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Desde medidados de 2015, y particularmente desde los primeros días de este año, se está diciendo que la tecnología empleada en la realidad virtual ya está lo suficientemente madura como para ser la gran triunfadora de 2016. Proyectos como Gear VR o Cardboard son lo suficientemente asequibles y atractivos para que cierta parte del público comience a experimentar y a descubrir las bondades de lo que nos trae el futuro, pero el verdadero interés está ahora en la inmersión completa. Los proyectos que van saliendo nos parecen extremadamente caros, y ya hemos explicado que sí, lo son, pero que detrás de todo ello hay unas causas.

Por otra parte, se dice que la realidad virtual no puede triunfar si depende de inversiones tan grandes por parte de usuarios y de desarrolladores, y quizás en ese sentido el mayor problema sea la celeridad con que pedimos que triunfe. Ya sabemos que los intentos por que la realidad virtual pase de ser algo "virtual" a algo consolidado vienen de varias décadas atrás, pero es justo ahora cuando estamos viendo que existen recursos para admirar de verdad e integrar en nuestras vidas los productos de este sector. Cuando pienso en las posibilidades, más allá de lo que ahora es tendencia, veo clarísimamente que el triunfo de la realidad virtual es inevitable.

La realidad virtual estará tan integrada en nuestras vidas como un smartphone o un ordenador en la actualidadY será un triunfo inevitable tal y como lo ha sido Internet, tanto por factores económicos como por factores democratizadores en ocio, comunicaciones y en cultura. El otro día caminaba por un museo que está a mucha distancia de mi lugar de residencia, y pensaba en que ya había visto en libros e Internet mediante tours muchas de las obras que allí era mostradas. Saliendo, pensé que la realidad virtual del futuro nos podrá llevar a todos esos lugares a los que por algún motivo nos es difícil desplazarnos, y vivir, gracias a la realidad virtual, una experiencia que prácticamente sea similar a estar caminando por ese mismo museo. Imaginé también cómo sería, con cierta ayuda sensorial que seguro exite en el futuro, acudir a un concierto en directo de una gran banda, pero desde el salón de mi casa y con la simple ayuda de mi casco.

Proyectos como Gear VR demuestran que el futuro será asequible.
Proyectos como Gear VR demuestran que el futuro será asequible.

Pienso en estos casos, y aunque quizás no ahora, veo una grandísima oportunidad de disfrute por parte del público y de negocio por parte de empresas. Por otra parte, he pensado en cómo la obra "Ready Player One" de Ernest Cline planteaba el futuro de la educación como una realidad en la que los alumnos se conectaban a un mundo virtual y en el que estaba permitido ir a clase.

En ese sentido, pienso en algo así para zonas en las que construir colegios, comprar materiales y contratar a profesores podría temporalmente suponer un coste elevadísimo, mientras que por otra parte, una tecnología tan expandida y "asequible" como smartphones de gama media o baja a día de hoy (y extremadamente caros hace 8 años), podría llevar una educación de la mejor calidad a las áreas más desfavorecidas del mundo.

Obviamente, todo esto llegará dentro de bastante tiempo, pero lo que debemos tener claro es que, tal y como la informática doméstica se expandió cuando se le dieron usos que la gente necesitaba, y sobre todo, cuando se hizo asequible en grandes mercados, la realidad virtual correrá el mismo camino, y dejará de ser noticia pasando a formar parte de nuestras vidas. Aunque tarde, ese será el triunfo de la realidad virtual.

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