Una de las peticiones históricas de las operadoras, y una de las exigencias más relevantes que las compañías de telecomunicación llevan haciendo al regulador sobre la posición en el mercado de las OTTs, está a punto de ser satisfecha. Con matices, pero satisfecha al fin y al cabo. La equiparación de las OTTs, que prestan servicios de comunicación similares a los de las operadoras, con estas últimas, en igualdad de condiciones y de requerimientos regulatorios.
O al menos eso es que buscan en Bruselas con la modificación de la normativa de privacidad, que con la nueva propuesta legislativa, esperan poder equiparar a las tecnológicas como Facebook, Google o Apple con las que, a partir de ahora, consideran sus homólogas en el mercado: Telefónica, Orange, Vodafone o Deutsche Telekom.
Eso sí, la exigencias regulatorias y la equiparación entre una y otras no está directamente relacionada con la totalidad del concepto de operadora, puesto que de momento, la UE quiere limitar esta al espectro de la protección de datos: dar el mismo trato a operadoras y OTTs de comunicaciones en materia de tratamiento, salvaguarda y transferencia de datos, y por tanto, de protección de la privacidad de los usuarios (incluyendo la respuesta a exigencias judiciales o la protección de derechos, por ejemplo).
Al aplicar la misma regulación que las operadoras, la UE exigirá a aplicaciones como WhatsApp que pidan el consentimiento a sus usuarios para guardar el contenido de sus comunicaciones, la fecha, hora, destino de la llamada y contenido multimedia. No obstante, el usuario podrá negarse a la salvaguarda de esos datos, de tal forma que las compañías deberán eliminar esos datos o desvincularlos de una ID concreta, convirtiéndolos en anónimos dentro de sus bases de datos.
Ahora habrá que esperar el visto bueno de los 28 en el Consejo Europeo y su aprobación en el Parlamento Europeo, pero la nueva legislación va por a por todas para ayudar en la protección de los datos de los usuarios.