Eduardo tuvo en sus manos durante algunas semanas el Nokia N97 y, como no podía ser de otra manera, hizo una review sobre el nuevo teléfono de la empresa.

Al parecer con el N97 sucede lo mismo que está pasando con unos cuántos teléfonos de última generación: tienen un hardware de puta madre y un software e interfaz gráfica que no se deja aprovechar al máximo y deja mucho que desear.

La terminal, que posee un diseño envidiable, cuesta 500 euros y su verdadera contra es el sistema operativo. Symbian está desarrollándose a un paso muy, muy lento y Android lo está superando en prácticamente todos los sentidos.

Una verdadera lástima, ya que Eduardo asegura que es uno de los teléfonos con mejor diseño que ha tenido en sus manos.