Tras la explosión del escándalo de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) muchos éramos los que esperábamos con ganas la prometida comparecencia en el Congreso de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, para explicar el papel de su Departamento en la crisis de la sociedad la cual se ha producido hoy y se puede resumir en una frase bastante corta: Yo no he sido y voy a intentar que no vuelva a ocurrir algo así a base de parches.

Desde el principio Sinde empezó a echar balones fuera para esquivar la responsabilidad del ministerio que preside sobre la SGAE y la trama empresarial de desvío de fondos de una de sus filiales (SDAE) por la que varios ex-directivos de la gestora están imputados basándose en tres argumentos:

- Que una sentencia del Tribunal Supremo de 1997 exonera al Ministerio de Cultura del control de las entidades de gestión en favor de las Comunidades Autónomas.
- Que fue la ex-ministra de cultura del PP Esperanza Aguirre quien permitió en su día que las entidades de gestión pudieran crear entramados empresariales.
- Que el Ministerio de Cultura ha utilizado todas las herramientas de control sobre la SGAE de las que disponía.

Como era de esperar esta tendencia del “no tengo la culpa” en el discurso de Sinde no gustó a los portavoces de lo partidos políticos presentes en la cámara y todos protestaron enérgicamente en los turnos que tuvieron para intervenir --alguno, como Núria Buenaventura de Izquierda Unida, comentó incluso que le parecía “un insulto”--. Por ejemplo Francisco Jesús Jorquera del Bloque Nacionalista Gallego, decía que:

La SGAE es una entidad estatal y difícilmente puede una comunidades autónomas vigilar. El Gobierno estaba capacitado para tutelar, pero no lo ha hecho con eficacia. Todo es consecuencia del modelo de defensa de los derechos de autor, que debe ser revisado

O José María Lassalle del Partido Popular:

Usted es responsable político directo de lo que ha estado sucediendo al frente de las entidades de gestión, en la medida que la sentencia del Tribunal Constitucional de 1997 no exonera de responsabilidad al Ministerio. Quien puede lo más puede lo menos, y si usted puede dar una licencia y revocarla, eso justifica la intervención del Ministerio para poder al menos salvaguardar la buena imagen de vigilancia.

El segundo pilar de las comparecencias de la ministra de cultura fue explicar la batería de medidas que pretende poner en funcionamiento para aumentar el control sobre las entidades de gestión. Concretamente son las siguientes cuatro:

- Modificación parcial de la ley de Propiedad Intelectual que “impida a las entidades de gestión la creación indiscriminada de sociedades mercantiles”.
- Auditoría pública a todas las entidades de gestión (actualmente además de la SGAE otras siete operan en España).
- Resolver, aunque sea de forma provisional, la administración de competencias territoriales sobre el control de las entidades de gestión.
- Creación de un régimen sancionador especial para las entidades de gestión que no cumplan con sus funciones.

Respecto a estas medidas concretas prácticamente todos los portavoces dijeron que muy bien pero que son parches para un problema puntual y lo que hace falta es una reforma completa de la estructura del modelo de derechos de autor. También hubo unanimidad en que es imprescindible reformular de arriba a abajo la ley de Propiedad Intelectual.

Pero a pesar de todo, a mi si que me ha gustado la comparecencia de Sinde. Y me ha gustado por que la misma ha vuelto a dejar muy claro lo que un gran número de ciudadanos mantenemos desde el principio y el caso SGAE ha elevado hasta cotas históricas: que Ángeles Gónzales-Sinde es una incompetente con todas las letras por lo que debería haber sido cesada hace mucho tiempo.

Y es que no es de recibo que ante un caso tan grave como el de la SGAE, que se intuía desde hacía muchos años gracias a por ejemplo las denuncias de alguna asociación de usuarios de Internet, la ministra de Cultura comparezca en el Congreso para decir “a mi no me miréis” y mostrar que no piensa emprender las reformas profundas que clarísimamente necesita la ley de Propiedad Intelectual y el modelo de derechos de autor y todos los grupos parlamentarios y gran parte de la sociedad civil le exigen.

Por favor señorita Sinde, tenga usted un ápice de dignidad y váyase de una vez. Si no morirá matando y ya nos ha dejado suficiente herencia.

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