Desde que hace algo más de veinticinco años se descubriera el primer mundo fuera del sistema solar, la investigación sobre los exoplanetas nos ha permitido encontrar nuevos candidatos para la búsqueda de vida extraterrestre. Un total de 3.600 planetas han sido catalogados hasta la fecha utilizando diferentes instrumentos, tanto en el espacio como en la superficie terrestre. Este particular inventario astronómico se amplía hoy gracias al trabajo de una treintena de científicos de diversas instituciones, entre ellas la NASA, que han confirmado la existencia de nuevos mundos fuera de los confines del sistema solar.

Sus resultados han sido posibles gracias a la misión K2, la iniciativa que impulsó la agencia espacial norteamericana tras el accidente del telescopio Kepler en 2013, cuatro años después de su lanzamiento al espacio. Por aquel entonces, el instrumento perdió dos de los cuatro volantes de inercia, que ayudaban a estabilizarlo y ajustar la dirección de sus lentes. La NASA decidió que no arreglaría el telescopio espacial Kepler y comenzó a buscar ideas alternativas para aprovechar la plataforma astronómica con la que buscar exoplanetas.

La sucesora de Kepler en busca de exoplanetas

Una de las propuestas es precisamente la misión Kepler K2, que en lugar de apuntar siempre a la región de Cygnus, según explicó el astrofísico Daniel Marín, comenzaría a observar varias zonas en períodos de 75 días. Aunque su precisión es inferior a la diseñada inicialmente, este proyecto ha permitido a la agencia aprovechar en lo posible las capacidades del instrumento con los dos giróscopos. Las campañas de observación impulsadas desde entonces por la NASA han permitido detectar nuevos candidatos fuera del sistema solar. La última, utilizada por el equipo de Jennifer G. Winters, ha logrado analizar y confirmar la existencia de casi un centenar de exoplanetas.

"Empezamos analizando 275 candidatos, de los que 149 fueron validados como exoplanetas reales. Se ha probado que 95 de estos mundos eran nuevos descubrimientos", explica Andrew Mayo, estudiante de doctorado en el Instituto Nacional del Espacio de la Universidad Técnica de Dinamarca. "Hemos realizado esta investigación desde que se dieron a conocer los primeros datos de la misión K2 en 2014", aclara el primer autor del trabajo, publicado hoy en la revista Astronomical Journal. Los mundos fuera del sistema solar anunciados hoy respaldan el éxito de la estrategia alternativa que tuvo que idear la NASA, ya que desde entonces la misión K2 ha logrado descubrir casi 300 planetas fuera del sistema solar. El telescopio Kepler, desde su lanzamiento y hasta la actualidad, ha permitido detectar más de 5.100 candidatos planetarios, que deben ser analizados en detalle antes de poder confirmar que se trata de exoplanetas reales.

exoplaneta
ESO/NASA.

El instrumento utiliza el conocido método del tránsito, el más empleado en la actualidad para buscar mundos fuera de las fronteras del sistema solar. Esta técnica consiste en registrar los cambios en la luz que llega de una estrella por culpa de la sombra de un exoplaneta cuando este cruza frente a su astro. Estas disminuciones de la luz son pistas que indican que puede haber un mundo lejano, pero que deben examinarse de cerca para que los candidatos sean validados y así confirmar que en realidad son exoplanetas. "Hemos descubierto que algunas de las señales estaban causadas por sistemas múltiples de estrellas o ruido de la nave espacial. Pero también hemos conseguido detectar planetas con dimensiones que van desde el tamaño de la Tierra hasta el de Júpiter y otros mundos más grandes", afirma Mayo.

Uno de los mundos catalogados ahora gira alrededor de un astro muy brillante, denominado HD 212657, en una órbita de solo diez días. Esta es la estrella con más brillo detectada hasta la fecha por la misión Kepler y su sucesora K2 que aloja un exoplaneta confirmado. "Los mundos alrededor de astros brillantes son importantes porque los astrónomos pueden aprender mucho de ellos desde los observatorios terrestres", sostiene el primer autor del estudio. Mayo también ha destacado la importancia de estas investigaciones, que nos permiten entender mejor la naturaleza de estos mundos lejanos, además de conocer mejor "nuestro propio sistema solar en un contexto galáctico".