Cuentan varias teorías que el cromosoma Y, aquel que define al sexo masculino, está destinado a su extinción. Si esto fuera cierto, el fin del hombre supondría la desaparición de la humanidad por la imposibilidad de reproducirnos. La razón es el gran número de fallos genéticos que deterioran y condenarían en un plazo de 100.000 años al hombre tal y como lo conocemos. Desde hace unas horas esa teoría se cuestiona con un nuevo estudio. Al parecer, el hombre no puede extinguirse.

El cromosoma Y es el interruptor que conduce al desarrollo de los testículos o la secreción de hormonas masculinas. Hasta ahora, varias teorías indicaban que estaba "podrido", bien por fallos genéticos, bien por un deterioro irremediable sin marcha atrás.

En el año 2003 fue el profesor de genética Brian Sykes el que predijo la desaparición del cromosoma Y, y por tanto de los hombres, en un plazo de tan sólo 100.000 años. Lo hizo a través de la publicación del libro Adam's Curse: A Future without Men.

El tiempo ha ido modificando tales teorías. Han sido muchos los científicos que han indicado tras secuenciar el cromosoma que este tiene un mecanismo que repara y protege a los genes necesarios para la fabricación de espermatozoides.

Hoy y desde hace unas horas, una publicación en Nature viene a ofrecernos algo más de luz y optimismo a la cuestión. Una investigación que ha reconstruido la evolución de toda la región específica del cromosoma Y en los últimos 25 millones de años. El resultado: el hombre no desaparecerá.

El estudio, formado por un equipo encabezado por la doctora Jennifer Hughes en Cambridge, trató de averiguar si los rumores de la desaparición del cromosoma se habían exagerado, si era real que empeoraran con el tiempo. Para ello secuenciaron el cromosoma Y del mono rhesus (separado de los seres humanos por 25 millones de años de evolución) para compararlo con el de los humanos.

Los resultados del estudio comparativo mostraban que la decadencia genética en la historia reciente ha sido mínima. Los investigadores encontraron que durante la evolución del cromosoma Y la decadencia del gen ancestral fue más rápida al principio para luego ir remitiendo rápidamente. Encontraron que las regiones más grandes se mantenían estables y no habían perdió gen alguno en los último 25 millones de años. Según Hughes:

El cromosoma Y no se va a ninguna parte, y la pérdida de genes probablemente ha llegado a su fin. No podemos descartar la posibilidad de lo que podría ocurrir en otro momento, pero los genes que se encuentran en Y están aquí para quedarse.

Una buena noticia para el hombre y, por tanto, para el futuro de la humanidad. Una teoría que tira por tierra los escritios de Brian Sykes.