Si hay algo que preocupa a la hora de adquirir una unidad de estado sólido es el precio de mercado de estos dispositivos; las memorias NAND Flash y los procesos de fabricación todavía no son económicos y eso repercute en la cantidad que los usuarios finales debemos abonar para llevarnos un flamante SSD a casa. Como toda la tecnología, los costes de producción se están reduciendo poco a poco, lo que implica una rebaja gradual en el precio de venta al público que se va notando paulatinamente, pero en estos momentos todavía nos encontramos en una relación superior a 1.50 dólares por cada Gigabyte de almacenamiento, mientras que en el mercado de los discos duros magnéticos vemos una una relación aproximada de $0.06/GB, salvando por supuesto las eventualidades ocurridas durante estos últimos meses.

Sin embargo los costes de las memorias SSD están experimentando caidas mucho más rápidas que las que se vieron en su momento en las unidades de disco duro, reduciéndose la diferencia significativa en los últimos 4 años, de un precio por GB 120 veces mayor en 2007 a tan solo 32 veces mayor este mismo año de acuerdo con el estudio publicado en el sitio web Pingdom, indicando que los procesos de fabricación de las memorias NAND son cada vez más eficientes y permiten un mayor rendimiento a un precio más bajo. Si las predicciones de los analistas aciertan, el próximo año las unidades SSD podrían alcanzar un punto bastante interesante llegando a US$1 por GB durante la segunda mitad de 2012, e incluso más si los repentinos aumentos de precios de los HDD fomentan la compra de almacenamiento sólido, lo que causaría un movimiento muy beneficioso en la industria.

Desafortunadamente no podemos esperar que los precios de ambas tecnologías se equiparen, al menos a corto plazo, pues los continuos avances en el campo de los discos magnéticos, que siguen aumentando la capacidad por plato, o incluso la velocidad de transferencia gracias a dispositivos híbridos, seguirán poniendo por delante este tipo de almacenamiento. Eventualmente, como sucede con la memoria RAM — extremadamente cara antes de la tecnología DDR — los chips NAND que se utilizan en la fabricación de SSDs llegarán a un precio mucho más razonables, aunque posiblemente para entonces la tecnología de discos magnéticos haya dado otro salto evolutivo, y nuevos medios de almacenamiento masivo surjan de las investigaciones que están teniendo lugar en estos momentos, y que auguran dispositivos tan rápidos que las actuales tasas de transferencia en SSD nos parecerían ridículas.

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