles y, para redondear, que la compañía planea usar hasta el polvo de la lente de nuestro smartphone para saber dónde estamos.

Sí, como dijo Aaron Sorkin hace poco, se podría hacer perfectamente una segunda parte de La Red Social, pero quizá ahora con Zuck como villano. El comentario recurrente de que “cuando algo es gratis, es porque el producto eres tú”, más real que nunca.

El año negro de Facebook: un calamitoso 2018 que será difícil de olvidar

Para este 2019, el CEO de Facebook se ha prometido a sí mismo “salir más y hablar con la gente”, para conocer de primera mano “algunos de los debates sobre el futuro, las concesiones que enfrentamos y hacia dónde queremos ir”, según expuso en su particular post de año nuevo.

Sin embargo, qué duda cabe, para la plataforma del 'me gusta' el mayor reto de este año va a ser limpiar su imagen y mantener el crecimiento que ha tenido en la última década. Sus escándalos han provocado una pérdida de confianza por parte de la opinión pública. Aunque con más de 2.200 millones de usuarios activos al mes sus estadísticas siguen creciendo -el último reporte solo apuntaba una caída de 1 millón en Europa, que se contrarrestaba con otras partes del mundo-, Facebook sí que ha recibido un fuerte mazazo en bolsa, con caídas acumuladas del 30% en el último trimestre del pasado año, y cada vez son más las encuestas que dicen que, aunque su hegemonía sigue ahí, las personas cada vez huyen más de la red social.

Uno de estos últimos estudios, elaborado por Pew Research, señalaba que al menos un cuarto de sus encuestados habían borrado la aplicación de Facebook de su smartphone. Su baza sin embargo sigue estando en que el grupo que dirige Zuckerberg también posee Instagram y Whatsapp, dos valores en alza que bien pueden sostener la caída de Facebook en materia de nuevas altas. Cabe recordar que Instagram superó este año los 1.000 millones de usuarios cuando hace solo seis, en el momento de su venta a Facebook, apenas contaba con 30. Y es bueno también recordar que el rumbo tomado por estas dos herramientas desde que están controladas por la gran F ha supuesto la salida de sus equipos creadores, quienes no estaban de acuerdo con cómo se estaba trabajando con ellas. Brian Acton, confundador de Whatsapp, ha sido especialmente directo al decir que Facebook “vende la privacidad de sus usuarios”, mientras que Kevin Systrom y Mike Krieger, creadores de Instagram, también salieron este año bajo rumores de disconformidad.

Instagram vs. Facebook: la red social ‘hija’ se está comiendo al padre

Conocedor del tirón de estas aplicaciones, Zuckerberg habría ideado conectar Facebook Messenger, Whatsapp e Instagram, de modo que cualquier usuario registrado en una de ellas pudiera enviar mensajes a personas que usan los otros servicios. Esta 'unión' no significaría que solo hubiera una aplicación, según publicaba The New York Times, sino formar una infraestructura común que facilitara la conexión y el posible paso de una red social a otra.

Ahora bien, aunque Instagram (por publicidad) y Whatsapp (por la posibilidad de monetización) tengan por sí mismos un valor incalculable, ¿qué puede hacer Facebook con su red social primigenia?

LOL, una plataforma de memes, hardware y muchas apuestas al aire

Según los datos de la propia compañía, hasta un 99% de sus beneficios proceden de la venta de publicidad. Los anuncios y promociones que marcas y medios realizan para destacar en el feed de esa masa enorme de usuarios. Facebook por lo tanto tiene todos los huevos de sus ingresos en una sola cesta, y aunque esta es demasiado enorme como para dejar de ser rentable, la falta de credibilidad y la menor actividad que cada vez tiene puede ponerla en entredicho.

Con este panorama, Zuckerberg y compañía han acelerado en los últimos meses varios proyectos para volver a atraer público nuevo a su red social, una serie de iniciativas que se han disparado especialmente en los pocos días que llevamos de 2019. Estas son algunas de ellas:

  • Facebook Watch: el servicio de contenido de vídeos, que se implementó en todo el mundo el pasado verano, parece no despegar por el momento, aunque tiene acuerdos de creación de contenido propio con marcas y personalidades como Cristiano Ronaldo.
  • Facebook Jobs: desde 2017, la plataforma ofrece un servicio de promoción de ofertas de empleo y candidaturas.
  • Lasso: en noviembre de este año Facebook presentó Lasso, una app que podría integrarse en un futuro en la plataforma y que es una copia del exitoso modelo de vídeos cortos con música de la china TikTok.
  • Algunas apuestas de hardware: en octubre fue presentado Portal, una especie de tableta-altavoz que quiere ocupar su espacio entre los Echo, Google Home y Apple HomePod. Del mismo modo, también compró Oculus y su tecnología para dispositivos de realidad virtual, cuyo cofundador, por cierto, también renunció a sus cargos en Facebook el año pasado.
  • ¿Inversión en medios?: tras su disputa y 'desterrar' del feed buena parte de las publicaciones de sitios de noticias, Facebook ha anunciado que invertirá 300 millones de dólares en distintas becas e inversiones para potenciar el periodismo local, bajo su convencimiento de que su comunidad “quiere conocer noticias cercanas”.
  • Community Actions, su copia de Change.org: desde el pasado 21 de enero está disponible en algunos países esta nueva pestaña dentro de Facebook, destinada a que los usuarios hagan sus peticiones populares, muy similar a la conocida web Change.org.
  • LOL, una plataforma de memes: según informaba TechCrunch también esta semana, Facebook está desarrollando en pequeñas pruebas lo que sería una plataforma de memes similar a 9gag dentro de la red social con el objetivo de atraer a usuarios más jóvenes. Y sí, se llamaría LOL.

El propotipo de Facebook LOL. Vía Tech Crunch

Con todo esto, podemos dividir algunas de las iniciativas en distintas vertientes. La primera, la implementación de nuevas funciones dentro del propio Facebook (como ya lo fue Watch, Jobs y podría ser LOL). La segunda, nuevas apuestas en el marco de las apps con Lasso. Además, lo que podríamos denominar 'limpieza de cara' para recuperar parte de la credibilidad perdida: Community Actions y su inversión en medios locales para luchar supuestamente contra las fake news.

Por último, llama la atención la apuesta por el hardware que puede suponer Portal, después de Oculus. Este sería el único segmento dentro de Facebook, como compañía, que no pasa por su comunidad y su red social.

Así es Portal, la apuesta de Facebook en hardware.

Solo el 2019 dirá si algunas de estas apuestas sirven para reverdecer una plataforma que ya no parece atraer público joven y que amenaza con seguir espantando al usuario que cada vez es más receloso de su privacidad. En este contexto, LOL, que funcionaría según se sabe como un feed propio que tomaría publicaciones de algunas de las conocidas páginas de memes que tan populares han sido durante mucho tiempo, parece el aspecto más novedoso. Pero quizá aquí también Facebook se esté ya viendo superado por Instagram, su red social 'hija' que en poco más de un año ha pasado de ser un lugar solo destinado a fotos y temática 'beauty' y de moda a enganchar -tras copiar a Snapchat- a un buen número de usuarios jóvenes que también han encontrado en él su propio ecosistema de memes.

Solo pedimos una cosa, si LOL acaba saliendo adelante, que incluyan el meme de Zuckerberg robot:

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