Nuestro planeta es único. Y nuestro sistema solar también. Lo sabe todo el mundo. Pero lo que no sabe casi nadie es todo lo extraño que resulta. A día de hoy todavía hay quien se sorprende de lo extravagante que puede resultar nuestro vecindario cósmico. Con este hecho se han topado recientemente unos investigadores de la Universidad de Montreal, quienes han comprobado que somos más especiales de lo que nos pensábamos.
Como "guisantes en una vaina"
Y es que, según una reciente investigación liderada por la astrofísica Lauren Weiss, los exoplanetas que orbitan la misma estrella tienden a tener tamaños similares y un espaciado orbital regular. ¿Y qué tiene esto de especial? ¡Nada! Esa es la cuestión.
Por el contrario, nuestro sistema solar, como todos sabemos, contiene una rica variedad de tamaños, tipos y órbitas distintas. El patrón descrito podría sugerir que la mayoría de los sistemas planetarios tienen una historia de formación diferente a la del sistema solar, lo que nos hace aún más extraños de lo que creíamos.
El análisis dirigido por la Dra. Weiss, y publicado en The Astronomical Journal, se centró en 909 planetas pertenecientes a 355 sistemas de multiplanetarios situados entre 1.000 y 4.000 años luz de distancia de la Tierra. Gracias al análisis estadístico, como decíamos, el equipo encontró dos patrones sorprendentes.
Los exoplanetas, explicaban los investigadores, tienden a ser del mismo tamaño que sus vecinos. Si un planeta es pequeño, es probable que el próximo planeta alrededor de la misma estrella también sea pequeño. Y si un planeta es grande, el siguiente es probable que sea grande.
También descubrieron que los planetas que orbitan alrededor de la misma estrella tienden a tener un espaciado orbital regular. "Es como si los planetas fueran guisantes en una vaina, todos muy similares entre sí", afirmaba la Dra. Weiss para la prensa.
Júpiter y Saturno, los extraños del sistema
"Estos patrones no ocurrirían si los tamaños de los planetas o los espaciamientos fueran dibujados al azar", explica Weiss. En la teoría clásica de formación de planetas, estos aparecen a partir de un disco de acreción protoplanetario que rodea a una estrella recién formada.
Así, podrían formarse en configuraciones compactas con tamaños similares y un espaciamiento orbital regular, de manera parecida al patrón recientemente observado en los sistemas exoplanetarios. Sin embargo, en nuestro sistema solar los planetas interiores tienen órbitas sorprendentemente grandes y tamaños diversos.
Esto nos indica que la formación de nuestro vecindario estelar no fue precisamente "corriente". Cada vez son más las evidencias que muestran que Júpiter y Saturno interrumpieron la estructura inicial de nuestro sistema, en algún momento.
Esto provocó que los cuatro planetas terrestres existentes que conocemos hoy día quedaran ampliamente espaciados. Esto es importante porque nos puede ayudar en la búsqueda de vida extraterrestre. Para esto, los investigadores pretenden probar cómo la presencia o ausencia de planetas parecidos a Júpiter a grandes distancias orbitales se relacionan con patrones en los sistemas planetarios internos.
Independientemente de sus poblaciones externas, la similitud de los planetas en las regiones internas de los sistemas extrasolares requiere una explicación. Si se puede identificar el factor decisivo para los tamaños de los planetas, este factor podría ayudar a determinar qué estrellas tienen planetas terrestres que son aptos para la vida.
Kepler sigue dando sus frutos
A pesar de que hace ya cuatro años del fin de la misión original, la sonda Kepler sigue dando mucho de qué hablar. Nada mal para un observatorio espacial cuyos días están contados. Este telescopio de la NASA fue lanzado en 2009 en busca de planetas extrasolares, especialmente aquellos de tamaño similar a la Tierra, que se encontraran en la zona de habitabilidad de su estrella.
A día de hoy, gracias a este telescopio, se conocen miles de exoplanetas. Esta gran muestra permite a los investigadores no solo estudiar sistemas individuales, sino también extraer conclusiones sobre los sistemas planetarios en general. Sin embargo, muchas incógnitas siguen vigentes a pesar de los esfuerzos por desentrañar los secretos del cosmos.
Por ejemplo, todavía se sabe poco sobre qué tipo de planetas existen, o, si los hay a distancias orbitales más grandes alrededor de estos sistemas. El universo sigue siendo un lugar misterioso y vasto, lleno de incógnitas. Pero, de vez en cuando, surgen respuestas.
Gracias al Observatorio W. M. Keck de Maunakea, en Hawaii, y a las 1.305 estrellas que albergan 2025 planetas en tránsito, descubiertos originalmente por Kepler, así como al trabajo del equipo de Weiss, hoy sabemos una cosa nueva: nuestro sistema solar y nuestro planeta, es aún más precioso y único en el universo de lo que jamás nos hubiéramos atrevido a pensar.