En 1953, el director Henri-Georges Clouzot tomó la historia de cuatro mercenarios en medio de condiciones imposibles, para narrar una trama de acción interesante en El salario del miedo. Mucho más, que logró evitar los clichés del género, para volverse un clásico discreto. La historia de cómo un grupo de hombres intenta trasladar un peligroso cargamento de nitroglicerina a través de Sudamérica, resultó entretenida y tensa. Mucho más, al lograr explorar en la sed de venganza y en la avaricia, en medio de un escenario en que el centro de interés era evitar que los personajes volaran en pedazos.

Este año, el remake de la historia se ha convertido en una de las películas más vistas de Netflix. Mucho más, en el contenido que mayor interés ha despertado durante el fin de semana de Pascua. El salario del miedo, en esta ocasión de la mano de Julien Leclercq, cuenta la misma historia que la película de 1953. No obstante, esta vez, el escenario cambia. A saber: de la jungla sudamericana, la película transcurre en un territorio desértico sin nombre. Este último, convertido en un escenario de amenaza a través del cual un equipo de hombres, debe transportar un cargamento de nitroglicerina. Todo, mientras evita morir por un estallido occidental o de ser asesinados por lo que le asedian en medio de una misión complicada. 

La situación se hace un poco peor, cuando los personajes, además, comienzan a ser perseguidos por diferentes enemigos circunstanciales. Eso, mientras el tiempo transcurre y la carga se hace cada vez más complicada de llevar a cuestas. Leclercq utiliza la misma idea que hizo famosa a la película original y que, en la nueva versión, se hace el centro de interés. La posible decisión del grupo de mercenarios entre su vida y los que deberían proteger de una posible explosión de la sustancia inflamable que llevan a cuestas. 

Una mala copia de una película superior

Pero la nueva versión de El salario del miedo no es solo plana, sino que además carece de la emoción y la tensión que hicieron conocida a la cinta de Henri-Georges Clouzot. En esta ocasión, Leclercq intenta combinar la premisa original con un tipo de acción brutal y excesiva. Lo que incluye, hacer del tenso recorrido del grupo de mercenarios que transportan toneles de una sustancia potencialmente mortal, en la excusa para balaceras y explosiones exageradas.

Sin la profundidad y la densa narración de la cinta de la cual procede, el nuevo éxito de Netflix, se limita a contar un argumento cliché. Los hermanos Fred (Franck Gastambide) y Alex (Alban Lenoir), están en medio de una situación complicada, cuando reciben la oferta de unirse a una expedición. Esta última les llevará a través del país en que se encuentran — que no se nombra una sola vez en toda la película — en medio de una situación de emergencia. Un pozo de petróleo explota, lo que pone en peligro a un campamento de refugiados. Lo que provoca que la única solución sea una detonación segura y controlada para evitar un desastre más grave. 

Por lo que los personajes, tendrán que formar parte de una misión en apariencia suicida. La de cruzar a través de un territorio geográfico complicado y lleno de hostilidad terrorista, con dos camiones cargados de nitroglicerina. A diferencia de la cinta de la que proviene, en esta ocasión, hay un límite de tiempo — veinte horas — lo que hace que todo se haga más complicado y urgente. En especial, cuando deban luchar contra asaltantes, otros mercenarios en busca de la carga e incluso, animales salvajes para cumplir lo acordado. 

‘El salario del miedo’, una historia aburrida

Pero a diferencia de la original, la cinta de Netflix, no tiene mayor aliciente. El guion de Hamid Hlioua y Julien Leclercq explora poco acerca de sus personajes, conflicto o el simple riesgo de atravesar un camino rural con un vehículo cargado de material explosivo. En lugar de eso, la película francesa tiene mayor interés en balanceras esporádicas y enfrentamientos mano a mano sin ningún tipo de interés para la trama. 

Al final, El salario del miedo no tiene nada que ofrecer en medio de un argumento que solo parece interesado en mostrar escenas de supuesta tensión. Ninguna, con algún peso para la trama o que lleven a cualquier momento de interés en la historia. Su mayor problema. 

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: