Si usas una cámara digital, entonces usas una tarjeta de memoria. Las más populares son las Compact Flash y las Secure Digital (SD) y hay algunas cosas que deberías saber si quieres tener una experiencia completa, además de proporcionarle un buen uso a tu tarjeta de memoria.

- Formatea tu tarjeta en la cámara, no en la computadora:
Esto te asegura que archivos no necesarios del sistema se copien en la tarjeta.

- Cuando expulses la tarjeta, siempre hazlo de la forma segura:
En Windows, lo puedes hacer en la barra de tareas con la opción "Expulsar de forma segura" y en Mac con Manzana+E o arrastrando el dispositivo a la papelera.

- Nunca formatees o borres tus imágenes:
A menos que sepas que están respaldadas al menos en otros dos lugares. Hazlo sólo después de verificado el respaldo.

- Para evitar la confusión a la hora de ocupar múltiples tarjetas, márcalas con números consecutivos:
Esto puede determinar si las tarjetas son tuyas o de otro fotógrafo en el estudio o workshop.

- No compres tarjetas de memoria genéricas:
Aunque es verdad que sólo hay dos o tres fabricantes que hacen todo el pedido de tarjetas mundial, también es cierto que lo hacen con distintos estándares de calidad. Los controles de calidad entre las marcas genéricas y los "grandes nombres" no suelen ser los mismos.

- No todas las tarjetas funcionan de la misma forma en todas las cámaras:
Algunas tarjetas están optimizadas para marcas individuales. Para asegurarte de la compatibilidad entre tu tarjeta y tu cámara, puedes leer el manual de fabricación de tu cámara y de tu tarjeta o checkear foros de internet donde se hayan realizado pruebas.

- Trae las tarjetas de memoria contigo, no en el bolso de tu cámara:
Si no puedes acceder a tu tarjeta de memoria, no puedes tomar fotografías. Muchos fotógrafos comparten historias a menudo sobre haber dejado su bolso en el auto, o en salas de prensa y haber tenido que sortear distintos problemas para sacar las fotografías de la ocasión.

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No edites imágenes en la tarjeta como si fuera un disco duro portátil:

La tarjeta está diseñada para transferir información, no para realizar procesos como editar.

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No compartas tarjetas con amigos o conocidos:

Al colocarlas en sus cámaras o computadoras el sistema (que puede ser desconocido para ti) puede escribir en la tarjeta de memoria y causarte más de algún dolor de cabeza.

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Evita las tarjetas de mayor capacidad o las más nuevas:

A menos que lleven 90 días o más en el mercado. Nunca es recomendable que te compres una tarjeta de 128GB. En ese caso es mejor dos tarjetas de 64GB, para donde puedas desconcentrar el 100% de la información de una sola tarjeta, en caso de algún desdichado imprevisto.

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