Un equipo de astrónomos, liderado por la Universidad de Arizona, ha confirmado el hallazgo de un centenar de exoplanetas gracias al telescopio **Kepler. Según los científicos, se trata del mayor grupo de planetas confirmado desde que el observatorio espacial cambiase su modo de estudio tras los problemas técnicos que experimentó en 2013. Dentro de los 197 mundos inicialmente reconocidos, los investigadores han podido determinar la existencia de 104 exoplanetas fuera del sistema solar. Entre otros, destaca un sistema planetario conformado por cuatro planetas que podrían ser rocosos.
El catálogo de exoplanetas** dado a conocer llega después de que Kepler anunciase hace sólo unas semanas el mayor descubrimiento de mundos extrasolares realizado hasta la fecha. En esta ocasión, los astrónomos han visto planetas con un tamaño entre un 20 y un 50% superior al de la Tierra que orbitan la estrella enana K2-72, situada a 181 años luz en la constelación de Acuario. Dicho astro cuenta con unas dimensiones y un brillo menores al de nuestro Sol y los exoplanetas presentan un período orbital que varía entre los cinco días y medio y los veinticuatro días. Dos de ellos, según los científicos, podrían recibir una radiación similar a la terrestre, lo que ha llevado a los investigadores a no descartar la posibilidad de que pudiera haber surgido vida extraterrestre.
Los resultados, publicados en la revista Astrophysical Journal Supplement Series, son fruto de la combinación de datos procedentes de diferentes observatorios, incluido el propio telescopio Kepler. Desde que en mayo de 2013 la sonda perdiese el segundo de sus cuatro giróscopos (conocidos como volantes de inercia, la misión de la NASA se dio por terminada.
Sin embargo, el trabajo de la agencia espacial norteamericana y de la compañía Ball Aerospace, contratista del proyecto, sirvió para prolongar el proyecto más allá de lo previsto inicialmente. Desde aquel entonces el telescopio utiliza el conocido método del tránsito, una técnica con menor precisión de la que gozaba anteriormente la misión, pero que ha permitido realizar avances tan importantes como el primer mapa global con la edad de la Vía Láctea o continuar la búsqueda de posibles mundos habitables. Las conclusiones ahora presentadas gracias a las observaciones del telescopio Kepler y de la misión K2 muestran de nuevo el gran catálogo de mundos que todavía nos queda por descubrir y estudiar fuera de los confines del sistema solar.