azúcar

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La Organización Mundial de la Salud apoya el establecimiento de un impuesto al azúcar por los beneficios que tendría una medida impositiva de este tipo para reducir el consumo de refrescos. La entidad ha dado a conocer sus conclusiones después de que ayer se supiera que Coca-Cola y Pepsi Co. habían pagado millones de dólares a organizaciones sanitarias y médicas de Estados Unidos para silenciar sus críticas sobre el azúcar.

El informe de la OMS pide una "acción urgente" de todos los países para frenar el consumo de bebidas azucaradas y el impacto perjudicial que tienen sobre la salud, especialmente por su relación con la obesidad y la diabetes de tipo 2. En ese sentido, diversos países de la Unión Europea han impulsado fórmulas para disminuir la ingesta de refrescos con azúcar añadido a pesar de las fuertes presiones de la industria, según reconoció a Hipertextual el Comisario de Salud y Seguridad Alimentaria.

En España, los expertos también han pedido el establecimiento de un impuesto al azúcar, una medida respaldada por la evidencia científica y que ha dado buenos resultados en países como México. Según el documento Fiscal policies for Diet and Prevention of Noncommunicable Diseases (NCDs) de la OMS, la puesta en marcha de un impuesto de al menos el 20% para las bebidas azucaradas provocaría "una reducción proporcional en el consumo de este tipo de productos". Esta medida sería similar al establecimiento de gravámenes realizado en el pasado para disminuir la compra de alcohol o tabaco, una decisión costo-efectiva para proteger la salud pública y promover hábitos de vida saludables.

La disminución de la ingesta de bebidas azucaradas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, ayudaría a salvar vidas. En 2014, el 40% de los adultos mayores de 18 años padecían de sobrepeso y la obesidad se ha duplicado a nivel mundial desde la década de los ochenta. Estos dos problemas de salud, con importantes y graves consecuencias para la calidad de vida de la ciudadanía y para los sistemas sanitarios nacionales, están estrechamente relacionados con el consumo de refrescos que la OMS quiere frenar con este impuesto. La propuesta, sin embargo, no es vinculante y dependerá de las medidas que adopten los diferentes gobiernos en materia de salud pública y control de enfermedades.