Más de uno está dando palmas de alegría por el comunicado que Rocket Internet publicó en referencia a su cuenta de pérdidas y ganancias.

La creadora de startups alemana ha anunciado que durante la primera mitad de 2016 se han dejado por el camino unos 617 millones de euros. O lo que es lo mismo, si en el mismo periodo de 2015 ya ganaban 71 millones de euros, ahora mismo sus beneficios se han quedado en unos modestos, al menos para ellos, 29 millones de euros.

La estructura financiera de Rocket Internet tiene un perfil bastante peculiar. Su trabajo consiste en crear empresas filiales divididas por temáticas y encargadas de gestionarlas, o montarlas desde cero directamente. Dicho de otro modo, Rocket Internet copia modelos de negocio exitosos en otras regiones y los adapta al medio en el que quiere operar. Esta situación les ha granjeado una bastante mala fama en el sector, así como el odio de muchos emprendedores que se han visto amenazados por la multinacional de startups.

Sin embargo, como nos comentaba Pedro Clavería en una entrevista, "el odio que se tiene hacia Rocket es muchas veces miedo. Si yo tengo una empresa y Rocket viene a mi mercado a hacer lo mismo con otra es un problema". Y de esa estructura dividida es lo que hunde y salva a la vez a Rocket Internet; las divisiones que tienen éxito salvan a aquellas que pierden dinero de forma sistemática.

En cualquier caso, no es la primera vez que la sombra de las pérdidas sobrevuela a Rocket. A un nivel en el que la empresa firma cheques con ocho cifras, alguna de esas compras o inversiones habría de fallar. Es pura cuestión estadística. Una de esas operaciones que se puso en entredicho fue la de la española La Nevera Roja, adquirida por el fondo en 2015 por 80 millones de euros. Y vendida un año después, junto a otra empresa de reparto de alimentos, por 125 millones pero con el rumor de que había sido una operación de emergencia ante la baja del valor de las acciones de Rocket y la falta de liquidez de la empresa. De hecho, el acuerdo se formalizó en efectivo.

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La culpa la tenían los pantalones

En este caso, la mayor parte de las pérdidas -383 millones de euros- vienen de una misma fuente: Grupo Global Fashion (GFG). La división que gestiona la venta de moda por Internet en todos los continentes con diferentes delegaciones ha tenido que competir, de forma voraz, con Amazon y Alibaba. Especialmente en Asia, donde la actividad de la segunda es mucho más intensa. Ya en julio, la división tuvo que fondear su negocio con una inversión externa de 365 millones de dólares, que, desde luego, no han podido cubrir las pérdidas recientemente anunciadas.

Esta noticia, además, llega en un momento también muy sensible para la división textil. Zalora, encargada de la gestión de la empresa en Asia, ha perdido en cuestión de meses a su Co-Fundador y varios ejecutivos de alto nivel a la vez que sus ingresos. Si un fundador hace las maletas, como poco, es motivo para preocuparse. Y por el camino también se dejó partes de la empresa: sus filiales de Tailandia y Vietnam se vendieron en abril de este mismo año.

Al final, los rumores financieros de Rocket se van confirmando poco a poco. Sólo hay que esperar al cierre del año, aunque las cosas no pintan bien para la fábrica de startups.

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