La obesidad es una de las epidemias más graves del siglo XXI al afectar a más de 500 millones de personas. Buena parte de la culpa de este problema de salud se encuentra en el consumo de bebidas azucaradas, como la Coca-Cola y la Pepsi.
Desde hace años, se ha alertado sobre los perjudiciales efectos de ingerir este tipo de productos, una situación similar a lo ocurrido con el alcohol y el tabaco hace décadas. Sin embargo, el lobby del azúcar se ha visto relacionado con oscuras prácticas para blindar sus beneficios a costa de ir en contra de la salud pública.
Un nuevo estudio, publicado en la revista American Journal of Preventive Medicine, ha recopilado por primera vez los patrocinios realizados por Coca-Cola y Pepsi Co. entre 2011 y 2015.
Un total de 96 organizaciones nacionales de salud de Estados Unidos fueron generosamente financiadas por estas dos multinacionales, con el objetivo de silenciar sus críticas acerca de los efectos perniciosos del consumo de bebidas azucaradas y su relación con problemas como la obesidad y la diabetes.
Blindar los beneficios a costa de la salud pública
El equipo de la Universidad de Boston también ha recogido 29 acciones en las que Coca-Cola y Pepsi Co. hicieron lobby en contra de iniciativas públicas para disminuir la ingesta de bebidas con azúcar añadido como las que comercializan. De acuerdo con sus resultados, en un 97% de las ocasiones estas dos multinacionales lucharon en contra de intervenciones que tenían como objetivo promover la salud. Un 13% de las organizaciones aceptaron dinero de ambas empresas, un 1% recibió fondos únicamente por parte de Pepsi Co. y el 86% restante fue financiado por Coca-Cola. Estas prácticas recuerdan a las que llevó a cabo la industria del tabaco en el pasado para "blanquear" los efectos perjudiciales del consumo de cigarrillos, según los autores.
Entre las entidades señaladas por el grupo de Michael Siegel, se encuentran la Sociedad Americana contra el Cáncer, la Asociación Americana de la Diabetes, los Institutos Nacionales de la Salud, los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades, múltiples universidades y organizaciones como Save The Children. El caso de esta ONG es paradigmático, ya que de acuerdo con los expertos en salud pública, esta entidad apoyaba el establecimiento de un impuesto contra el azúcar hasta 2010, cuando recibió más de 5 millones de dólares por parte de Coca-Cola y Pepsi Co. En España, los especialistas también han pedido la puesta en marcha de medidas impositivas a pesar de las fuertes presiones de la industria.
Siegel explica a Hipertextual que el objetivo de su investigación era "identificar de forma sistemática los patrocinios de la industria del azúcar a las organizaciones médicas y sanitarias de Estados Unidos", ya que sólo se habían dado a conocer casos esporádicos. "El problema es especialmente notorio con entidades relacionadas con la nutrición y la diabetes, cuya misión específica es promover la disminución de la obesidad. Estas organizaciones están sirviendo como peones en la estrategia de marketing de Coca-Cola y Pepsi Co.", afirma el científico. En su opinión, estas actuaciones son paralelas a las que llevó a cabo la industria del tabaco en el pasado, pues el lobby del azúcar busca legitimar sus acciones con financiaciones de este tipo. "Básicamente, las compañías de refrescos han comprado el silencio de estas organizaciones", lamenta Siegel. La Asociación Americana de Diabetes, por ejemplo, participó en un foro en el que se presentaron las razones por las que no se debían establecer impuestos contra el azúcar. Este es un ejemplo más de una campaña organizada para que las multinacionales "pudieran lavar su imagen pública".
El estudio llega después de que se conociera que el lobby del azúcar pagó a científicos de la Universidad de Harvard para que culparan a la grasa por completo de las enfermedades cardiovasculares, obviando el papel que juega el azúcar en estas patologías. A juicio de Siegel, los resultados observados en Estados Unidos podrían extenderse a nivel internacional, un problema del que deberían tomar nota las administraciones. "Las compañías de refrescos están usando los patrocinios a organizaciones médicas y sanitarias para promover su imagen pública, silenciar a estas organizaciones, especialmente en lo relativo a impuestos contra el azúcar y, a largo plazo, aumentar el consumo de estas bebidas", explica a Hipertextual.
La estrategia del lobby del azúcar va en contra de todas las recomendaciones nutricionales actuales, que aconsejan reducir el consumo de azúcar para evitar problema como la obesidad o la diabetes. "En 1998, los gobiernos de 46 estados de EEUU firmaron un acuerdo con las empresas tabacaleras para limitar el patrocinio de la industria. Este tipo de enfoque, o la regulación directa de los patrocinios, podría ser considerado por parte de los gobiernos", comenta Siegel. Una idea que trataría de promover la salud pública y el interés general de la ciudadanía por encima de intereses privados que afectan directamente al bienestar y a la calidad de vida de la sociedad.