Las enfermedades que afectan a la salud reproductiva de las mujeres son a menudo grandes desconocidas. Buen ejemplo de ello es el de la endometriosis o la adenomiosis, pero también el de otras afecciones cuyo nombre nos resulta más familiar. Es el caso del síndrome de ovario poliquístico. Todos hemos escuchado su nombre alguna vez. Sin embargo, sigue habiendo muchas personas sin diagnosticar y, además, sus consecuencias no son del todo conocidas.

Se sabe cómo afecta a la salud metabólica y, por supuesto, a la reproductiva. No obstante, se desconocen sus efectos en otras áreas del organismo. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de California San Francisco ha querido investigar en una de esas áreas desconocidas y ha descubierto que, al parecer, puede tener efecto sobre la memoria y las habilidades cognitivas.

Es la conclusión de un estudio, recién publicado en Neurology, en el que han seguido durante 30 años a más de 900 mujeres. Con el paso del tiempo, algunas fueron diagnosticadas con síndrome de ovario poliquístico y otras no. Una vez que se realizaron algunos diagnósticos, se practicó una serie de pruebas que demostraron estos efectos en el cerebro. No se puede considerar un estudio concluyente, pero es un hilo interesante del que tirar.

¿Qué es el síndrome de ovario poliquístico?

Como su propio nombre indica, el síndrome de ovario poliquístico se caracteriza por la formación de muchos quistes en el ovario. Esto se debe a un exceso en la producción de andrógenos. Si bien estas hormonas son conocidas como hormonas masculinas, por producirse mayoritariamente en los testículos, también las generan a unos niveles mucho más bajos tanto los ovarios como las glándulas suprarrenales femeninas. 

El problema en los casos de ovario poliquístico es que en estos dos últimos órganos se genera una cantidad de andrógenos muy por encima de lo normal, que no solo propicia la aparición de quistes. También provoca otros síntomas como menstruaciones muy dolorosas, aparición de vello facial o problemas reproductivos.

En cuanto a los problemas metabólicos, este síndrome también está asociado a la resistencia a la insulina. De hecho, se cree que este, más que consecuencia puede ser causa. Es decir, las células se vuelven resistentes a la acción de la insulina, por lo que el páncreas debe producir cada vez más. Este exceso de insulina podría ser el que provoca que se generen también más andrógenos. No obstante, tanto si es causa como si es consecuencia, lo que está claro es que el síndrome de ovario poliquístico también se puede relacionar con la diabetes tipo 2, la obesidad y algunas enfermedades cardiovasculares.

diabetes
A nivel metabólico, el síndrome de ovario poliquístico se relaciona con la diabetes tipo 2.

¿Qué tiene que ver con la memoria?

En el estudio que se acaba de publicar participaron 907 mujeres que, al inicio de la investigación, tenían entre 18 y 30 años. Tres décadas después, 66 de ellas desarrollaron síndrome de ovario poliquístico. Esto se corresponde con un 7,27%. Es una cifra más baja que el 14% de mujeres en edad reproductiva que se calcula que llegan a desarrollar este síndrome. No obstante, también hay estudios que señalan que más de la mitad nunca llegan a diagnosticarse, por lo que sí que tendría sentido.

Una vez pasado este periodo, las participantes del estudio tuvieron que hacer varias pruebas. Una de ellas era esa en la que se muestra el nombre de varios colores, en un color distinto al que describen, y se les pide que digan el color del texto, en vez de la palabra. Por ejemplo, se presenta la palabra “rojo” en color verde y el encuestado debe decir “verde”.

Esta, junto a algunas pruebas de memoria, atención y habilidades verbales, mostraron que las habilidades cognitivas de las mujeres con síndrome de ovario poliquístico estaban más deterioradas. Concretamente, los resultados en la prueba de los colores fueron un 11% más bajos. Las demás arrojaron también resultados similares.

No se sabe cómo puede estar afectando el síndrome de ovario poliquístico al cerebro de las pacientes. De hecho, dado que el diagnóstico se hizo con base en los síntomas autoinformados y los niveles hormonales, pero no a la valoración de un médico, el estudio tiene ciertas limitaciones. Además, se encontró la correlación, pero no se ha podido explicar la causa, por lo que sería necesario seguir investigando.

Ahora bien, el tema es tan serio que continuar con la investigación es algo muy importante. Se trata de consecuencias muy serias para las que las pacientes deberían estar preparadas. Pero claro, algunas ni siquiera han recibido aún su diagnóstico. Como para seguir ganando pasos a la enfermedad. 

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