Ante expectación de muchos e indiferencia de otros el Galaxy S IV de Samsung se ha hecho oficial. La presentación del smartphone tampoco ha impresionado por el número de sorpresas, ya que la mayoría de funciones y características ya se habían filtrado previamente. A pesar de todo, hemos distinguido varias tendencias por las que Samsung está apostando. Sin lugar a dudas, la marca coreana, hoy día, intenta ofrecer el mejor hardware disponible del mercado, pero a la misma vez fragmenta los modelos. Además, intenta combatir contra el propio Android ofreciendo alternativas suyas. En definitiva, la estrategia de Samsung está cambiando.
El Hardware del Galaxy S 4
En primer lugar, me gustaría hablar del hardware. Bien es sabido por todos que Samsung busca incorporar en sus teléfonos el mejor hardware existente. Optimizar el software para que aproveche todo su potencial ya es otra cuestión. Cabe destacar que los números venden, y mucho. Muchísima gente que no está muy puesta en el mundo de la tecnología, a la hora de elegir nuevo móvil, lo seleccionan comparando las especificaciones técnicas de todos los dispositivos y quedándose con las más altas. Aunque hay que añadir que el factor precio también juega un papel importante.
Personalmente, creo que habría que hacer más hincapié en la idea de "más no es siempre mejor". Por ejemplo, disponer de un pantalla con una resolución de 441 ppp roza lo ridículo. ¿Por qué? Sencillamente porque el ojo humano no es capaz de distinguir a partir de 300 ppp. ¿Cómo le podríamos sacar el máximo partido si tenemos un límite impuesto por nuestro cuerpo? En realidad no importaría si le pusiesen una resolución de miles de ppp porque no seríamos capaces de apreciar la diferencia.
Por otra parte, el Galaxy S 4 incorpora dos procesadores, un Cortex A7 y un Cortex A15 de cuatro núcleos cada uno. Sin embargo, no funcionarán todos a la vez, se activará un procesador u otro dependiendo de las necesidades del teléfono en el instante. ¿Por qué? El Cortex A7 se activará cuando se requieran realizar tareas sencillas mientras que el Cortex A15 se usará para las más complejas. Una de las grandes ventajas de la arquitectura ARM big.LITTLE es que no siempre se está trabajando a la máxima potencia disponible, lo que permite ahorrar bastante batería.
Sin embargo, el gran punto a reprochar a Samsung es la fragmentación que van a generar. ¿Cómo? Si, han decidido que el Galaxy S IV dependiendo del mercado en el que se venda traerá especificaciones diferentes. Me explico, el smartphone podrá llevar 4 u 8 núcleos, llevar LTE o no, llevar carga inalámbrica o no y llevar Dual SIM o no.
Si hasta ahora la fragmentación en Android ya era un problema ahora se le añade la fragmentación de hardware. Personalmente, creo que se trata de un gran error de Samsung. ¿Por qué discriminar de esta manera basándose en el lugar donde residamos? En realidad, los Galaxy S IV con cuatro núcleos soprotarán LTE mientras que los de 8 no. Sinceramente, no tiene lógica que la publicidad de Samsung se centra en mostrar las bondades de los 8 núcleos cuando en realidad no se los está ofreciendo a todo el mundo. Lo más ético sería ofrecer todas las combinaciones posibles en todos los sitios y que el cliente eligiese.
Samsung marca las distancias con Android
Ahora le toco el turno al software. En la presentación del terminal, que le daban más importancia al show que al producto estrella en si, no nombraron a Android hasta 45 minutos más tarde del comienzo. De hecho, solo lo mencionaron una única vez. ¿Qué está pasando?
Hace un tiempo, Android era un gran atractivo para los usuarios. En muchas ocasiones, la publicidad consistía en mostrar que el teléfono en cuestión llevaba el sistema operativo de Google. Era un gran atractivo para todos ya que se integraba desde la gama baja hasta la gama alta. Todo ello catapultó a Android a la fama ganándose un puesto líder en el mercado.
¿Qué ha pasado? Al vender muchos teléfonos haciendo hincapié en la misma plataforma se corre el riesgo de que la marca se quede relegada a un segundo plano. Esto podía afectar de diversas maneras. Por ejemplo, la gente se compraba un Android en lugar de un Samsung, un HTC o un Sony.
Esto no es nada nuevo. En el MWC de Barcelona ya notamos la nula presencia del robot verde de Google. ¿Por qué? Los fabricantes necesitan crear imagen de marca para diferenciarse las unas de las otras. En este momento, entran en juego las capas de personalización que instalan encima de Android para ofrecer una experiencia de usuario propia de la marca.
De hecho, en la presentación nos percatamos de como Samsung está fagocitando el sistema operativo se Google, sobre el que, irónicamente, se basa. Vimos como con sus nuevas aplicaciones le hacia la competencia a las de Google nativas en Android como por ejemplo S-Voice a Google Now.
Finalmente, cabe destacar que Samsung hizo más hincapié en las nuevas funcionalidades del teléfono como el Smart Pause o el Smart Scroll que en el propio hardware, relegándolo a un segundo plano. La marca coreana está haciendo ahora todo lo posible para ofrecer soluciones propias con el fin de diferenciarse del resto que también incorporan todas las herramientas comunes de Android.
Conclusiones
El Galaxy S 4 de Samsung es un gran dispositivo con un hardware digno de pertenecer a la gama más alta del mercado. Sin embargo, en algunos puntos este afán por incorporar lo mejor roza los límites de la absurdidad como por ejemplo la resolución de pantalla. A veces, el dicho más es mejor no tiene sentido.
A pesar de todo, Samsung ha dejado las especificaciones en un segundo plano para centrarse en todas las características nuevas que tiene el teléfono así como las nuevas aplicaciones que han incorporado para diferenciarse del resto de marcas.
En último lugar, me gustaría mencionar la perdida de imagen de Android. Aunque muchos teléfonos se basen en él, pocos lo promocionan. Al final, da la sensación de que todo es obra de los fabricantes y aunque no sea cierto del todo, ellos salen ganando.