¿Soy el único que está un poquito cansado del debate de las descargas de música que se está llevando en España, politizado, manipulado y violentado por miembros directos o indirectos de la SGAE?
Me pregunto yo cómo es posible que los atropellos cometidos por esta entidad pasen semi-desapercibidos, llamando constantemente ladrones, piratas y delincuentes a personas normales que simplemente están compartiendo contenido y usando de manera natural las herramientas que tienen en frente de un ordenador.
Todo esto me sale después de escuchar el debate entre Enrique Dans, Jose Ramón Pardo (director de la discográfica Ramalama Music), Jordi Castelló (propietario de Discos Castelló) y Caco Senante (músico y directivo de la SGAE), donde se pueden escuchar toda clase de salvajadas dichas, especialmente, por Senante y Pardo, comparando (de forma extrañamente insistente) a la música con un pedazo de jamón. Ignorando y sin querer entender que la propiedad intelectual es diferente a la propiedad material, que las copias digitales no se pueden legislar de la misma forma que los bienes físicos.
Es realmente penoso que el programa de radio ponga a tres personas de un bando frente a una. Suerte que sea Enrique quien supo defenderse por medio de argumentos contundentes y hechos, sin caer en opiniones sesgadas, basadas en intereses comerciales y de poder con semi-burlas y un poco sarcasticas como lo hizo "el otro bando".
Lamentable también escuchar a uno de los debatientes con lo que parecía un guión lleno de nombres de servicios Web 2.0 (Facebook, Hi5, Tuenti, Twitter y hasta Spotify) buscando de alguna forma buscar manipular la conversación para relacionar el "robo de música" (como el decía) con estos servicios. Patético.
Los españoles pagan un canon por soportes físicos, en los CDs vírgenes, discos duros y hasta reproductores digitales de música. Ese canon es para compensar la legalidad de la copia privada y la legalidad de compartir sin ánimos de lucro; aún así, las mismas personas y los mismos responsables de la creación de ese canon siguen llamando a los españoles "ladrones".
¿Hasta cuando?
Foto: Manu Contreras