BQ lleva desde 2014 elevando mucho el nivel con cada terminal que lanza al mercado. Las familias E y M por fin dieron la bienvenida a chips de Qualcomm, con los que además de ganar potencia y eficiencia, la compañía se unía a una tendencia presente en el mercado desde mucho antes, el 4G. Con el BQ Aquaris X el objetivo es mejorar a productos como los X5 y X5 Plus, para así acercarse a ese trono de la gama media que ocupan compañías como Lenovo con los Moto y Huawei con los P Lite.

Sus especificaciones son, sobre el papel, prometedoras...

  • Procesador: Snapdragon 626
  • RAM: 3 GB
  • Pantalla: LTPS 5.2" Full HD
  • Cámara: 16 MP, f2.0, IMX298
  • Cámara secundaria: 5 MP
  • Batería: 3.100 mAh
  • Conectividad: WiFi b/g/n/ac, LTE, Bluetooth 4.2, NFC, dual SIM, GPS, Galileo
  • Almacenamiento: 32 GB + slot microSD
  • Dimensiones: 146.5 x 72.7 x 7.9 mm
  • Peso: 153 gramos

Y esta es la experiencia que generan junto a Android 7.1.1:

  • Pantalla. 1080p en 5.2": Sin duda, una combinación ganadora en densidad y en ergonomía que se agradece en productos pensados para todos los usuarios, no a nichos concretos. Sin llegar a las pantallas AMOLED que Samsung pone en terminales de esta gama de precios, su uso resulta agradable, tanto en interiores como en exteriores, donde se ve muy bien al sol (aunque en esa circunstancia se ve mucho la malla de la capa táctil) y ajusta correctamente el brillo automático. El pero que se le puede poner a esta pantalla y a su frontal es que, junto a una saturación un pelín excesiva, el dibujo de los botones capacitivos no siempre ayuda a tocarlos y accionarlos a la primera, por lo que muchas veces fallas y tienes que pulsarlos una segunda vez. Algo frustrante.
  • Diseño. Desde que el BQ Aquaris X5 abrazara por fin marcos metálicos bordes de metal, los terminales de la compañía van por el buen camino, aunque sin destacar demasiado. En el caso del BQ Aquaris X, continúa la apuesta por el policarbonato en la parte trasera, aunque ahora formando una cómodas curvas que ayudan al agarre. En la parte delantera, integrándose con el marco metálico, llega una pantalla 2.5D que forma un frontal muy genérico (hecho que refuerza el dibujo de los botones capacitivos y su no iluminación), pero, en cualquier caso, tampoco demasiado alejado al de referentes en su gama.

  • Rendimiento. Quizás el apartado donde más esperaba, y donde más decepcionado he quedado. No es que el BQ Aquaris X rinda mal, para nada. Sin embargo, sobre el papel presenta un Android muy limpio que junto a un Snapdragon 626 debería rendir a la perfección y, en cuestión de experiencia, ofrecer algo incluso mejor que algunos gama alta, como ocurre en el caso de su competidor directo en precio, el Moto G5 Plus. El problema es que no es tan rápido ni tan fluido y las aplicaciones se atascan en alguna ocasión. Al ser un aspecto de software, es mejorable, aunque quizá también influya que la memoria interna sea más lenta que la presente en el Moto. Más allá de esos aspectos, que muchos usuarios no notarán tanto, lo preocupante es una evidente falta de atención al detalle, tras sufrir un par de reinicios en una semana con él, con una aplicación de cámara que puede llegar a bloquear completamente el terminal, como luego veremos.

  • Batería: Tras una muy buena experiencia con el Moto G5 Plus en un hardware muy similar, también esperaba repetir o incluso superar la autonomía con este, sobre todo gracias al hecho de que su Snapdragon 626 es un poco más eficiente que el 625 y otros chips mejores como el 652 del X5 Plus. Haciendo usos muy continuados del terminal he conseguido grandes cifras como 6 horas de pantalla en un día de mucha actividad en el que salí de casa muy temprano. Sin embargo, donde echo mucho de menos más fiabilidad es en el consumo en reposo. Incluso bajando el ritmo, para mí no ha existido la posibilidad de utilizarlo más de día y medio, encontrando bajadas de hasta un 20% de batería por la noche, con exactamente los mismos servicios y aplicaciones que siempre llevo. El gran salvador vuelve a ser la carga rápida 3.0 de Qualcomm, ahí para cuando se la necesite.

    • Cámara: Siendo este el aspecto que más separa a la gama media de la alta, hasta el punto de que es difícil encontrar dignidad frente a terminales de la gama alta de hace incluso 3-4 años, el BQ Aquaris X me ha sorprendido ligeramente, pues logra imágenes en baja luz más nítidas que la unidad que probé del Moto G5 Plus. Eso sí, también hay que decir que lograr esa nitidez en una toma es bastante complicado debido a un enfoque muy errático, incluso cuando hay cierta iluminación y el terminal se mantiene con buen pulso. No es por tanto un terminal espléndido en este apartado, pero tampoco peor que el resto. Con más luz la cosa mejora, aunque el HDR Automático y el HDR+ que incluye provocan a veces unos halos extraños tratando de resolver escenas quemadas o demasiados oscuras. Pero, sin duda, lo peor de la cámara es el funcionamiento de su aplicación. Cuando funciona bien, sin problema. Sin embargo, aleatoriamente, sobre todo con HDR automático y HDR+, empieza a ralentizarse y a mostrar unos molestos mensajes o animaciones pidiendo esperar que ralentizan el hecho de hacer varias tomas seguidas e incluso visualizar rápidamente una foto recién tomada. Pero eso no es lo peor. Además de los reinicios mencionados en el apartado de rendimiento, con la cámara del BQ Aquaris X he vivido dos congelaciones severas que han acabado en apagado forzado, tras varios minutos esperando un reanudación que no llegaba. Podéis ver fotos tomadas con el terminal a tamaño completo aquí. Actualización: una OTA lanzada por BQ ha arreglado este y otros problemas de cámara.
    • Otros aspectos: Su lector de huellas, situado en la parte trasera funciona bien pero es más lento que el de otros competidores. La inclusión de NFC, USB-C, brújula y protección a salpicaduras son muy bienvenidas, y aportan respecto a sus competidores. Su altavoz, pese a ser potente y no distorsionar, ofrece una respuesta extremadamente plana, sin brillo en graves ni agudos.

    Conclusión

    El BQ Aquaris X es un gama media poco destacable cuando trasciendes de sus buenas especificaciones. No logra explotarlas tanto como los Moto G, comparables por capa limpia y precio, hasta el punto de sufrir reinicios sin ser forzado en tareas exigentes. Algunos terminales, sean de la gama que sean, te atrapan y te hacen disfrutar mucho de su tiempo contigo. El BQ Aquaris X, pese a ser correcto, no uno de esos en los que se minimiza bajar desde un gama alta. Recomendable, sí, pero no por 279€ viendo cómo está el mercado.

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