JVC no sólo presentó videocámaras para el sector profesional (o semiprofesional) como la impresionante GY-HMQ10 capaz de grabar hasta a 4K, sino que también ha renovado a conciencia su catálogo de equipos domésticos. Tenemos unas cuantas novedades tanto en cuanto a equipamiento en sí, como al concepto de interación entre una videocámara y otros equipos que hasta el momento pocos fabricantes habían desarrollado.
Así, los modelos topes de gama de esta línea de videocámaras 2012, integran ahora de serie Wi-Fi, lo que las dota de una capacidad de Interacción con otros equipos impresionante. De hecho, gracias a aplicaciones específicas (y gratuitas) tanto para Android como iOS, podrás "ver" lo que está grabando la cámara, aunque no te encuentres al lado de ella. Además podrás usar el propio teléfono o táblet como mega-mando a distancia para controlar las principales funciones del equipo. Y por si todo eso fuera poco, en algunos modelos se ha implementado un "modo de vigilancia", que enciende la videocámara en cuanto detecta un movimiento y te manda una foto por Wi-Fi de lo que esté pasando en el recinto. Todas estas funcionalidades, además por supuesto, de grabación 1080@60p, es lo que podrés encontrar en los modelos más altos de gama como son los equipos GZ-GX1, GZ-VX715, GZ-EX215 y GZ-EX210.
A destacar precisamente el equipo tope de gama, la GZ-GX1, que con su sensor CMOS retroiluminado de 1/2.3" y 10Mpx, así como con su zoom f1.2 y 10X, marca la diferencia con el resto de equipos presentados. Sobre todo, porque además de Wi-Fi de serie, tenemos tomas de Jack para micrófono, estabilizador óptico de imagen, grabación en formato AVCHD de hasta 24Mbps de ancho de banda y modos de grabación Time-Lapse. Esta nueva gama se completa con equipos mucho más mundanos, como son los nuevos modelos GZ-V515, GZ-E205, GZ-E200, GZ-E15 y GZ-E10, que tampoco es que aporten grandes novedades al panorama audiovisual del momento, pero complementan al resto de equipos presentados.