Hoy voy a empezar una serie de posts sobre herramientas que pueden ayudar mucho a un fotógrafo cuando está en plena acción y que no siempre son de uso común. En el post de esta noche, hablaremos de los discos duros multimedia portátiles.

Hace ya algunos años que estos aparatos están circulando entre nosotros aunque muchos no les hemos prestado atención hasta haber tenido uno en nuestras manos pese a que el concepto es muy sencillo, un disco duro portátil, alimentado por batería y con capacidad de leer y descargar el contenido de nuestras tarjetas flash.

Sin embargo, existen varias firmas que los fabrican y cada una de ellas en cada modelo tiene unas características u otras. Básicamente se pueden dividir en dos grupos:

- Discos duros multimedia: Pueden adquirirse completos (con disco duro incluído) o solamente el aparato. Cuentan con lo básico: el lector de tarjetas y la interfaz para administrar las copias y los formateos, en unas ocasiones con displays y en otras simplemente con leds.

- Discos duros + visores: Este tipo de dispositivo además del disco duro para almacenar el material y las correspondientes ranuras para la lectura directa de las fotografías, cuentan con una pantalla (normalmente a color) donde se pueden ver las fotografías, navegar por ellas, borrarlas, moverlas, e incluso a veces obtener información de los datos EXIF.

Las ventajas de este tipo de dispositivos son muchas, pero la más destacable seguramente sea el abaratamiento de la capacidad de almacenamiento. Por la misma cantidad de gigas, con este sistema pagamos muchísimo menos que por su equivalente en tarjetas flash.

Os dejo algunos fabricantes que cuentan con dispositivos de este tipo entre sus productos: Canon, Epson, Jobo y NextoDI.

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