Varias de las escenas más importantes en Dune: parte 2, están protagonizadas por las Bene Gesserit. La orden de mujeres con capacidades psíquicas, que intervienen en la política y diplomacia en el Universo Conocido, tienen una importancia central en la trama. Mucho más, son las responsables de varios de los eventos más trascendentales en la historia dirigida por Denis Villeneuve. Del ataque a la Casa Atreides hasta la llegada de un mesías gracias a una profecía autocumplida. El grupo actúa como un poder detrás del trono, instigador de la peligrosa guerra santa en que culmina la cinta. 

Pero más allá de sus actuaciones — reprochables o no —, el grupo representa el tipo de manipulación a la sombra que define a buena parte de la saga Dune, incluyendo Dune: parte 2. En el libro, las Bene Gesserit, son una facción del poder tan importante, como para ser temidas y consideradas en medio de negociaciones de alto nivel en el Imperio. A pesar de lo que podrían parecer los rasgos religiosos que rodean a la orden, sus miembros están más interesadas en influir en lo que ocurre, que meditar sobre ello. Por lo que sus actuaciones, a menudo responden a intereses particulares. O peor aún, a un plan general en que las Bene Gesserit tienen acceso privilegiado a información. Lo cual les permite presionar en direcciones políticas específicas. 

Tanto en los libros como en la adaptación de Denis Villeneuve, la cofradía está formada exclusivamente por mujeres. Todas, con capacidades físicas nacidas de la alteración genética en aspectos muy concretos de su cuerpo. Por lo que pueden controlar el dolor, usar la llamada Voz — un aspecto de manipulación asociado con la telequinesia y la telepatía— y tener una fuerza física superior. Por todo lo anterior, suelen ser consideradas como depositarias de un talento mágico o misterioso, aunque todas sus habilidades están relacionadas con la depuración de procesos cerebrales. 

Un grupo poderoso y peligroso

Para Frank Herbert, las Bene Gesserit son parte de la mitología de Dune desde sus inicios y parte fundamental de Dune: parte 2. De hecho, la orden proviene de la época denominada Yihad Butleriana, la era en que el Universo Conocido se enfrentó a una especie de inteligencia artificial. La participación de las mujeres con habilidades biológicas superior, se convirtió en imprescindible para vencer.

Algo que las hizo figuras de inmensa influencia tanto en la sociedad que sobrevivió al conflicto como en la cultura que les consideraba entre divinas y casi sobrenaturales. Todo lo anterior, les permitió transmitir sabiduría y el legado intelectual de su orden de generación en generación. Pero mucho más, comprender los movimientos de la historia para utilizarlos en beneficio propio. 

Los orígenes de las Benne Gesserit, se cuentan en los dos primeros libros de la trilogía Leyenda de Dune. Ambos, están ambientados diez mil años antes de los acontecimientos de la novela inicial de la saga. Tanto en Dune: La Yihad Butleriana como en Dune: La cruzada de las máquinas de Brian Herbert y Kevin J. Anderson, se explora la relación del grupo con el poder.

El origen de la leyenda

Además, la trama profundiza en cómo sus enormes capacidades psíquicas, las involucraron en la guerra contra las Máquinas Pensantes y las convirtieron en centro de la lucha. Durante la guerra, eran consideradas miembros de una élite capaz de suicidarse en beneficio de un bien mayor. Eso, debido a que todas terminan por morir al utilizar su capacidad de telequinesis contra sus enemigos.

Luego de cientos de fallecimientos, la líder Ticia Cenva, cabeza visible de las Bene Gesserit, decide utilizar los dones heredados en beneficio de su legado. Por lo que comienza un proceso de depuración eugenésico, para que cada una de las miembros capaces de concebir, lo hiciera a través de reglas que aseguraban crear individuos más poderosos. El resultado es un linaje que sostiene a partir de un cuidadoso control y que permite que el clan pueda predecir las habilidades de sus futuras miembros. 

El poder que nace de la mente

Después, el libro Dune: La batalla de Corrin, narra como las Máquinas Pensantes, descubren una forma de enfrentarse a sus enemigas. Por lo que desarrollan un retrovirus que no solo busca exterminar a las Bene Gesserit sino al resto de la humanidad. En la emergencia, la primitiva selección genética planeada por medio de la observación, se sustituye por un programa genético más específico. Todo a cargo, de la doctora Raquella Berto-Anirul, nieta de Vorian Atreides e investigador especializada en el saber científico. Su triunfo, al crear un método capaz de elegir a los no natos de mayor capacidad, le confirió un poder considerable sobre el resto de sus hermanas en cofradía. 

Eso le llevó a un enfrentamiento contra Ticia Cenva, que terminó por envenenarla en un intento de menguar su liderazgo. Pero Raquella no solo fue capaz de transformar la ponzoña en su interior, sino hacerla inocua. Una capacidad que heredó a sus hijas y nietas, para después incorporarse a la línea de nacimiento más fuerte entre las Bene Gesserit. En Dune: parte 2, se relata como Lady Jessica (Rebecca Ferguson) logró, gracias a ese aprendizaje, evitar morir al beber El Agua de la Vida de la tribu Fremen

De hecho, fue debido al intento de asesinato perpetrado por Ticia, que Raquella pudo desarrollar las habilidades que luego hicieron famosas y temidas a las Bene Besserit. Al mismo tiempo que logra desbloquear las Otras Memorias — el vínculo con el legado biológico que la une a su clan — también, puede controlar a los que le rodean gracias a La Voz. Que, no es otra cosa que una manifestación corporal del poder mental desarrollado durante generaciones por el grupo. Lo que termina por convertir a Raquella en la primera Reverenda Madre de la historia de Dune

Poderosas y manipuladoras

Luego del triunfo en la Yihad Butleriana, las Bene Gesserit se volvieron no solo influyentes en lo político, sino también, en lo educativo. Gracias a un acuerdo con el Imperio sobreviviente a las guerras, lograron instaurarse como un centro de entrenamiento para mujeres que mostraban señales de dones psíquicos. A la vez, se volvieron parte del estamento de poder al ocupar el cargo de Decidoras de la Verdad o ser las amantes de varios de los altos cargos. 

También y además de sus dotes psíquicas, las miembros de la Orden, llegaron a manipular la concepción. Por lo que pueden decidir el sexo del embrión que gestan. Este esfuerzo les permite, a lo largo de la saga, lograr las condiciones para crear un súper ser biológico. El llamado Kwisatz Haderach, un hombre con las dotes de las Benne Gesserit, que es el resultado de un extenso esquema reproductivo. Hijo de una cuidada línea que atraviesa varias Casas, es la conclusión de un largo plan. Uno que incluye solo a los más fuertes entre sus antepasados. 

La decisión que cambió el futuro

Como se explica en el primer libro de la trilogía Preludio a Dune, titulado Dune: La Casa Atreides de Brian Herbert y Kevin J. Anderson, Lady Jessica estaba destinada a ser la abuela de este hombre portentoso. Su misión, era concebir una hija con Leto Atreides (Oscar Isaac en la ficción). Que a su vez, fuera la síntesis de la sangre de la Casa y la Harnnoken. Por lo que la hipotética hija, a su vez, concebiría al Kwisatz Haderach, como descendiente del Barón Vladimir (Stellan Skarsgård).

En Dune: La Casa Harkonnen, se explica que Lady Jessica, llevada por su amor por Leto, desobedece todas sus órdenes y concibe a Paul. Lo que convierte al anunciado mesías en una incógnita, además de un hombre incontrolable a los manejos de las Bene Gesserit. Como ves, un apartado fundamental de Dune: parte 2 y del futuro de la saga.

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