Samsung

Empecemos por las ausencias. El CES 2015 estuvo dominado por los wearables: pulseras, relojes, dispositivos que llegar contigo que realizasen un seguimiento de tu actividad y salud... en este CES 2016 han estado, siendo optimistas, en un segundo plano. Y es que Samsung, LG o Lenovo no tienen todavía una cuota considerable de un mercado dominado por el Apple Watch y las pulseras cuantificadoras económicas.

Y el Internet de las Cosas, el irremediable futuro en el que todo estará conectado con todo no acaba de atraer al cliente final e instalarse en sus casas. Toma más relevancia en las _smartcities_ y los coches del futuro.

Ahora todos quieren tener su Surface

Samsung presentó su Galaxy Tab Pro S. Una tablet más al enorme elenco de dispositivos de este tipo de la compañía pero con una peculiaridad: tiene Windows y tiene una clara inspiración: la Surface de Microsoft.

Galaxy TabPro S 01

La Surface de Microsoft triunfó, aunque su número de ventas no sea todavía significativo. Es, junto a los MacBook, el único tipo de ordenador que sigue creciendo.

El problema es que Samsung ha usado el mismo nombre que usa con sus tablets Android, no tiene nada diferencial y parece un dispositivo lanzado en respuesta a una tendencia. No es algo genuino.

La Surface es única y nadie va a poder quitarle el puesto en lo que hace. Hay muchas tablets con Windows 10 y todas ellas son irrelevantes por muy baratas que sean frente a la de Microsoft. En este nicho, el rival es el iPad Pro aunque no sea muy diferente: no tiene sistema operativo de escritorio y tampoco lo necesita.

Los TV son iguales que los del año pasado, y eso es una gran noticia

Todas las marcas grandes concuerdan en lo mismo: todos sus TV de gama alta tendrán soporte para las principales ventajas asociadas a la tecnología UHD. En 2013 los fabricantes vendían resolución, con eso bastaba; en 2015 se tuvo que vender calidad de imagen y, en 2016, por fin se crea una gama amplia y que no deje a ningún consumidor totalmente fuera de lo que se viene en el futuro en formato de vídeo.

Así lucen los últimos televisores SUHD de Samsung.
Así lucen los últimos televisores SUHD de Samsung.

Casi todos los TV LED presentados, de gama alta, incorporan el vídeo HDR que es la tecnología que mayor impacto causará en la calidad de imagen en la próxima década. Mucho más importante, junto al contraste y la fidelidad, que la resolución. Así que da igual que TV elijas: Sony, Samsung, LG o Panasonic: si es un modelo presentado en el CES, tendrá vídeo HDR.

No es un CES de novedades en tecnología de imagen, eso ocurrió en el CES 2015. Es la consolidación de la tecnología, y junto a Netflix en todo el mundo y los Blu-ray UHD es el primer año en el que de verdad está justificada la compra de un TV UHD. O Super Ultra Mega UHD como algunos dicen.

Samsung consolidó su gama de televisores SUHD, haciendo que sus mejores tecnologías estén presentes en toda la familia y son los mejores TV LED en su conjunto.

LG no está sabiendo vender los OLED

Lo mejor del CES en imagen fueron, otro año más, los televisores de LG. Sus dos familias de OLED son superdelgadas, lucen genial y tienen la mejor calidad de imagen que se puede obtener en una pantalla para consumo.

LG lo está haciendo mal con los OLED, supongo que por no cumplir expectativas de ventas. Sacar pantallas LED de gama alta con la misma tecnología que las OLED es pegarse un tiro en el pie, es confundir al cliente. Por un lado critican los negros grisaceos de las pantallas LED de la competencia,y por el otro sacan unos televisores LED UHD HDR que dicen verse genial.

LG
LG

LG ya era consciente de que el OLED era una apuesta de futuro que no llenaría sus cajas registradoras de inmediato. Recular ahora, aunque sea parcialmente, les hace un flaco favor de cara al mañana, aunque en los próximos ejercicios aumenten los ingresos.

Eso sí, las OLED Signature son, de lejos, los mejores televisores en diseño y calidad que se han visto en el CES 2016.

Pantallas del futuro para no se sabe qué

La tecnología OLED permite crear pantallas futuristas inimaginables hasta hace poco para cualquier escritor de ciencia ficción.

Podremos tener pantallas transparentes que, en realidad, son translucidas, ya que los microleds están incrustados en el panel. Panasonic cree que son ideales para ser incluidas en los muebles del hogar que transformen muebles y espejos en pantallas.

Pantalla OLED transparente  de Panasonic. TheVerge.
Pantalla OLED transparente de Panasonic. TheVerge.

El efecto es, cuanto menos, sorprendente. ¿Utilidades reales? No se sabe bien todavía, pero así es el CES. Pinceladas de un cuadro, el futuro, todavía por pintar.

LG
LG

Y LG usa esa tecnología OLED para crear paneles superdelgados flexibles. ¿Quiere alguien llevar una pantalla enrolladas? Seguramente no, pero tiene miles de usos dentro del coche. La marca mostró en su conferencia de prensa un coche cuyo interior era una enorme pantalla adaptada a la forma del salpicadero.

Samsung presentó cosas que sólo Samsung puede presentar.

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Los portátiles _gamer_ traerán acompañante

El PC se muere, salvo para jugar. Por un lado, todas las marcas se centraron en fabricar portátiles superdelgados y tablet. Por el otro, cada vez hay más jóvenes interesados en tener un ordenador grande, con luces y el mejor hardware que exista para jugar a su eSport favorito. Es un nicho que da mucho dinero y de ahí que todas las marcas de periféricos se centren única y exclusivamente al mercado _gamer_.

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Razer cree que las dos opciones son posibles y ha hecho algo bastante inteligente y que denota la mayor virtud del Thunderbolt 3: un portátil muy ligero y pequeño que, a través de un cable USB-C, se conecta a una pequeña caja donde reside una tarjeta gráfica de gama alta para ordenadores de escritorio.

Es decir, un ordenador liviano para ir a trabajar y un ordenador de sobremesa potente para jugar. Aquí es cuando la innovación en conectividad cumple un propósito y suple una necesidad.

LG quiere ser una marca premium

LG presentó una gama de productos, bajo la coletilla "Signature" destinados a ser lo mejor de lo mejor. "Ultra premium", dicen. Una tentativa a la entrada del mundo del lujo.

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El problema es la concepción de las marcas surcoreanas del lujo. Lujo no es sólo tener lo mejor tecnológicamente, es más, el lujo suele estar apartado de la concepción cuantitativa de la tecnología y está mucho más enfocado a la experiencia, a transmitir, a la esencia del producto, al diseño vanguardista y único.

La premisa es buena. Distinguiendo la marca LG, considerada como un fabricante en masa de productos de electrónica de todo tipo, en una marca lujosa podría aumentar los ingresos producidos por sus productos más económicos.

Los productos de lujo de las marcas nunca están destinados a generar ingresos, sino a crear nombre. Que se identifique la marca con lo que son capaces de hacer. Pero ser reconocida como una marca de lujo o premium no se consigue en dos días y no se consigue con una lavadora por muy bonita que sea o muy potente sea su motor.

Altavoces de pie Beolab 90 de Bang & Olufsen. Diseño nunca visto antes, los mejores materiales que existen, sonido fantástico. $80.000 cuestan, pero se asocia a la marca a lo mejor de lo mejor.
Altavoces de pie Beolab 90 de Bang & Olufsen. Diseño nunca visto antes, los mejores materiales que existen, sonido fantástico. $80.000 cuestan, pero se asocia a la marca a lo mejor de lo mejor.

LG no puede convertirse en Bang & Olufsen o Loewe de la noche al día. Samsung también lo está intentando recurriendo a diseñadores europeos que diseñen productos como el televisor con marco que presentaron hace poco, pero es muy difícil que los consumidores comiencen a asociar marcas al lujo cuando nunca estuvieron ahí.

Lujo no es especificaciones, ni innovación en semiconductores ni hacer una TV lo más delgada posible. Es... algo más.

El CES de la incertidumbre

No hay tendencias claras, no hay propuestas con un futuro claro para los consumidores y los inversores. Las empresas buscan, desesperadas, qué producto será el próximo smartphone. Los _wearables_ o el Internet de las Cosas en el hogar están muy lejos de acercarse y las empresas siguen rompiéndose la cabeza presentando productos sorprendentes que pocos consumidores quieren.