Al momento de su estreno en 1970, Let It Be marcó el final de una década asombrosa. Mucho más, cuando el documental pareció profundizar en los motivos de esa ruptura. Con la separación de la banda, lo que había comenzado como un fenómeno de masas y terminado por ser un cambio social, pasó a una nueva etapa. Pero en esencia, también fue el último capítulo de la historia de la agrupación a ojos del público. El documental, que se estrenó poco después que Paul McCartney anunciara que se disponía a comenzar una carrera en solitario, exploró en la tensión de las semanas previas al suceso. También, mostró las duras relaciones entre los músicos, que pareció desencadenar en una ruptura complicada.
Considerado en exceso largo, sin ritmo y con problemas de edición, Let It Be fue una decepción. Mucho más, cuando el disco final de la banda, Abby Road, estuvo lleno de un aire melancólico y maduro.
En cambio, el documental dirigido por Michael Lindsay-Hogg parecía más enfocado en mostrar las diferencias y el malestar general, que los esfuerzos de The Beatles, por crear un disco de despedida digno. Todo lo anterior desembocó en una crítica muy dura con el material en cines y la sensación general — bastante ingrata — que solamente aprovechó el escándalo para prosperar.
The Beatles: Let It Be
Recupera el documental estrenado en 1970, para brindarle una nueva profundidad e incluso, nuevas secuencias. Restaurado gracias al trabajo de Peter Jackson, en compañía de Michael Lindsay-Hogg, el resultado es una narración emotiva de los últimos meses de The Beatles como banda. Pero también, una visión mucho más humana sobre el mito, en el que explora desde una dimensión íntima.
Ahora, Peter Jackson, en compañía de Michael Lindsay-Hogg, reformula y restaura el metraje, para brindar un punto de vista más íntimo sobre la misma historia. Renombrado The Beatles: Let It Be, la producción se beneficia de recursos de alta tecnología y una extensa recuperación de material original. Gracias a la inteligencia artificial, logra recuperar la canción Now and then, considerada perdida por más de cuarenta años. Eso, desde la base de unas pruebas de grabación que realizó John Lennon en su apartamento neoyorquino. Todo lo anterior, da como resultado una experiencia más completa, extensa y mucho más cuidadosa. Pero sin duda, una visión sobre The Beatles más humana, de lo que fue la versión anterior del documental.
Un punto de vista sensible acerca de ‘The Beatles’
Sin duda, The Beatles marcó un hito en la historia de la cultura pop contemporánea. No solo en el ámbito musical — que cambió para siempre a todo nivel — sino en la forma de comprender la celebridad, la fama y el reconocimiento. Los cuatro de Liverpool fueron la vanguardia de un movimiento que transformó la moda, el cine e incluso, la apariencia física de los jóvenes a mediados de la década de 1960. Una brecha que se alimentaría después de una transformación social total, cuyas consecuencias todavía son evidentes e intrigantes.
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Por lo que la separación de la banda, también significó el final y el comienzo de una era. Hace tres años, The Beatles: Get Back exploró con cuidado en la grabación del que sería el último disco en estudio del grupo. Lo hizo, a través de una óptica profundamente detallada, que conmovió a los fanáticos de la agrupación. Eso, a través de horas de metraje digitalizado, editado y recombinado, gracias a la habilidad del director Peter Jackson (La trilogía del Anillo). El resultado fue una exploración dolorosa, sensible y muy emocionante, que reveló a The Beatles más allá del mito.
Cada uno de los tres capítulos, detalló la vida cotidiana detrás de las paredes del estudio de grabación de los cuatro — por entonces — jóvenes músicos. A la vez, una visión mucho más directa y detallada acerca de su proceso creativo y cómo brindó forma a la que sería su despidida musical. Ahora, con The Beatles: Let It Be, la experiencia se completa. Mucho más, cuando el documental se integra a toda la leyenda audiovisual de los la banda, a un nivel que no lo hizo en su estreno.
Como se recordará, cuando Let It Be llegó a la pantalla grande, la separación de The Beatles era tan reciente para todavía ocasiones y tristeza en el mundo del pop. Lo que el documental, fue no solamente mal recibido, sino que se consideró un epílogo innecesario y malintencionado. La situación llegó a un nivel más complejo, debido a que la banda se negó a participar en la promoción. De hecho, los miembros, y mucho más después de la muerte de John Lennon, presionaron para evitar que volviera a exhibirse.
Un éxito que abrió la puerta a un evento mayor
Pero, gracias al triunfo de crítica y público de The Beatles: Get Back — basado, mayormente, en el material descartado del anterior largometraje —, Peter Jackson pudo acceder al trabajo Michael Lindsay-Hogg. Lo que ahora, permitió que The Beatles: Let It Be, tenga un contexto mayor, más sólido y en especial, más detallado. Eso, luego que ambas producciones funcionan como una historia total, que agrega contexto a la narración del final de la vida pública de The Beatles.
El documental de 1970, que por mucho tiempo fue acusado de mostrar los peores rasgos de la banda, parece ahora mucho más humano, íntimo y elocuente. Eso, a la luz de la anterior obra de Peter Jackson y también, la forma en que la nueva versión restaurada agrega información sensible. El realizador, que tuvo la ayuda de Lindsay-Hogg, completó varias de las secuencias, ya fuera por material escogido o a través de la inteligencia artificial.
Buenas noticias para los fanáticos
El resultado — de ambos documentales como una única visión a los días finales de The Beatles — resulta conmovedora en muchos aspectos. Pero en específico, es un homenaje a un momento irrepetible al que The Beatles: Let It Be rinde tributo con sinceridad. También, con una percepción amplísima de la importancia de la banda y sus músicos para el ámbito musical actual.
Al final, The Beatles: Let It Be se beneficia del éxito de The Beatles: Get Back, para ser una obra más sólida. Sin embargo, no necesita de otra cosa que su propio metraje para ser comprendido y apreciado. Al final, esta obra, que mejoró con el tiempo y que recibe una merecida revisión, es un tributo a la cultura pop de nuestra época. Una herencia en la que The Beatles tiene un lugar destacado.