Una empresa japonesa lanzó con éxito la primera misión que se encargará de inspeccionar la basura espacial que flotan alrededor de la Tierra. La sonda espacial ADRAS-J —las siglas en inglés para Remoción Activa de Escombros de Astroscale Japón— entró en la órbita planificada, según informó este lunes la compañía Astroscale, que coordina el proyecto junto a la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón.

La sonda espacial fue lanzada desde Nueva Zelanda este domingo. Astroscale confirmó que todo salió según ha esperado. El equipo «ha establecido contacto con éxito… y está listo para iniciar las operaciones», dijo el director del proyecto, Eijiro Atarashi, en un comunicado.

La primera tarea de ADRAS-J será encontrar y examinar los restos del cohete japonés H2A. Sus restos, del tamaño de un autobús, han estado flotando en el espacio durante los últimos 15 años. No se sabe con precisión dónde está, pero el equipo de la misión está realizando observaciones desde la Tierra para dar con la ubicación. Cuando lo encuentre, la sonda se acercará a una distancia segura, para recopilar imágenes de esta basura espacial y evaluar el estado de la estructura.

«Este hito marca el inicio de nuestra misión, y estamos entusiasmados de estudiar y caracterizar un fragmento real de escombros a través de nuestras innovadoras capacidades», comentó Atarashi. Astroscale destaca que se trata la primera misión en el mundo dedicada a estudiar la basura espacial.

Lanzamiento de la misión Astroscale para estudiar basura espacial.
El lanzamiento de la sonda espacial ADRAS-J, realizado este domingo desde Nueva Zelanda. Credit: Astroscale.

El problema creciente de la basura espacial

La Agencia Espacial Europea (ESA) reporta que se han puesto en órbita unos 16.900 satélites durante los casi 60 años de actividades espaciales. Cerca de 11.500 permanecen en el espacio, pero solo 9.000 siguen operativos, según la última actualización de la ESA en diciembre de 2023. Muchos de los que no funcionan ni siquiera ese mantienen en una sola pieza.

Se estima que hay más de 36.500 mil objetos de basura espacial con un tamaño mayor a 10 centímetros. Estos son rastreados regularmente por las Redes de Vigilancia Espacial, reporta la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA.

La sonda ADRAS-J fue seleccionada por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón para la primera fase de un programa para eliminar basura espacial de origen japonés. El proyecto se ejecutará en alianza con empresas privadas. Entre las posibles soluciones está la propuesta de una «grúa» espacial, planteada por Astroscale, que utilizaría un imán para recoger satélites fuera de servicio.

La NASA también está pensando cómo resolver la creciente basura espacial. El año pasado, la agencia espacial estadounidense concedió un contrato de 850 mil dólares a TransAstra para evaluar la viabilidad de un plan para limpiar estos desechos lanzados por los humanos. TransAstra ha propuesto un dispositivo que hace las veces de una «bolsa de captura» gigante. La idea es utilizar estas «bolsas», adheridas a pequeñas naves espaciales, para recoger varios objetos a la vez.

Donald J. Kessler, un consultor de la NASA, desarrolló en los años 70 una teoría que se conoce como el Síndrome de Kessler. Este principio supone que el volumen de basura espacial en la órbita baja terrestre podría llegar a ser tan alta que comenzaría a impactar frecuentemente con otros objetos que se encuentran en ella. Por ejemplo, otros satélites.

Estas coaliciones, a su vez, producirían un «efecto dominó» que generaría más basura espacial. El problema podría a llegar a ser tan grave que serían un obstáculo para la realización de vuelos espaciales. Los expertos también advierte del peligro para las comunicaciones globales. Y, aunque la probabilidad es mínima, también existe riesgo de impacto en la Tierra.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: