Toda la historia de Patty Hearst parece sacada de un tabloide demasiado creativo. Si se tratara de una serie de televisión, sería criticada por tener un mal guion. Porque hay demasiadas contradicciones, y demasiados giros en la trama para que lo que se cuenta resulte creíble. Aún así, la historia es real, y es bastante extraño que todavía no se haya hecho ninguna serie o película competente que aproveche este drama tan interesante.

Patty Hearst es la nieta de William Randolph Hearst, el legendario magnate que construyó su propio castillo en California, y que inspiró a Orson Welles a filmar Citizen Kane, una de las películas más aclamadas de la historia. En su mejor momento, 20 millones de personas leían sus periódicos cada día. Por eso fue un hombre bastante influyente, habiendo sido el pionero de lo que hoy es una práctica común: explotar escándalos al máximo para ganar muchísimo dinero. Así construyó su legendaria fortuna.

Es bien sabido que las décadas de los sesenta y los setenta fueron muy turbulentas en Estados Unidos. Englobando acontecimientos importantísimos como la Crisis de los misiles de Cuba, el movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos, el asesinato de Kennedy, la Guerra de Vietnam, los asesinatos del culto de Charles Manson, etc. Estos fenómenos culturales fueron acompañados de movimientos de protesta masivos, que surgieron de universidades regadas por todo el país. La siguiente historia nació de este ambiente de luchas sociales.

La causa y el comienzo del secuestro

El Symbionese Liberation Army era un grupo guerrillero que seguía una vaga ideología antisistema. Como muchos otros grupos de esa época, afirmaban luchar por los derechos del hombre común. Su eslogan era: "Muerte al insecto fascista que se alimenta de la vida de la gente". Mientras que en teoría sus miembros eran un grupo de idealistas buscando crear un mundo mejor, en la práctica solo eran un montón de rufianes sin nada mejor que hacer. Su primera acción fue asesinar a Marcus Foster, el superintendente de una escuela de Oakland, por atreverse a implementar el uso de identificaciones para los estudiantes. El ataque fue tan atroz que ningún otro grupo radical querría asociarse con ellos.

Dos miembros del Symbionese Liberation Army fueron arrestados a causa del asesinato. Por eso al líder del grupo se le ocurrió una brillante idea: secuestrar a Patty Hearst para luego intercambiarla por el par de asesinos. Patty era un objetivo valioso debido a que su familia no solo era muy rica, sino también bastante famosa. De hecho, la idea surgió luego de que el compromiso de la muchacha fuera anunciado en el periódico.

Por eso fue que el 4 de febrero de 1974, Angela Atwood pretendió haber sufrido un accidente de tránsito para que la dejaran entrar junto con sus acompañantes a la casa de Patty Hearst para usar el teléfono. Estos procedieron a darle una paliza a su prometido, golpeándolo con sus pistolas antes de amarrar a su prometida de 19 años para llevársela con ellos. La vida de Patty nunca volvería a la normalidad.

El anuncio del compromiso de Patty Hearst y Steven Weed.

Patty Hearst se transforma en una terrorista

Los secuestradores encerraron a su víctima en un closet. Tenía los ojos vendados, la boca cubierta y las manos amarradas. Así permanecería por dos meses, mientras los miembros del Symbionese Liberation Army le daban clases de política a través de la puerta. Las mujeres del grupo le pellizcaban los pezones y la golpeaban, mientras que los hombres la violaban rutinariamente. Según ellos, lo hacían porque creían que había que abolir la monogamia, entre otros principios de la sociedad occidental. Como la muchacha formaba parte de una familia de clase alta, existía también cierto resentimiento de parte de sus secuestradores. La realidad es que eran unos criminales comunes, justificando sus torturas a través de frases intelectuales.

Rápidamente, se dieron cuenta de que no iban a poder cumplir sus objetivos. El gobernador de California en ese entonces, Ronald Reagan, se negó a siquiera considerar liberar a los dos asesinos a cambio de Patty Hearst. Entonces a los secuestradores se les ocurrió una alternativa que los haría ver bien: le pedirían a la familia de Patty que usaran su gran fortuna para alimentar a los pobres de California. Primero exigieron que gastaran 400 millones de dólares en alimentos para los más necesitados, pero fue negociado a dos millones. Los familiares de la víctima se apresuraron a organizar la entrega de comida, pero resultó en un desastre, ya que se generaron una serie de disturbios durante el evento.

Luego de que la entrega de comida saliera mal, los secuestradores publicarían un audio de Patty Hearst que causaría una conmoción enorme. Diciendo: "Me han dado la opción de, uno, ser liberada en un área segura, o dos, unirme a las fuerzas del Symbionese Liberation Army para luchar por mi libertad y por la libertad de todas las personas oprimidas. He decidido quedarme y luchar". Habían pasado solo dos meses desde su secuestro. Muchos pensaban que Patty había sido forzada a decir esas palabras, pero pronto quedaría claro que hablaba de sus verdaderas convicciones.

Poco después sus secuestradores publicarían esta foto de Patty.

Robo de bancos y otros crímenes

Una semana después, el 15 de abril de 1974, se confirmaría que Patty Hearst se había convertido en una persona radicalmente distinta. Las cámaras de seguridad del Hibernia Bank de San Francisco (banco que pertenecía al padre de una de las mejores amigas de Patty) revelarían a Tanya (su nuevo nombre de guerra) apuntando con un rifle a los clientes. Huyeron con 10.000$ luego de haberle disparado a dos personas. Inmediatamente, el secuestro de Patty Hearst pasó de ser el escándalo más grande del año para convertirse en el más grande de la década.

Nadie podía creer que aquella adolescente millonaria pudo haber sido transformada tan rápidamente en una terrorista. Pero las imágenes no mentían. En otro audio publicado por el grupo radical se podía escuchar a Patty proclamando "Patria o muerte, venceremos" (el famoso lema de los revolucionarios cubanos) y afirmando que su ex-prometido ya no le interesaba en lo más mínimo.

En los días siguientes, Patty adoptaría un rol mucho más activo en la organización terrorista. Sentada en el asiento del conductor de un vehículo mientras esperaba que dos miembros del grupo salieran de una tienda deportiva, notó como un empleado de la tienda tacleaba a uno de sus compañeros por haber robado. La ex-víctima de secuestro tomó una ametralladora y comenzó a disparar hacia los ventanales de la tienda. Habiendo gastado sus municiones, le gritaba a sus secuestradores para que entraran al auto mientras recargaba su arma y comenzaba a disparar de nuevo.

La suerte del Symbionese Liberation Army por fin se acabaría cuando seis de sus miembros murieron durante un tiroteo contra el FBI. Patty y los dos miembros restantes publicarían una grabación lamentando las muertes. La muchacha aseguraba que amaba muchísimo a William Wolfe, uno de sus secuestradores caídos en batalla. Cada vez más parecía que la muchacha hablaba en serio. De alguna manera, este grupo de inútiles le había lavado el cerebro por completo.

Tendría que pasar más de un año para que la policía lograra capturar a Patty Hearst y a los dos otros miembros restantes. Durante ese año habían robado más bancos, matando a una mujer embarazada en el proceso. Habían pasado 19 meses desde su secuestro, y lo primero que hizo la policía al encontrarla fue arrestarla.

¿A qué de debe esta transformación?

A la hora del juicio, Patty Hearst había cambiado por completo su historia. Lejos de haberse convertido en una apasionada revolucionaria, afirmaba haber sido víctima de lavado de cerebro. Y al mismo tiempo decía que estaba pretendiendo ser una de ellos para que así dejaran de golpearla y de abusarla sexualmente. La historia se hacía más incomprensible. ¿Cómo se explican entonces los audios en que lamentaba la muerte de William Wolfe? Uno de sus supuestos violadores. Diciendo que lo amaba y que era el hombre más gentil y hermoso que había conocido Más tarde se revelaría que la víctima todavía atesoraba un collar que ese hombre le había regalado. Por ello sería condenada a siete años de prisión por robo a mano armada.

Según nuestras nociones actuales de consentimiento, Patty Hearst simplemente no pudo haber tenido ninguna relación consensual con ninguno de sus secuestradores, sin importar cualquier cosa que haya dicho mientras se encontraba prófuga. Ya hemos hablado de que el síndrome de Estocolmo es solo un mito, porque el nombre es engañoso. No se trata de un término clínico, sino de uno periodístico usado para explicar cuando una víctima de secuestro parece cooperar demasiado con el secuestrador, hasta el punto de mostrar simpatía por él. Pero no tiene ningún sentido usar la palabra "síndrome" para referirse a un comportamiento bastante racional, el de cooperar con tus secuestradores para salvaguardar tu vida.

En el caso de Patty Hearst, el hecho de que se haya convertido en una guerrillera apasionada quien, incluso luego de haber sido liberada de prisión parecía seguir atesorando los ideales de su violenta juventud, solo prueba que una muchacha de 19 años fue secuestrada y luego forzada a escoger entre quedarse encerrada en un closet mientras la torturaban o tomar un rifle y unirse a la pandilla.

Deja de ser tan incomprensible cuando consideramos dos factores: que Patty era una muchacha de 19 años, insegura sobre muchas cosas, incluyendo cuál era su lugar en el mundo. Y que el contexto social en las universidades de los Estados Unidos en los años setenta era uno de revolución, de cuestionar todas las instituciones y los valores de la nación. Así cobra sentido que esta muchacha haya querido formar parte de una aventura, considerando que la alternativa era pura tortura.

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