Chicken Run 2: Amanecer de los nuggets es la nueva película de animación de Netflix. La plataforma de streaming da continuidad a la aclamada historia de las gallinas de Chicken Run: Evasión en la granja, 23 años después de aquella. Una vez más, Aardman Animations está detrás del proyecto. La compañía es la responsable de obras como Wallace y Gromit o La oveja Shaun. El nuevo filme ya ha llegado a algunos cines seleccionados y se estrena en Netflix el 15 de diciembre.

Antes de verla, evidentemente, hay que recordar algunos detalles sobre la cinta original que marcó a toda una generación. Chicken Run se estrenó el año 2000 y estuvo dirigida por Nick Park y Peter Lord, con guion de Karey Kirkpatrick. Fue el primer largometraje del icónico estudio de animación. En el reparto de voces se encontraban Mel Gibson, Imelda Staunton, Julia Sawalha, Benjamin Whitrow, Jane Horrocks o Lynn Ferguson, entre otros. Su recaudación en taquilla alcanzó los 224 millones de dólares, lo que la convirtió en la película de stop-motion más taquillera de la historia.

Pero, por encima de todos sus logros y su contexto en la industria de Hollywood, lo que la hace memorable y merecedora de una secuela es su trepidante historia. Chicken Run: Evasión en la granja está ambientada en el año 1959 en Inglaterra. Allí, una granja muy similar a un campo de concentración tiene atrapadas a un montón de gallinas. Los dueños son los malvados Señor y Señora Tweedy, quienes explotan a los animales para que pongan una cantidad indecente de huevos que puedan vender después. Aquellas gallinas que no logran alcanzar las marcas establecidas son cruelmente sacrificadas con un hacha.

Una de las gallinas, llamada Ginger, es la líder rebelde de toda la granja. Una y otra vez, diseña planes de lo más enrevesados para intentar escapar. Pero estos siempre fracasan. Un día, a la granja llega desde el cielo un gallo, Rocky. Este ha escapado de un circo y hace un trato con Ginger. Si le esconden, él les enseñará a volar cuando se recupere de su ala rota. Poco a poco, somete a todas las gallinas a un duro entrenamiento que no acaba dando resultado. Entre tanto, la ambiciosa Señora Tweedy compra una máquina con la que se enriquecerá aún más. En ella solo tiene que meter a sus gallinas, cuanto más gordas mejor, y estas saldrán hechas un pastel de pollo.

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Aardman

¿Cómo acababa la película?

Al final de Chicken Run, Rocky se cura y promete una demostración sobre cómo volar al día siguiente, pero en lugar de eso huye. Es entonces cuando las gallinas descubren que era un fraude. Rocky no sabía volar, sino que le impulsaban con un cañón. El pánico y la desesperación se apodera de ellas porque han descubierto los objetivos de la Señora Tweedy con la máquina de pasteles. Por ello, trazan un último plan. Juntas, construirán un avión que impulsarán por encima de la verja hacia la libertad. Cuando ya lo tienen, son descubiertas, pero consiguen hacerlo despegar.

El Señor Tweedy logra mover la rampa de despegue y Ginger tiene que bajarse para recolocarla manualmente y que el resto escape. Aunque el plan funciona, la Señora Tweedy aparece frente a ella con su amenazante hacha en la mano. Cuando está a punto de asestarle el golpe final, Rocky regresa triunfal y salva a su amiga. Juntos se agarran a las luces que cuelgan del avión y escapan de la granja de Chicken Run. Pero la Señora Tweedy también se ha enganchado a dichas luces y sube dispuesta a matarlas a todas. Ginger se arriesga y consigue cortar el cable antes de que la villana las alcance, haciendo que esta caiga al vacío, aterrizando en su máquina, atascándola y haciendo que explote. Así, las gallinas alcanzan una tierra de libertad y prosperidad.

Chicken Run

¿De qué va Chicken Run 2?

La premisa de Chicken Run 2 es totalmente opuesta a la de la primera cinta. Y es que, en lugar de intentar escapar, Ginger, Rocky y compañía tratarán de infiltrarse en un enorme complejo tecnológico. Se trata de un nuevo modelo de granja que esclaviza a las gallinas con métodos aún más duros y sofisticados. Las protagonistas deben acceder al recinto para ayudar a escapar a sus semejantes y acabar con la nueva amenaza.

Pero lo que descubrirán es que detrás de un plan tan malévolo como el de esa granja se esconde una mente aún más retorcida. La Señora Tweedy también está de vuelta. Para proteger su novedoso modelo de negocio, la villana ha diseñado todo un sistema de trampas. Una valla electrificada, unos topos superarmados robóticos e incluso patos explosivos guiados por láser. Las gallinas de Chicken Run 2 deberán entrar, sabotearlo todo y salir sanas y salvas. Una misión prácticamente suicida.

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