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Organizar nuestro trabajo diario es un punto muy importante y, sobre todo, necesario para cumplir nuestros objetivos. Independientemente de la técnica de productividad que utilicemos o si es una técnica que nos puede ayudar a aumentar nuestro rendimiento, lo cierto es que gran parte del éxito radica en dos puntos: en saber descansar y en organizar nuestro trabajo de forma adecuada. ¿Cómo es adecuada? A eso vamos.

El enemigo número uno de la productividad y la concentración

Todos tenemos una lista, escrita o en nuestra mente, de las cosas que tenemos por hacer. Las personas trabajamos de diferentes formas pero sin duda todo parte de tareas específicas u objetivos que debemos o queremos conseguir. Es por esto que decimos que todos tenemos una lista de pendientes, acá lo importante será saberla organizar y sacar el mayor provecho de ello.

Tres listas maestras

Partamos de esta pregunta: ¿Cómo haces tu lista de pendientes? ¿En la mente, en una libreta por escrito, en una app? Más importante será la siguiente pregunta: ¿Cómo la haces? Y por último: ¿Qué sucede si no terminas una tarea, la vuelves a anotar al día siguiente o siguientes hasta que la termines?

Con estas preguntas en mente expongamos lo siguiente: al cerebro le encantan las listas ordenadas. Estas no sólo nos dan tranquilidad sino que nos dan una sensación de orden y nos liberan de una gran cantidad de estrés. Eso está muy bien, ahora vayamos más lejos y utilicemos esta sencilla técnica que implica realizar tres listas maestras. En ellas vaciaremos los pendientes que tenemos pero no como un costal sin orden sino de forma estructurada que nos dará ventajas muy importantes.

La psicología de las listas: el cerebro ama las tareas ordenadas

Lista general

En esta lista global pondremos los objetivos generales, es decir, esas metas que bien pueden llevarnos 2, 3, 6 meses (esto dependerá del tipo de trabajo que tengas). Aquí por ejemplo puedes poner los objetivos de forma general o como metas a alcanzar; lo más importante de esta lista radica en que nos dará un panorama de "Qué" queremos hacer y "Cuándo" lo queremos (o debemos) terminar.

Lista semanal

La misma lista general nos ayudará a quebrar los objetivos en tareas más pequeñas y organizar las acciones para llegar a ellos. Estas tareas nos servirán para avanzar poco a poco y de forma estructurada hacia los objetivos generales.

Lista diaria

Así llegamos a nuestra conocida lista diaria. Si ya hemos hecho las listas maestras anteriores tendremos un panorama mucho más realista de nuestras metas, y sobre todo más estructurado. Entones lo que pongamos en la lista diaria realmente nos mantendrá en el camino hacia nuestros objetivos; será una ruta y no un conjunto de datos, importantes, sí, pero que carecen de estructura. Un consejo para las tareas diarias es que cada una de ellas no te lleve más de dos horas, si es así, separa ese punto en dos tareas. La regla primordial es: mejor tareas pequeñas y objetivas que asignar un proyecto enorme, para esto último nos servirán las dos primeras listas maestras.

Mucho más que una lista de pendientes

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Como puedes ver se trata de una técnica súper sencilla de organización de los pendientes y objetivos que nos puede ayudar bastante a organizar nuestro día a día de forma que realmente estemos avanzando hacia nuestras metas. La clave de su éxito está en que no nos detendremos sino que poco a poco, y en menos de lo que pensamos, estaremos conquistando etapas y esto nos dará un boost muy importante para seguir en marcha. Esta técnica de listas maestras ayuda a no desgastar nuestro cerebro con enormes tareas; así él (y nosotros, claro) seguirá motivando al ir completando tareas (al cerebro también le encanta terminar cosas). Lo mismo va para proyectos en equipo.

Un organizador de tareas único para trabajar en equipo