Actualmente vivimos en la era de la información, donde especialmente las imágenes cobran una gran importancia entre la sociedad. Como consecuencia de esto, mucho del contenido con el que diariamente nos bombardean es principalmente visual, lo que provoca que automáticamente rechacemos gran parte de la información que consideramos insignificante. Pero aun así existen excepciones, por suerte para los fotógrafos todavía frecuenta un número muy reducido de instantáneas que pasan a la posteridad. Pero, ¿qué hace a una foto memorable?

La Asociación de Prensa Americana (NPPA) ha publicado en su blog la primera parte de un estudio realizado. El proyecto consistía en valorar qué características son las determinantes para que una fotografía se convierta en aquella imagen que compartimos sin parar y que llega a impactarnos incluso teniendo en cuenta la cantidad de tomas que vemos habitualmente.

Créditos: Henri Cartier-Bresson
Créditos: Henri Cartier-Bresson

Para realizar el estudio, los investigadores agruparon 200 imágenes, de las cuales 100 correspondían a fotógrafos profesionales y la otra mitad a usuarios aficionados. Lo que pretendían era valorar si la calidad técnica de la instantánea realmente supone un factor importante a la hora de delimitar su valor como obra. Las fotografías, dispuestas de modo aleatorio, sirvieron como prueba para determinar cómo de significativo es el hecho de aplicar técnicas profesionales en la toma.

Un 90% de los participantes adivinaron si la fotografía la tomó un profesional o un aficionado

Según los resultados, un 90% los participantes de las encuestas fueron capaces de adivinar si la fotografía se encontraba realizada por un profesional o un aficionado. Además, se empleó una tecnología que analizaba los movimientos oculares de la persona que se encontraba mirando la imagen, algo que sirvió para analizar cómo de atraídos se sentían por la toma y en qué puntos concretos se fijaban. De esta manera, llegaron a anotarse casi 20.000 movimientos oculares.

Además de todos los datos obtenidos, también se realizaron encuestas para aumentar aún más la fiabilidad de los testimonios. Así, se terminó deliberando que el mayor tiempo dedicado a observar las fotografías pertenecía a aquellas imágenes tomadas por profesionales. Asimismo, las elegidas como 20 imágenes más memorables pertenecieron también a aquellas donde se emplearon técnicas más expertas.

Créditos: Robert Frank
Créditos: Robert Frank

Como afirma una de las personas investigadas, “ver las emociones de sus rostros provoca que me sienta más cercana a la fotografía. Verlos felices, tristes, o emocionados, incita que me atraiga más la imagen”. Y es según las pruebas, la mayoría de participantes se fijaban especialmente en las reacciones mostradas por los integrantes del cuadro, predominando entonces como preferidas aquellas que “contaban una historia”.

Por lo tanto, aunque aún quedan varios episodios más sobre el estudio de la NPPA, ya podemos ser partícipes de algunos resultados. Lo que sacamos como conclusión es que la técnica y el momento mostrado son dos grandes factores para determinar lo que será una foto memorable. Tampoco es que suponga algo muy revelador, pero sí esperanzador para aquellos fotógrafos amateurs que desean aumentar sus habilidades, lo que inevitablemente no solo derivará en un mejor encuadre o exposición, sino en una mayor capacidad para contar historias.

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