Un nuevo estudio señala que las personas trans no están representadas como tal en los ensayos clínicos, por lo que pueden tener una peor atención médica. Esto, en realidad, no es algo sorprendente. Pasó anteriormente con las mujeres. La mayoría de ensayos clínicos se realizaban solo con hombres, de modo que las dosis adecuadas y los efectos secundarios que pueden producirse en mujeres no se tenían en cuenta. Como consecuencia, era mucho más fácil que estas sufrieran una sobredosis o algún daño indeseado. A día de hoy todavía ocurre lo mismo con las personas negras, que no se tienen en cuenta en determinados estudios. Todos somos iguales, pero ellos tienen diferencias genéticas o debidas al color de la piel, que deben tenerse en cuenta.

Ahora, son las personas trans las que no se contemplan en estos estudios, aunque posiblemente la mayoría de investigadores no lo hagan a propósito. Esto, según explican en el estudio que se acaba de publicar, se debe a que se utilizan el género y el sexo indistintamente, como si se tratase de un solo concepto. Es decir, al incluir a los participantes en el ensayo clínico, se les pregunta solo por uno de ambos, como si fuesen sinónimos. 

Por poner un ejemplo, puede que un hombre trans diga que es hombre, porque es cierto. Pero si no especifica que es hombre trans, puede que no se tenga en cuenta su dotación cromosómica o que quizás tenga, por ejemplo, una mayor probabilidad de desarrollar cáncer de mama que otros hombres. Son detalles que se deben considerar para que todos tengamos una atención completa. Y, en este caso, se basa en algo tan sencillo como añadir otra pregunta a las encuestas.

No es lo mismo sexo que género

Según explican los autores del estudio en un comunicado, el problema principal de este sesgo es que se usan indistintamente los términos sexo y género. Sin embargo, el primero tiene un componente más biológico y el segundo social. Por eso, ambos deberían tenerse en cuenta.

Al hablar de sexo, se hace referencia al que se asigna con base en los cromosomas. Es decir, si tiene cromosomas sexuales XY se asigna como hombre y, si son XX, como mujer. En cuanto al género, es más bien un constructo social, que depende de la autodenominación de cada persona. Puede que una persona de sexo cromosómico masculino tenga género femenino y viceversa.

Es por eso por lo que deberían preguntarse ambas cuestiones. Las personas trans o cis deberían especificar también esto y así se evitarían muchos problemas. Si no, los autores de la investigación señalan que también podría hacerse una denominación en dos pasos. Es decir, preguntar a los participantes por su género actual y su sexo asignado al nacer. 

trans, ana rosa
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¿Por qué se discrimina a las personas trans?

Para la realización de este estudio, sus autores, procedentes de la Universidad de Michigan, analizaron los datos del Biobanco del Reino Unido, que incluye material genético e información de salud de 487.600 individuos de dicho país. Eligieron esta base de datos porque recopila información sobre el sexo cromosómico de cada participante, así como su sexo autoinformado. De este modo, observaron que había 200 personas en las que había discordancia en ambos términos.

En algunos casos no fue posible determinar el motivo de dicha discordancia, pero sí en el 70% de ellos. Esta podía deberse a dos motivos, bien a un diagnóstico de rasgos intersexuales o bien a disforia de género. Lo primero hace referencia a la presencia de rasgos sexuales que no se corresponden con un solo sexo cromosómico. Por ejemplo, pueden tener mamas desarrolladas, como una mujer, y pene. O genitales masculinos y cromosomas femeninos, por ejemplo.

En cuanto a la disforia de género, es el diagnóstico que se usa para establecer que alguien es una persona trans. Algunos países, como España, han eliminado el requisito de este diagnóstico, ya que no se trata de un trastorno psicológico. Pero en otros muchos lugares se utiliza y se ha utilizado, por lo que sirve para establecer por qué hay discordancia entre género y sexo.

Esto muestra que hay una proporción de personas trans suficientemente elevada para tenerlas en cuenta en los estudios médicos y ensayos clínicos. Así, recibirán una atención sanitaria más adecuada. Ya se solucionaron los sesgos con las mujeres y poco a poco se intenta incluir más orígenes étnicos. No debemos dejar atrás a las personas trans. Bastante han sufrido y sufren, como para que tengan una peor atención médica, por lo que, con suerte, será un simple despiste. 

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