La semana pasada saltó a la palestra una información que nos dejaba atónitos como poco: Nintendo lanzaría un juego de Pokémon para iOS y Android. Todo el mundo se preguntó entonces si Satoru Iwata, presidente de la compañía, no se habría pensado mejor aquello de que los juegos casuales y los smartphones "suponían una amenaza al sector del videojuego".

Aseguró, concretamente, que vender productos menores a $0.99 derivaría en la devaluación del sector, que el usuario medio dejaría de valorar grandes producciones como las que su compañía acostumbra a producir y que era necesario diferenciar ambos segmentos de mercado.

La confluencia actual nos ha llevado por el camino contrario, esto es, los teléfonos se asemejan cada vez más a consolas portátiles. Lo vimos el otro día con la competencia entre Nintendo 3DS y el LG Optimus 3D.

Así las cosas ¿habría Nintendo replanteado su postura, sabedora del gran capital que estaba dejando de ganar por llevar a sus franquicias al terreno móvil? La respuesta, como terminó haciéndose evidente, fue negativa.

Al poco de lanzarse la información sobre una Pokémon app, The Pokémon Company aclaró que la iniciativa era estrictamente suya y que Nintendo, pese a ser accionista mayoritaria de la compañía, no había tenido que ver en la decisión.

Por si no había quedado claro, Yasuhiro Minagawa (portavoz de Nintendo) declaró públicamente que la decisión de desarrollar software en exclusiva para sus propias plataformas "ni había cambiado, ni cambiará". A consecuencia de los rumores, las acciones de la compañía alcanzaron su máximo desde marzo, lo que nos da una idea de cuanto desean los inversores que en Kyoto se animen a dar el salto.

No sería la primera vez que se acusa a la compañía de tomar decisiones incomprensibles, que casi pareciesen fruto de empecinamientos irracionales. La perpetuación del cartucho, lo anquilosado de su sistema de juego online, su negativa a según qué fórmulas de juego exitosas...

Cualquier analista coincidiría en que una mínima presencia de Nintendo en iOS o Android les reportaría grandes beneficios, pero claro, no tenemos que olvidar que en este mundo un CEO desdicho es la peor de las crisis a que cualquier compañía pueda enfrentarse.

En cualquier caso, ya se inventaría Nintendo una forma "diferente" de tener presencia móvil, sin arruinar sus postulados. No olvidemos que en su día también se mostró inamovible con el juego en red o las consolas conectadas y mirad ahora...

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