En Shogun, la historia de un occidental en medio del Japón feudal, se cuenta desde un punto de vista detallado, cuidadoso y elegante. Por un lado, se trata de cómo John Blackthorne (Cosmo Jarvis), comprende una sociedad, cultura y tradiciones, por completo alejadas de las suyas. Inglés, navegante y también, un soldado cuando las condiciones así lo requieren, el contexto de un territorio regido por la lealtad de la costumbre le resulta ajeno. Pero, mucho más, la forma en que el poder se disputa entre ceremonias, conversaciones medio sugeridas y al final, una batalla en la que el honor sustituye a cualquier ambición.
Al otro extremo, Lord Yoshii Toranaga (Hiroyuki Sanada) muestra la manera en que el poder se mueve en Japón durante la dinastía Edo. Entre promesas que deben ser cumplidas a costa de la vida y batallas en la que la moral se impone sobre cualquier interés personal, Japón se debate entre manipulaciones. De la misma manera que en el libro de James Clavell, la adaptación de Disney+ analiza con cuidado la época en la que transcurre su argumento. Además, utiliza el contexto para profundizar en las debilidades y la violencia de sus personajes. Por lo que al final, la serie narra el choque entre dos visiones del poder en medio de una revolución que cambiará a Japón para siempre.
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Te contamos tres motivos por los cuales, Shogun es una de las series más exitosas del año. De su apartado histórico a la adaptación que toma lo mejor del libro del cual proviene para narrar una historia universal. Lo cierto es que la nueva producción de Disney+ demuestra que el género dramático, con ambientación de época, sigue siendo de los favoritos del público. La mayor ventaja de la que disfruta la producción de la plataforma.
Shogun: la historia como contexto, no solo como escenario
Una de las grandes virtudes de Shogun es utilizar el trasfondo histórico de la novela como un contexto que sostiene todo el conflicto central. A saber: la forma en que la muerte del Taiko — o señor feudal — desencadena todo una serie de manipulaciones, entre los cinco regentes del heredero del fallecido. Este, demasiado pequeño para ejercer el cargo, debe atenerse a las decisiones de los hombres que su padre escogió para gobernar en nombre de ambos hasta su mayoría de edad.
En la versión de 1980, el argumento de la miniserie estaba más interesado en explorar la belleza exótica del Japón medieval, que profundizar en sus misterios. De modo que buena parte de la trama política, quedaba eclipsada por la historia de amor, que también incluye la trama. John (interpretado por Richard Chamberlain) y Mariko Buntaro-Toda (Yôko Shimada) protagonizaban el centro de una relación prohibida que terminaba en una tragedia. Lo que el guion aprovechó para analizar las presiones culturales y éticas en un subtexto de sufrimiento emocional.
Pero en la adaptación de 2024, el guion de Rachel Kondo y Justin Marks, abandona la exploración del amor destinado a la muerte, por el escenario político. Lo que permite que el contexto histórico tenga una especial importancia. Basada en una historia real, la premisa de un señor feudal que debe mover sus piezas dentro de la corte de manera estratégica, se hace cada vez más complicada. Eso, mientras profundiza en las costumbres, tradiciones y puntos de vista de un Japón sometido a rígidas normas culturales.
Un argumento que no deja de lado la crueldad
El relato de James Clavell publicado en 1975, estaba lleno de suicidios rituales, asesinatos sangrientos y decapitaciones. La versión que llegó a la pantalla pequeña en 1980 suavizó el argumento, en beneficio de hacer la historia menos compleja. Por lo que el equipo de producción, encabezado por el propio escritor, tomó varias decisiones para adaptar la obra de manera elegante. Eso, sin dejar por fuera, los aspectos de la versión literaria.
Por lo que la serie incluyó algunas escenas impactantes — como la ya recordada decapitación en el primer capítulo — y un desnudo femenino que se volvió polémico. Pero no exploró en sus temas más profundos o en las secuencias más duras que incluyen asesinatos infantiles, pederastia, violaciones y el ritual del suicidio de honor. Por lo que la producción, pareció quedarse a mitad de camino entre su parte más escabrosa y perversa, en contraposición a una más centrada en drama.
Shogun optó por una adaptación más frontal, cruel y que no disimula la naturaleza brutal de varios de los pasajes más conocidos del libro. Desde el secuestro y humillación de John, al ser atrapado por los samuráis, a la muerte del primogénito de un miembro de la corte debido a su irrespeto. La serie es una reflexión acerca del uso de la brutalidad como deber moral y sin duda, una perspectiva realista y abandonando todo romanticismo del Japón medieval.
Crear a un mundo a partir de un libro
Una de las anécdotas más conocidas de la adaptación de Shogun de 1980, es que se filmó por completo en Japón. Un dato que la producción publicitó siempre que pudo al momento de su estreno. Pero que en pantalla se tradujo en docenas de escenas panorámicas que, en realidad, no tenían peso en la trama. Años más tarde, el mismo James Clavell comentó que debido a las limitaciones del gobierno nipón, las grabaciones se limitaron a lugares muy específicos. Y en especial, a espacios — Okiyas y calles — concretos para relatar la trama.
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Algo que la nueva adaptación supera en varios de sus capítulos más interesantes. La serie fue rodada también en Japón, aunque con locaciones específicas en Reino Unido. Por lo que aprovecha los paisajes de Okinawa, para crear la sensación de inmersión histórica que necesitaba. A la vez, que usa los sets de meticuloso realismo histórico británicos. Algo que también logró en Vancouver, en la que el equipo técnico construyó varios templos y palacios. La producción grabó entre ambos lugares en 22 de septiembre de 2021 hasta el 2 de julio de 2022. Por lo que los diferentes cambios de estación, también son reales dentro de la historia.