Qué bella época en la que muchos crecimos, en la que vivimos la adolescencia sabiendo que si nos pedían dibujar un teléfono móvil, cualquiera que sea, sería dibujar un rectángulo con botones, con una pequeña pantalla y con una antena. Y nada más.

Llamar todo el tiempo, no era precisamente necesario. ¿Mandar SMS's? ¿Para qué?, todos los amigos los teníamos a la mano, en la misma cuadra, en el mismo barrio, en el mismo colegio. No había la más mínima curiosidad por saber si algún sujeto del otro lado del charco, sea África, Europa, América, nos favoriteaba un video en Facebook. Simplemente, las cosas eran más sencillas.

Y en ese marco de sencillez quisiera enmarcar a un buen exponente, un teléfono muy conocido en América que llegó a ser de los primeros grandes, el Alcatel One Touch. El feliz, el básico, el de colores, el popular.

Es feo, debo de reconocerlo. Era un teléfono obtuso de teclas que recuerdan más bien al teléfono inalámbrico del hogar que a un dispositivo celular. Ahora, ¿one touch? ¿Cuál one touch? Se tenían que presionar un sinnúmero de teclas antes de lograr ligar una llamada telefónica. Pero, caray, servía para lo que tenía que servir.

El Alcaltel One Touch, con todo y su diseño Pop, salió a la venta al mundo en diciembre de 1997. Ya corría por redes de segunda generación, las GSM, y tenía un coqueto teclado alfanumérico en la parte frontal. El plástico que le cubría, pintado del color que sea, era sumamente resistente, quizás de los teléfonos más resistentes hechos sin el propósito de ser unos todoterreno.

Sin embargo en su época era increíble ver cómo destacaba entre los teléfonos celulares convencionales, le trajo frescura al mercado, en lo que fue el producto más vendido de Alcatel

¿Qué revolucionó?

El color. Todo venía en colores, ni recuerdo cuantas tonalidades, pero lo encontrabas en amarillo, blanco, azul, rojo, verde, morado. Caray, era un espectro muy grande el de las posibilidades que le brindaban a una sociedad acostumbrada a teléfonos opacos.

De alguna forma, yo creo que sin pretenderlo directamente, Alcatel lograba introducirse en el mercado de los jóvenes, de los adolescentes, e incluso de los niños. Su teléfono vivo, sencillo, de fácil manejo y comandos directos eran muy apreciables en aquel tiempo.

¿Cuál sería el Alcatel One Touch Easy del día de hoy?

Estoy tentado a decir que sería una mezcla entre el Motorola Defy, por lo sumamente resistente que ha presumido Motorola que es, con el X10 Mini, y la gran variedad de colores con los que salió al mercado.

Acer One Touch era una monada que se veía bien, aún y lo azotaras contra el piso. Lo habré visto caerse, deslizarse, ser pisado o aplastado en tal cantidad de ocasiones que francamente ya ni me sorprendía.

Ahora, la gama de colores siempre es un plus divertido en los celulares. Yo francamente no encuentro mayor sentido que el de individualidad, pero hay que también apuntarlo: no todos los teléfonos se ven bien de cualquier color, y hay teléfonos que incluso pueden cambiarlo todo por sólo un tono, si no pregúntenle a todos los desesperados que en el mundo corren tras un iPhone 4 blanco.

Datos Curiosos

Había una leyenda: si se te acababa la pila, simplemente tenías que deslizar la tapa, sacar la pila, tomarla con tu puño cerrado y agitarla un par de veces. Colocabas la batería nuevamente en su compartimiento, cerrabas, y volvías a tener las tres líneas de carga del indicador de la batería llenas nuevamente, ¡como por arte de magia!

La realidad es que tenía un defecto de fabricación tanto en la pila como en el indicador, que reconocía la memoria de la bateria pero fallaba en indicar cuando se acababa la energía. Eso sí, cuando se consumía por completo, se consumía, por mucho que se agitara la batería.

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