He leído un par de noticias que me han hecho meditar sobre el uso de las redes sociales en el trabajo. Por un lado, la salida de YouTubeproxy.org, un proxy web que permite evitar esos filtros de contenidos que nos prohíben el acceso a determinadas páginas web, algo que comienza a ser cada vez más habitual en algunos entornos corporativos y que, por ejemplo, evitan el acceso a determinadas redes sociales. Por otro lado, en la RTPA (Radio Televisión del Principado de Asturias), se ha publicado una noticia relativa a un filtro de contenidos orientado al ámbito corporativo para evitar bloquear el acceso de los empleados a Facebook, Twitter o YouTube, entre otros. Ambas lecturas me han hacen meditar en el uso de las redes sociales en los entornos corporativos y cómo encajan dentro de la visión de las empresas 2.0.

¿A favor o en contra del uso?, está claro que la opinión esta dividida. ¿Visitar Facebook, Twitter o usar algún programa de mensajería instantánea en el trabajo mejora o empeora la productividad?. Personalmente no cuento con mucho tiempo en el trabajo para ponerme a ver Facebook, pero sí que es cierto que tengo Gmail abierto con Gtalk y uso el plugin Echofon para ver Twitter desde Firefox. Realmente, no forman el núcleo de mi jornada laboral, pero están ahí por si puedo echar un vistazo a Twitter y encontrar algún enlace interesante o preguntar alguna duda a algún amigo por Gtalk, me parece de lo más normal. Hay mucha literatura publicada a favor del uso de las redes sociales en el trabajo, de hecho, podría verse como una sana pausa que mejora la concentración, algo así como el cigarrillo de los no fumadores.

Sin embargo, desde el punto de vista de la gerencia y la gestión de RRHH, se ve como un mal endémico en la empresa que debe ser atajado. Según los resultados de un estudio, en España cada empleado dedica por término medio un 8,3% de su jornada laboral a navegar por internet sin necesidad y, por lo visto, el fenómeno tiene nombre, absentismo presencial. Compañías como IKEA, Caja Laboral o la Consejería de Sanidad del Gobierno Vasco han instalado filtros de contenidos que bloquean el acceso desde sus oficinas a estos sitios web. Según MyJobGroup.co.uk, una empresa de trabajo temporal de Reino Unido, las pérdidas, por la visita a redes sociales en horas de trabajo, se cifran en 14 billones de libras exterlinas. TrendMicro realizó un estudio relativo al uso de redes sociales en el trabajo entre usuarios corporativos de EEUU, Reino Unido, Alemania y Japón. La muestra, que estaba formada por 1.600 trabajadores de estos países, ponía de manifiesto que el uso de las redes sociales en el trabajo iba en aumento, pasando de un 19% en el año 2008 al 24% en 2010.

¿Tan grave es la situación?, yo estoy de acuerdo en que una visita corta de vez en cuando está bien, pero nunca hay que llegar a los extremos de tener Facebook siempre abierto y prestarle más atención a lo que publican los amigos que al correo corporativo o las tareas pendientes. Desde mi punto de vista, el uso de las redes sociales debe verse como un pequeño paréntesis en la jornada laboral, o como una fuente más de información relacionada con el trabajo; si bien es cierto, que existe un, por desgracia, alto número de personas que ven el trabajo como un paréntesis entre comentario y comentario de Facebook o Tuenti.

Quizás, prohibir no sea la solución, ya que, indirectamente, estás forzando a que la gente intente saltarse la prohibición, por ejemplo, usando un proxy como el que se comentaba al inicio, o busquen alternativas, como por ejemplo, navegar desde el móvil o desde la conexión wi-fi de alguna oficina vecina. En el autocontrol y la profesionalidad de cada uno está la solución, al fin y al cabo, llegará un momento en el que el trabajo no se realice con calidad y no se cumplan los objetivos. Este concepto de la "constante vigilancia" que tienen algunas empresas, en las que la única manera de motivar a la gente es estar pidiendo cuentas de su trabajo, generan un caldo de cultivo en los que, cuando cesa la vigilancia, se entre en una caída libre en los que 5 minutos de consulta a Facebook se convierten en 8 horas sin producir nada en la empresa.

¿Se compensan las pérdidas producidas por la bajada de productividad con las inversiones en software de filtrado?. ¿Es una medida útil?, ¿genera beneficios?. Yo creo que un uso adecuado de las redes sociales en el entorno laboral, más que bajar la productividad, la aumenta, es más, puede generar lazos de colaboración y fomentar un entorno colaborativo de trabajo, pero para ello, la propia gerencia de la empresa, esa que piensa en gastar fondos en medidas disuasorias, debe entender el nuevo paradigma en el que se está moviendo y que sus empleados, a pesar de estar sentados en una mesa dentro de la oficina, mantienen lazos virtuales con otras personas que nunca podrán evitar a pesar de tanto firewall. La gerencia debería verlo como una oportunidad, una ventaja competitiva en un mundo hiperconectado en vez de una amenaza, adaptándo el negocio a este tipo de cambios.

Sin embargo, he de reconocer que no siempre es fácil aplicar la teoría de apelar a la responsabilidad de los profesionales y apoyar la tesis de la nueva era hiperconectada, de hecho, en una ocasión caí en la prohibición de ley seca social.

Sin recursos propios para abordar un proyecto, nos vimos en la necesidad de requerir los servicios de una empresa que le diese un empujón al trabajo atrasado. Los servicios de este experto no eran especialmente baratos y, al inicio, parecía que tenía un buen ritmo pero luego fuimos observando que el ritmo de trabajo bajaba y bajaba. Cada vez que pasábamos por su lado nos fuimos dando cuenta que veíamos menos consolas, menos compilaciones de código y veíamos demasiadas ventanas de mensajería instantánea, en su caso Meebo. En ese momento, me tocó tomar una decisión y opté por pedirle a un compañero que bloquease la dichosa web de mensajería instantánea pero con cierto toque de indirecta. Así que, dicho y hecho, cada vez que se escribiese Meebo.com se acabaría redireccionando a 127.0.0.1, es decir, al localhost. La medida funcionó y el ritmo de trabajo volvió a ser el de antes, pero me entristece haber tenido que aplicarla.

Y vosotros, ¿estáis a favor o en contra de la prohibición de uso de las redes sociales en el trabajo? ¿pensáis que se está exagerando?

Fotos: StopSmokingInsideMan.com y nexobit.com

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