En 2022, El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder se anunciaba como uno de los grandes sucesos de la década. No solo se trata de una nueva revisión al querido universo de J.R.R. Tolkien, a partir de un punto de vista desconocido. También, contaba con los cuantiosos recursos de producción de Amazon Prime Video. Algo notorio en la forma que en el equipo de producción se afanó por demostrar que podía encarar sin problemas un proyecto multimillonario. La combinación, anunciaba una serie que permitiría profundizar en un clásico de universo de fantasía con el tiempo y el cuidado que ofrecía el formato serializado. En especial, uno tan rico en detalles y con una mitología tan vasta como la imaginada por el escritor británico.
Pero a dos años de distancia de su estreno, la serie parece, de nuevo, encontrarse en terreno complicado. Con el cierre de la segunda temporada, El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder demuestra que sigue sin encontrar su identidad. Mucho menos, alcanzar el nivel de promesa épica que fue su principal punto de interés al momento de llegar a la multipantalla. Para sus nuevos capítulos, la producción mostró una evidente mejoría en ritmo y en la forma de contar sus variadas historias. Sin embargo, falla — y de manera estrepitosa — en ser algo más que un relato de fantasía genérico.
Se trata, por supuesto, de un problema que la trama acarrea desde sus inicios, pero que, ahora, es más notorio que nunca. Con un final que anuncia, ahora sí, que la gran batalla en la Tierra Media está por darse, la producción se mantiene en pie en medio de un precario equilibrio. Lo que hace que pierda la potencia de sus principales giros y lo que es más lamentable, la capacidad para reflejar una obra mayor, conocida por su sensibilidad. Para bien o para mal, El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder es parte de un imaginario del que no puede deslastrarse — ni debería, en cierto punto, — lo que hace complicada su labor. Y lo que la lleva, en la actualidad, a ir a la deriva sobre lo que quiere o puede ofrecer a futuro.
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Una historia jamás contada con problemas para sostenerse
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Como se recordará, la serie, en realidad, está más cercana a una versión libre que a una adaptación directa de la obra de Tolkien. El motivo es muy sencillo. La producción tiene los derechos para explorar en los eventos de la llamada Trilogía del Anillo, los apéndices a la obra y El Hobbit. De modo que nada de lo narrado en El Silmarillion, Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media o La historia de la Tierra Media, puede ser nombrados o relatados en la serie.
Lo que dejó a los showrunners John D. Payne y Patrick McKay, en medio de un terreno hipotético. En otras palabras, inventar directamente giros y personajes originales, para unir fragmentos de información dispersa. No solo eso, alejarse del rígido canon del británico, convertido en una mitología por derecho propio. Eso, al tomarse libertades en la personalidad de personajes, así como en las circunstancias que les rodean.
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El resultado es una producción que, aunque se basa en lugares y personajes imaginados por Tolkien, intenta seguir su propio camino. Pero se atreve a separarse del todo del tronco original. El guion se esfuerza en unir ambos puntos y no lo logra. Lo que hace que varios de sus episodios sean una mezcla confusa y a menudo desordenada, de información adaptada y eventos propios. De las andanzas de Sauron (Charlie Vickers) a la forma en que Galadriel (Morfydd Clark) se enfrenta al acecho del mal. Lo cierto es que la producción todavía no encuentra cómo unir de manera emocionante o al menos lógica, los elementos que maneja. En cualquier caso, decantarse por una única forma de contar su historia.
Contradicciones van y contradicciones vienen
![Los Anillos de Poder](https://i0.wp.com/imgs.hipertextual.com/wp-content/uploads/2024/08/LOTR_S2_UT_230206_00258_R3_3000-1500x1000.jpg?resize=780%2C520&quality=70&strip=all&ssl=1)
En lugar de eso, El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder se esfuerza demasiado por demostrar que es digna heredera de la obra de la que proviene. Por lo que pasa buena cantidad de tiempo, mostrando homenajes que, a final de cuentas, no aportan nada a la historia. Lo que dejó claro la presencia entrañable pero intrascendente del muy esperado Tom Bombadil (Rory Kinnear). Otro buen ejemplo ocurre en el primer episodio de la segunda temporada, en el que hubo un largo periplo para entender las motivaciones de Sauron. Que, podría haber funcionado, de no haber sido relatado ya en la anterior temporada o incluso, adivinarse en la actuación previa del personaje.
Pero es evidente que tanto la sala de guionistas como los productores, tienen la necesidad de conectar directamente con los mitos imaginados por Tolkien. Lo que la lleva traicionarse como historia independiente. Eso, al ser incapaz de tomar la decisión frontal, de simplemente, no seguir la historia de Tolkien — no al completo — y reimaginar su propia historia. Pero la producción va y viene entre homenajes, referencias, guiños y en especial, una puesta en escena fastuosa que busca encontrar su propia estética.
Los problemas de propiedad intelectual
![Los Anillos de Poder](https://i0.wp.com/imgs.hipertextual.com/wp-content/uploads/2024/08/LOTR_S2_UT_230223_00131_R2_3000-1500x1000.jpg?resize=780%2C520&quality=70&strip=all&ssl=1)
Lo que lleva a la serie a otro de sus obstáculos para ser el éxito que prometía. La Trilogía del Anillo cinematográfica, de Peter Jackson, es fundamental para entender la fantasía contemporánea. No solo por adaptar con una apreciable fidelidad los libros en los cuales se basa. A la vez, por construir desde sus cimientos un universo que va desde lo estético, el aspecto de sus personajes hasta los territorios de leyenda. Todo lo cual, terminó por convertirse en una parte importante de cómo se entiende la Tierra Media en la cultura popular.
Ahora bien, lo anterior pertenece como obra única a New Line Cinema. Por lo que la producción de Amazon, tuvo que crear su propia identidad, sin alejarse de la ya conocida, pero sin parecerse en exceso. El confuso juego de posibilidades, brinda a la serie su aspecto característico, más cercano a una epopeya genérica que a un mundo rico y querido por buena parte de los fanáticos. ¿Un buen ejemplo de lo anterior? El característico aspecto de los elfos, que en la serie se aleja de la forma en que Tolkien los describió, para abrirse a posibilidades nuevas.
Demasiadas historias sin que lleven a ninguna parte
![Los Anillos de Poder](https://i0.wp.com/imgs.hipertextual.com/wp-content/uploads/2024/08/LOTR_S2_UT_221025_00250_R2_3000-1500x942.jpg?resize=780%2C490&quality=70&strip=all&ssl=1)
Aunque la segunda temporada fue mucho más rápida y mejor contada que la inicial, sigue teniendo el problema de contar demasiadas cosas que no llevan a ninguna parte. Si bien la historia de Sauron en Eregion fue el punto más alto del guion, el resto de los relatos de los personajes parecían insignificantes o directamente secundarios.
De los detalles sobre lo que acontece en el reino enano de Khazad-dûm a la travesía por Rhûn de El Extraño (Daniel Weyman) y las dos pequeñas peloso, ahora en la aldea de Los Fuertes. Lo cierto es que El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder, intenta contar múltiples situaciones que no impactan en la historia central. Eso, más allá de la acelerada contaminación del mal que representa Sauron y la posibilidad a la distancia de una guerra frontal contra el mal.
Pero como concepto, la capacidad de un personaje para ser maligno, no es suficiente para sostener, por sí solo, todo un argumento. Algo que queda más claro que nunca, a medida que la serie se esfuerza por mostrar batallas de corte extraordinario sin una verdadera historia que la sostenga. El mal encarnado por Sauron es importante. Pero también lo es, las decisiones de una Tierra Media llena de personajes fascinantes, que se oponen a su influencia o en cualquier caso, le desafían de manera directa. Algo que nunca se lleva a mostrar del todo.
Las ventajas y desventajas de un villano
![Los Anillos de Poder](https://i0.wp.com/imgs.hipertextual.com/wp-content/uploads/2024/08/LOTR_S2_UT_230119_00171_R2_3000-1500x1000.jpg?resize=780%2C520&quality=70&strip=all&ssl=1)
Algo que conduce a uno de los puntos complicados de la temporada. Por un lado, es evidente que El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder se benefició de tener un verdadero villano contra el cual enfrentarse. Lo que permite que toda la historia cobre sentido del propósito o en cualquier caso, se encamine a cumplir un objetivo. Sauron dejó de ser un nombre tenebroso, para convertirse en Annatar, una criatura con debilidades, ambigüedades y la firme decisión de dominar la Tierra Media.
El cambio fue tan importante, como para convertir su relación parasitaria y violenta con Celebrimbor (Charles Edwards), en un elemento central de temporada. La serie mostró realmente lo que podía hacer con personajes clásicos, al enfrentar a la vanidad del maestro herrero elfo con la seducción intelectual de Sauron. Lo que dio origen a varias de las escenas centrales de la entrega y las que, sin duda, serán más recordadas a futuro.
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![Los Anillos de Poder](https://i0.wp.com/imgs.hipertextual.com/wp-content/uploads/2024/08/RPAZ_S1_UT_210709_GRAMAT_00429_R2-1500x869.jpg?resize=780%2C452&quality=70&strip=all&ssl=1)
Pero la fuerza de ese hilo de argumento, dejó en evidencia que el resto de lo que cuenta la serie, resulta menos novedoso y sin duda, interesante al contraste. De hecho, desde el capítulo seis, se sabe poco o nada de la travesía de El Extraño en busca de su báculo — y descubrir su poder — o qué ocurrirá finalmente en Númenor. Esta última, una trama política con muchas posibilidades, terminó por volverse un escenario confuso, en que un rey dinástico fue expulsado de poder por un usurpador aclamado. Eso, sin que la serie brindara mayor contexto, sentido o incluso lógica, al motivo por el cual ocurría algo semejante.
Un barco a la deriva
![Los Anillos de Poder](https://i0.wp.com/imgs.hipertextual.com/wp-content/uploads/2024/08/LOTR_S2_UT_230503_00208_R3_3000-1500x1000.jpg?resize=780%2C520&quality=70&strip=all&ssl=1)
Con un apoteósico final de temporada, es evidente que la serie demostró que puede ofrecer más de lo que ha hecho hasta ahora. Ahora bien, la pregunta es hacia dónde planea dirigir toda la energía que involucró en plantear un escenario de corrupción total de la Tierra Media y triunfo de Sauron. ¿Podrá deslastrarse de ser solo una versión menor y torpe de una obra mayor?
Por ahora, El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder apunta a una tercera temporada más enfocada en una guerra total, que se gestará con la unión de los reinos. ¿Permitirá eso a la producción remontar sus fallos? Está por verse. Una incógnita que pesa sobre la calidad de la producción de una manera preocupante.