Otro año, otro permiso para la caza de crías de focas en Canadá. Aunque el año pasado el número estaba en 325 mil, esta vez lo han bajado a 250 mil, no por misericordia a estas crías indefensas, sino por la falta de hielo en la zona del Golfo de San Lorenzo.
Mientras tanto grupos de protección a los derechos de los animales aseguran que "ningún gobierno responsable permitiría que esta caza se lleve a cabo" y les doy toda la razón.
Lo más cruel del asunto es que las focas arpa se sitúan en estas zonas donde hay placas de hielo flotantes estables para dar a luz a sus crías y mantenerlas a salvo durante las primeras semanas de vida cuando aún no pueden nadar.
Son estas crías las que se cazan a palazos.