La partitura básica e inquietante de Paul Haslinger (*Halt and Catch Fire*) que escuchamos nada más empezar “El matadero”, décimo cuarto episodio de la tercera temporada de *Fear the Walking Dead*, nos tensa los músculos sin dilación. Uno supone que esto sirve sólo para imbuirnos de la incertidumbre que sienten Madison Clark (Kim Dickens) y Victor Strand (Colman Domingo) ante el recibimiento que irán a tener por parte de Daniel Salazar (Rubén Blades) y Lola Guerrero (Lisandra Tena) y conozcan la hecatombe ocurrida en el Rancho Broke Jaw durante “This Land Is Your Land” (3x13), que incluso les ha privado de la baza de proveerles del armamento prometido.
Pero no la música no se debe únicamente a esta circunstancia, sino que pronto nos revelan que Ofelia Salazar (Mercedes Mason) fue mordida por el zombi atascado que obstaculizaba la ventilación de la bodega en que se habían encerrado, tras haberle caído encima. La joven Salazar le pide a Madison que cumpla la promesa que hizo en “La serpiente” (3x11) de llevarla con su padre, Daniel, a lo que no puede oponerse. Así, Ofelia es el segundo personaje principal de Fear the Walking Dead que muere esta temporada tras la cuestionable decisión que tomaron para la salida de Travis Manawa (Cliff Curtis), fallecido en “The New Frontier” (3x02) y nunca vengado ni un poquitín.
Alicia Clark (Alycia Debnam-Carey), que se había ido por su cuenta en el capítulo anterior, recibe la visita de su hermano Nick (Frank Dillane), que trata de convencerla de que se reúna con el grupo sin resultado de momento, y un silencioso Troy Otto (Daniel Sharman). Madison y compañía arriban al mercado desconcertante de la plaza de toros de Mexicali que conocimos en “The Diviner” (3x08), donde habían quedado con Daniel, y procuran que sus administradores no se percaten de que Ofelia está infectada. Victor teme una mala reacción de papá Salazar, y discute con Madison por ello; pero el tradicional Qaletqa Walker (Michael Greyeyes) apoya que cumpla su palabra respecto a la moribunda y su progenitor.
La hija de los Clark emprende en solitario la perpetua búsqueda de alimento en este mundo apocalíptico. Se ve superada por unos zombis en una hamburguesería y, mientras se esconde en el espacio infantil, una mujer (Edwina Findley Dickerson) los finiquita y se apropia sus dedos y sus dientes de para su venta como talismanes protectores, y de la comida que Alicia había encontrado, un gran bote de patatas, sin ser consciente de su presencia. Pero esta última la sigue y, tras un breve, enfrentamiento verbal, deciden compartir el contenido del bote, y después de una noche, traban una amistad irónica. Por otra parte, no podemos olvidar que los adictos a la droga lo son siempre, y cuando Nick cuida de Ofelia después de consolar a su madre ya en el mercado de Mexicali, toma de los analgésicos de la primera; y no está nada mal que nos lo recuerden.
De este modo, se descontrola; añade tequila a los medicamentos y convence a un reticente Troy de conseguir metanfetaminas donde le sugiere una camarera: en el matadero de la plaza. Victor, por su parte, se propone una de las suyas con un tal John, jefe del lugar. Y Madison lleva fuera a Ofelia, al encuentro de Daniel, después de que se despida de Taqa con un abrazo; y las dos hablan del conocimiento mutuo entre padres e hijos. Pero la moribunda no resiste, y sucumbe cuando el camión de Daniel se aproxima. Tal como había predicho Victor, este reacciona dolorosamente, rechaza a Madison después de exigirle explicaciones, y con ella, a los demás.
Nick y Troy, ya drogados, conocen al Matarife (Miguel Pérez), quien les surte de un buen subidón que empuja al primero a salir de la plaza, recubrirse de sangre de zombi y meterse entre una tropa de ellos seguido por un asustado Troy, que se da cuenta con estupefacción y alarma de que Nick es tan autodestructivo como él, justo lo que había señalado Alicia en “Brother’s Keeper” (3x12), igual que el propio Troy en este capítulo al dejarla a su aire. Finalmente, Daniel rectifica cuando está más sereno tras enterrar a Ofelia junto a un olivo con sus propias manos, y admite que todos vayan a la presa; pero Nick y Troy prefieren quedarse con excusas. Nos privan de saber qué trama el siempre preparado Victor Strand, y uno se pregunta dónde diantres está Perro Loco (Justin Rain), cuya ausencia durante la agonía de Ofelia no tiene justificación.