Todos recordamos el famoso Antennagate que el iPhone tuvo que afrontar en Junio/Julio de este año, que se saldó con alguna que otra sonora dimisión en Apple y con bumpers gratis para todo el mundo durante el tiempo que duró el temporal.

Los bumpers de regalo fueron una buena maniobra, seguidas de las pullas entre Apple y el resto de compañías. Si a esto le sumamos el que finalmente las unidades afectadas no fueran significativas, y el hecho que los fans de la compañía americana le acaban perdonando cualquier cosa a Steve Jobs, tenemos como resultado que el Antennagate se evaporó cual humo de cigarro barato. Apple 1 - Consumidores 0.

Veamos cómo se defienden ahora los de Cupertino ante lo que puede ser el segundo gran round afrontado por el iPhone: el Glassgate.

Según diversas fuentes, el uso de carcasas protectoras deslizables en el iPhone, hace que con el tiempo y el uso se vaya introduciendo polvo y otras partículas que pueden acabar provocando serios rasguños en el cristal de la parte trasera, o incluso su rotura.

Ese sería el motivo por el que en los últimos meses, en las Apple Retail Stores habrían desaparecido de los estantes todas las carcasas a la venta, excepto los bumpers oficiales de Apple de goma, los únicos que a día de hoy estarían oficialmente permitidos por Apple.

Esto puede acabar en una buena tormenta, dado que afecta a los fabricantes de carcasas compatibles para iPhone. Es decir, todos aquellos fabricantes que en su día consiguieron el apreciado Made For Iphone (MIF), ahora de golpe y porrazo se encuentran con que su producto está vetado temporalmente, sin posibilidad de salir a la venta. Malo para estos fabricantes... y malo para Apple, que se llevaba un 10-15% por cada unidad vendida de estas terceras marcas (independientemente del canal de venta), con un margen adicional en caso de estar en venta directamente en una Apple Store.

Todo esto en cuanto a efectos colaterales, que ya véis que no son pocos. Aparte, tenemos el problema en el móvil en sí, y es que me gustará ver qué hacen en Apple si las quejas por ralladuras en el cristal trasero se conviertes en avalancha. Hasta ahora, algún caso comentado en la red, ha acabado con el Servicio Técnico negándose a cambiar el terminal dado que los problemas era sólo estéticos.

Pasen y vean señores, el Glassgate no ha hecho más que empezar. Aunque así de primeras, parece un hermano pobre del Antennagate, y si ése ya terminó en nada, poca vida le doy también a éste. ¿Arañazos en el iPhone? ¿Y producidos por el quita y pon de un modelo específico de carcasa? ¿Y en la parte trasera, aquella que no ves si llevas la carcasa? No pinta una desafío demasiado grande para que el gran Jobs vuelva a correr un tupido velo por encima.

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