Si alguna vez viste alguna serie inglesa o estadounidense acerca de los juicios y sistemas legales de esos países, habrás notado que no hay una sola imagen producida dentro de la corte. Más allá de las imágenes simuladas o actuadas, en un juicio real no hay fotografías de la sesión sino que solo existen dibujos y bocetos de lo que un artista ve, que luego los diarios y las revistas utilizan en el lugar de estas fotografías faltantes.

Esto no se debe a una cuestión artística, sino simplemente debido a que esta prohibido tomar fotografías dentro de una corte. Pero aparentemente los carteles de "Prohibido tomar fotografias" no fueron suficientes para Paul Thompson, un joven de 19 años, que tomó su Blackberry y disparo una simple foto de la sesión que estaba presenciando.

Paul estaba sentado en la galería publica de la Corona de Luton cuando recibió un mensaje de texto de un amigo preguntándole donde estaba. Para explicar que no podía hablar en ese momento, tomó una fotografía del lugar e inmediatamente los policías se dieron cuenta. Secuestraron su teléfono, fue arrestado en una celda y una hora después fue enjuiciado.

El resultado de su sentencia fueron dos meses de cárcel, las cuales la jueza Barbara Mensah piensa utilizar como ejemplo para todos aquellos que quieran desafiar esta ley vigente y en ejecución. Creo que lo ha logrado, aunque tal vez, no de la mejor manera.

Puedes leer la historia completa, en ingles, en el diario The Guardian.

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