Puede que te haya pasado. Acudes a tu primera sesión con tu nuevo psicólogo y, después de las preguntas de rigor para exponer un poco tu caso, te cuenta cómo será la terapia. Entre algunos detalles más, te señala que tendrás que buscar una libreta que te acompañará en el tiempo que dure la terapia. Allí harás tareas para casa, escribirás lo aprendido durante las sesiones o lo que sea que te indique. Cada vez son más los psicólogos que le dan importancia al acto de escribir en terapia. ¿Pero por qué?
Lo cierto es que depende bastante de la corriente psicológica que siga el terapeuta. Normalmente, los que más recurren a escribir en terapia son los psicólogos cognitivo-conductuales. Aunque lo cierto es que la escritura también está muy valorada en otras corrientes. Eso sí, la corriente cognitivo conductual es la que más evidencia científica tiene, así que lo ideal es trabajar con uno de estos psicólogos.
Hay bastantes estudios que apoyan los beneficios de escribir en terapia. Obviamente, no es algo fugaz ni milagroso, pero es una herramienta que, sumada a otras muchas, puede ser muy beneficiosa. Generalmente ayuda a la autoobservación de la persona que escribe y a afianzar acciones que, con el tiempo, no es necesario escribir. Veamos qué dice la ciencia al respecto.
Escribir en terapia para conocernos mejor
Generalmente, la terapia cognitiva conductual incluye el uso de diarios dirigidos a la autoobservación de emociones y pensamientos. A veces, nos cuesta relativizar lo que nos pasa. Damos por ciertos pensamientos que no son más que eso y buceamos en las rumiaciones y las emociones que nos provocan. Pero no nos paramos a pensar en ello, solo nos dejamos llevar.
Con estos diarios, se busca que los usuarios escriban cada vez que tengan esos pensamientos o emociones que les incomodan. Se debe relatar cuándo y dónde se ha producido esa situación estresante, qué sentimientos automáticos ha generado y cuáles han sido las emociones y comportamientos posteriores.
Esta técnica fue descrita en 1979 por el psiquiatra Aaron Beck y es muy útil para que las personas que las practican adquieran conciencia de sí mismas y detecten los pensamientos y creencias automáticos, diferenciándolos de la realidad. Es muy útil para rebajar poco a poco el malestar en situaciones de ansiedad. A veces se hace simplemente a modo de diario y en otras ocasiones se aporta al cliente una tabla que debe rellenar. Pero, sea como sea, el objetivo siempre es el mismo.
También sirve contra la ira
Otra técnica que a veces se usa a la hora de escribir en terapia no está tan relacionada con ese cuaderno de práctica, sino con una hoja que debe tirarse a la basura. Por ejemplo, se pueden escribir pensamientos incómodos y luego romper el papel o desecharlo, de tal manera que se extrapolen también los sentimientos que provocas.
Recientemente, un equipo de científicos de la Universidad de Nagoya, en Japón, ha llevado a cabo un estudio sobre esto. En él participaron 98 personas, que tuvieron que contestar una encuesta sobre sus emociones y luego escribir un ensayo sobre un tema concreto. Una vez finalizado este, los experimentadores criticaron duramente el contenido de los trabajos, fuesen de la calidad que fuesen. El objetivo era generar sentimientos de ira, que efectivamente se corroboraron con una nueva encuesta. Después, algunos de los participantes pudieron escribir en un papel cómo se sentían. Además, entre los que tuvieron esta oportunidad, algunos dejaron el papel sobre la mesa, mientras que otros pudieron introducirlo en una trituradora.
Al realizar de nuevo el test para ver cómo se encontraban, se comprobó que aquellos que habían podido pasar al papel sus sentimientos de ira se encontraban mejor que los que no lo hicieron. Pero, por otro lado, los que pudieron romper el folio se encontraban aún menos iracundos. De hecho, sus niveles de ira habían bajado prácticamente por completo, hasta la situación anterior a escribir el ensayo.
Si bien el número de participantes no es muy alto, esta investigación apoya con un nuevo método experimental los resultados de otros estudios similares. Por lo tanto, parece que escribir en terapia también podría ayudar a reducir la ira.
Escribir en terapia para superar situaciones difíciles
En 2021, un equipo de científicos de las Universidades de Memphis y Georgia del Norte, llevó a cabo una investigación dirigida a comprobar cómo afecta escribir en terapia a personas que han pasado por una situación dura o traumática.
En este caso hubo 120 voluntarios, que habían experimentado al menos dos eventos difíciles en sus vidas. Se dividieron en dos grupos. En el primero tuvieron que escribir sobre uno de estos eventos y en el segundo sobre cualquier situación interesante de sus vidas. Los del primer grupo tuvieron que describir sus emociones positivas y negativas, así como la tendencia a la evitación relacionada tanto con el evento que habían escrito como con otros momentos difíciles que no habían plasmado en el papel.
Los del segundo grupo hablaron sobre sus emociones y evitaciones con respecto a dos eventos difíciles de sus vidas. Recordemos que estos habían escrito sobre otro evento cualquiera, que no había sido complicado para ellos.
También, todos ellos tuvieron que informar sobre su angustia general. Las encuestas se realizaron nada más escribir y más tarde, cuando había pasado una semana.
De este modo, se comprobó que los participantes que escribieron sobre un evento difícil eran emocionalmente más fuertes con respecto a ese que con respecto al que no pudieron escribir. Además, resultaron mucho más fuertes que los que escribieron sobre una situación cualquiera.
Por lo tanto, de algún modo, el hecho de escribir en terapia ayuda a relativizar esas situaciones y reducir el malestar, la angustia y los sentimientos negativos que normalmente las rodean.
¿Mejor a mano o a ordenador?
Ya hemos visto que escribir en terapia es beneficioso. ¿Pero por qué nos piden una libreta? ¿No sería suficiente con una tablet o incluso el propio móvil?
Esto es algo que debe estudiarse con mayor profundidad. De hecho, los autores del estudio sobre la ira quieren dedicar un nuevo experimento a comprobarlo. No obstante, lo que sí se sabe con claridad es que escribir a mano es beneficioso para el cerebro.
Concretamente, se ha visto que cuando escribimos a manos se activan muchas más áreas cerebrales. Los movimientos controlados de la mano refuerzan conexiones neuronales asociadas al aprendizaje, de tal manera que es útil para estudiantes, pero también para quienes deben escribir en terapia. Si el objetivo es relativizar las emociones y observar los pensamientos, el aprendizaje que se obtiene de todo ello será mucho mayor al escribir a mano.
En definitiva, la libreta del psicólogo es una herramienta esencial. Llegará un momento en el que el trabajo terapéutico que plasmemos en el papel se pueda realizar simplemente en nuestra mente. Pero, para empezar, la libreta es una aliada indiscutible. Además, siempre puedes buscar una libreta bonita. Si eres fan de la papelería, son todo ventajas.